En un intento por cambiar de aires y salir de su zona de confort, Marinette decide visitar a su tía en Londres por todo el mes de noviembre a pesar de saber que es una mujer un tanto especial.
Sin embargo, antes de siquiera empezar, aquel intento d...
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Día 01 » Nuevas recetas «
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—Wow...—Marinette susurró deteniendo sus pasos en la entrada de la cafetería—. Es muy bonita.
—A que sí, ¿verdad? —Ella asintió, y Félix se permitió suspirar e inhalar profundo ese olor tan característico del lugar, aquel que probablemente, era el único que le daba paz—. Es mi cafetería favorita. Me gusta mucho venir a leer, es realmente tranquilo.
Desde lejos tenía una bonita presentación, Marinette se dio cuenta de ello. Y después de todo el drama que montaron hace unos minutos debido a su pánico, relajarse y bajar esa fachada defensiva era lo primero que necesitaba.
Si es que Félix bajaba la suya primero, claro.
—Vamos —El rubio la codeó suavemente para que lo siga—. A pesar de que queda un poco lejos de nuestro edificio, vale totalmente la pena. —comentó mirando cariñosamente el lugar.
Marinette solo asintió en acuerdo, y se dedicó a seguirlo mientras inspeccionaba el local.
En la entrada había una pequeña escalera para llegar a la puerta, y aunque el interior se veía un poco estrecho —en especial el pasillo por el que estaban pasando ahora—, todo se veía hermoso aun si los colores no eran tan vivos como vio en otras cafeterías.
La elegancia reinaba el lugar por donde miraras. El negro, gris, marrón y blanco eran la prueba de ello. Y a pesar de no ser una gran fanática de esos colores, Marinette admitió para sí misma que habían hecho un buen trabajo en combinarlos para recrear el lugar a su modo.
Pese a haber conocido a Félix hace tan solo unos minutos, no le sorprendió que una cafetería así sea una de sus favoritas, sino todo lo contrario, pues ella tampoco esperaba que la llevase a una cafetería llena de rosa y morado.
No sería tan Félix de su parte.
Sonriendo ante su pensamiento, logró alcanzar al rubio cuando se detuvo, y antes de siquiera preguntar dónde se sentarían, él se le adelantó observando al frente.
