Capítulo 15

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—No.

— ¡Pero, Sas-!

— ¡No vas a mudarte aquí, Naruto!

— ¡Pero si ya llevo una semana viviendo aquí! —protestó, frunciendo el ceño y haciendo un puchero. —Tu hermano no tiene problema con que me quede, y así también ahorro en alquiler.

—En primer lugar, llevas aquí como cinco días, no una semana. En segundo lugar, ni pienses que te quedarías aquí de gratis, que no somos caridad. En tercero, no pienso compartir habitación con alguien tan desastroso como tú, y no tenemos más habitaciones.

Itachi observaba disimuladamente la discusión que se llevaba a cabo en la sala de estar, curiosidad reflejada en sus ojos. A decir verdad, la riña le parecía divertida hasta cierto punto, pero no la comprendía. Naruto alzaba los brazos y hacia muecas cada vez que hablaba, y Sasuke solo lo miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

Sí, definitivamente no entendía nada.

Se suponía que ya habían pasado centenares de milenios juntos, ¿por qué estaban discutiendo sobre si Naruto se venía a vivir con ellos? ¿Y por qué Sasuke insistía en que no lo hiciera? No tenía sentido para él. Ya incluso le había dado permiso al rubio de vivir con ellos si así lo quería. No era necesario que pagara alquiler ya que el apartamento les pertenecía y ellos mismos no pagaban renta, pero podía aportar en los gastos de la casa y así le resultaría mucho más económico que tener su propio apartamento. Apartamento al que apenas había pisado este último par de días. Era un desperdicio de dinero tenerlo si de todos modos pasaría la mayoría del tiempo aquí con Sasuke.

Así que no, no comprendía para nada la dichosa discusión. Pero los dejaría a ellos resolverlo y no se interpondría en cualquiera que sea la resolución a la que llegaran.

Claro que el que viviera con ellos tenía sus desventajas, como el hecho de que a Itachi no le entusiasmaba la idea de encontrárselos de repente en algún momento íntimo, ya fueran simples arrumacos o más. No es como si en realidad él pasara mucho tiempo en casa y, cuando lo hacía, normalmente se quedaba en su habitación haciendo sus deberes de la universidad. Pero eso no quería decir que no llegaría el momento en el que tuviera que toparse con vistas no deseadas.

Sí, todo tenía sus pros y contras, pero considerando que Naruto era el alma gemela de Sasuke y que prácticamente llevaban casados toda la eternidad, no veía mucho sentido en separarlos. Y, de nuevo, es por eso por lo que no entendía la actual disputa.

—Que no, y deja de hacer esa cara, que no va a funcionar. —escuchó la voz fría de su hermanito.

—Pero, Sasukeeee...—y después un lamento del rubio.

Puede hubiera cosas que Itachi jamás llegaría a comprender sobre esos dos. Oh, bueno, algo era seguro: con Naruto aquí no volverían a aburrirse jamás.


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—Ya deja de insistir. —repitió el pelinegro, claramente fastidiado.

Naruto hizo un puchero y se cruzó de brazos también, imitándolo.

—No entiendo por qué no me quieres aquí. —masculló con reproche, ligeramente ofendido. — ¡Cubriré mis gastos! Les ayudaré a limpiar, a cocinar...

—No podrías cocinar ni para salvar tu vida. —lo interrumpió.

—Guardaré mis cosas por separado para no tocar las de nadie más...—continuó, ignorando la interrupción. —Además, soy una increíble compañía.

Almas ancestrales: Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora