Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETA

Epílogo

Y como prometido aquí está el último capítulo. Espero que habéis disfrutado esta historia tanto como yo. Gracias por todo y por leerme.  Elena Martin

Música para acompañarlo: 

Jacob Lee - I Belong to You

Epílogo

—¡Feliz cumpleaños, ragazzo bello! —Le dije a Fabricio cuando entramos en el jardín.

Fabricio sonrió y se levantó de la cama elástica que sus padres habían preparado, dando saltos emocionados. Le cantamos los «Cumpleaños Feliz» y al final sopló la vela con el número cinco que estaba en el centro de un pastel azul. Cargué a mi ahijado y lo llevé en brazos. Lo dejé en una silla alta frente a la mesa de la fiesta y me senté a su lado. Chiara se encargó de cortar el pastel y de darnos un trozo a cada uno.

Mientras comía, Fabricio se ensució la cara con la cubierta azul del pastel y le tomé una fotografía, que compartí en el chat de grupo de la familia y amigos.

Sus ojitos eran como los de Chiara, de un color miel muy bonito, pero su cabello era rubio claro como el mío. Tenía un poco de los dos, la combinación perfecta para un niño preciosa, pero con la carita de Daniel.

—¿Ahora ya xoy gandi? —preguntó Fabricio.

—Sí, mi amor, ere muy mayor, un hombrecito —respondí mientras limpiaba sus mejillas con una toalla húmeda que me tendió su tío Carl.

Más tarde, nuestra casa se llenó de risas infantiles, globos y castillos inflables. Fabricio sonreía mientras jugaba con sus amigos. Era un niño de sonrisas, ocurrencias y travesuras. Hablaba con soltura y hacía muchas preguntas, unas llegaban a ser tan profundas que me dejaban pensando. «¿Qué es la felicidad», indagó una tarde? Lo miré absorto y reflexiva a la vez. Debía responder de forma clara para que él pudiera entender. «La felicidad para mí es hacer parte de nuestra familia», respondí. Él asintió y después dijo: «Soy muy feliz, tí Xesca». Me abrazó, besó mi mejilla y luego corrió hacia Chiara, diciéndole muy emocionado que era muy feliz. Mi corazón se derritió. Pero ahora miraba a mi lado y veía Toby allí conmigo, junto a mis amigos y familia. Y él también sonreía. Se veía guapo. Me miró y me ofreció otro tipo de sonrisa. De esas que derriten los corazones por dentro. Sí, yo también tenía otros motivos para ser feliz. Él ahora era parte de mi familia.

—¿Pensando en tener un bebé? —preguntó Shannaya, interrumpiendo mis pensamientos.

Toby se apresuró a contestar.

—Puede que sí, practicamos cada día. ¿Y tú? ¿Estás feliz por el retoño? —Lo miré. ¡Wow! No sabía que ya íbamos en plan de hacer planes de vida a ese nivel.

—Me estoy haciendo a la idea, poco a poco. De momento, entre nauseas y mal estar no voy a decir que estoy luciendo alegría, pero sé que llegará. Estoy contenta de nuestra decisión —contestó Shannaya mientras Jeremy le pasaba un brazo por el hombro y le daba un beso en el mentón.

—Francesca no esperes mucho, que se te pasa el tiempo. Además, estoy segura de que vuestros hijitos saldrían guapísimos. Parecéis dos modelitos.

—Eres un idiota. —Jeremy siempre decía tonterías en forma de broma, pero lo adoraba. Era divertido y bonachón.

—¡Eh! Recuerda que soy tu amigo —replicó, frunciendo el ceño.

—Lo sé, por eso te lo digo. —Dejé a mis amigos atrás hablando con Toby y busqué a Chiara entre los invitados. Estaba hablando con Daniel y otra pareja de papás. Seguro estaban hablando de sus hijos y de planear sus fiestas de cumples. A esos dos les encantaba organizar fiestas. Eran los responsables de cada celebración de cumpleaños de Fabricio. Cuando Chiara me vio, se disculpó y ha venido a mi encuentro.