En un intento por cambiar de aires y salir de su zona de confort, Marinette decide visitar a su tía en Londres por todo el mes de noviembre a pesar de saber que es una mujer un tanto especial.
Sin embargo, antes de siquiera empezar, aquel intento d...
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Día 20 » Eliminar «
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Dos horas antes.
—Esto ha llegado demasiado lejos.
—Ajá —Claude rodó los ojos—. ¿Me puedes decir sobre qué hablamos ahora?
Félix resopló con fastidio a su lado, y Claude hizo una mueca cuando no le contestó.
Llegaron a la cafetería en un inusual silencio del cual Claude ya se estaba hartando; sin embargo, decidió tenerle paciencia a su amigo por unos minutos más mientras se quedaba a saludar a sus padres y Félix iba de largo a su sitio favorito de su local.
Toda la mañana se había mantenido así de callado, y no es como que Félix sea de las personas que hablan hasta por los codos, pero últimamente estaba más abierto con sus compañeros de clase y mucho más risueño con su grupo de trabajo.
—Ese es el Félix que conozco —le había dicho Tamara en son de burla al ver a Félix entrar al aula a primera hora de la mañana sin expresión en su rostro—. Ya me estaba preguntando dónde se había metido la última semana.
Claro que no se libró de la mirada fulminante que el rubio le lanzó al llegar a su lado, pero eso solo la divirtió más. Ella se preguntó casualmente qué es lo que había estado pasando en la vida de Félix como para que esté en constantes cambios de humor.
Y ahora, siendo las cuatro de la tarde, el mal humor de Félix parecía haberse multiplicado por cien.
—No sé cómo dejé que se me saliera de las manos —balbuceaba Félix para sí mismo cuando Claude tomó asiento frente a él—. Soy un idiota.
—Dime algo que no sepa.
Graham lo fulminó con sus molestos ojos verdes antes de comer un bocado del postre que había pedido.
—Sí sabes que no te dejaré ir con tu madre ni a ningún otro sitio sin antes decirme qué te pasa, ¿verdad?
