Emboscada

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Durante toda la reunion me mantuve concentrada en la información que daban.
Dumbledore hablaba de las relaciones e inclusiones de no magos, y hasta ahora aparte de los antiguos miembros de la orden del Fénixn, algunos aurores jovenes y los vampiros, no se tenía ninguna otra nueva incorporación, por lo que la mitad teníamos como misión reclutar nuevas personas que creyeran en el regreso de Voldemort y apoyarán la causa.
Comentaron los avances con las guardias y vigilancias que hacían, así como que el objetivo de Voldemort era obtener una arma muy poderosa, esa que no tenía la última vez.
También mencionaron que por orden de Dumbledore nadie se había comunicado con Harry, pero que tenían a personas de la orden vigilandolo sin que se diera cuenta.
En ese momento lo único que pensé fue en lo mal que lo estaba pasando el chico y decidí que aunque Dumbledore haya dado esa orden de no comunicarse, como yo apenas me había incorporado y enterado eso no aplicaba en mi por que bien podía decir que ya me había comunicado antes de venir a la reunion.
Al finalizar vi que el dueño de piel blanca y ojos color dorado se incorporaba y comenzaba a caminar hacia mi pero de manera rápida atravese la puerta y me dirigí a la salida, había logrado escapar de Carlisle, al llegar afuera lo primero que pensé fue en ir a Privet Drive, cerré los ojos y sentí el tirón en el ombligo.
Al abrir los ojos me encontraba en una gran calle con casas muy parecidas, nunca había estado aquí pero con la mención de que Harry vivía en el número 4 fue más fácil.
Decidí colocarme un hechizo desilucionador, para pasar desapercibida y que la persona que estuviera de guardia no pudiera verme debido a que adoptaría los colores de la superficie más no hacerme invisible.
Caminé entre los lugares con menor iluminación y tratando de hacer el menor ruido posible hasta llegar al número 4.
Una ves en la entrada me dirigí al patio trasero y pude ingresar por la puerta de atrás, todo estaba en completo silencio y obscuro.
Debían ser como las 8 de la noche, esperaba que Harry se encontrará en casa, subí las escaleras y desde una puerta vi una pequeña luz, me quite el hechizo, y me acerqué hasta la puerta, decidí tocar la puerta para que el abriera.
Toc toc toc
La luz de inmediato se apagó y escuche un ruido, decidí hablar para que supiera que era yo.
-Harry, no te espante soy yo Marie-
-¿cómo se que eres tu?- dijo de manera cautelosa
-bueno de no ser yo habría irrumpido y la situación sería otra, aparte se que nadie se ah comunicado contigo por ningún medio- dije de manera triste la última parte
Él abrió la puerta y me dejó pasar, al voltear a verlo lo abrace, sabía que como tal no existía esa confianza pero después de saber lo que pasó con el torneo él lo necesitaba y más si creía que nadie se preocupaba por comunicarse con él.
Sentí que temblaba y podía escuchar un leve sollozo.
-tranquilo no estas sólo, se que es duro estar así pero me tienes a mi aquí en estos momentos- dije de manera dulce.
Paso un rato más para que dejará de abrazarlo y ambos nos sentamos en la cama.
-¿cuando regresaste?- dijo mientras se limpiaba los ojos
-hoy en la mañana y después me enteré en que situación estabas y decidí que tenía que venir a verte- le sonreí
-eres la única que se ah preocupado, no se absolutamente nada, de nadie ni de Voldemort, que han estado haciendo, no eh notado nada raro, no hay muertes ni nada extraño- dijo lo último muy molesto, supere esto sería difícil
-Harry se que estas molesto y lo envíe do, pero debes entender que no lo hacen por que ellos quieran, intentan protegerte, y por lo que me enteré arruinaste los planes de Voldemort, el no planeaba que regresarías vivo por lo que ahora intenta ser cuidadoso para que nadie más se entere.
Y no estas sólo, te contesté algo pero debes prometer no decir absolutamente nada, por que se supone yo no debería estar aqui-
Me miro durante un segundo dio un fuerte respiro y dijo
-no diré nada pero debes prometer volver a venir, mínimo una vez por semana y traerme algo por que aquí moriré de hambre- sonreí
-esta bien acepto, pero recuerda ni una palabra de lo que te contaré, por órdenes de Dumbledore nadie puede comunicarse contigo, por si llegan a interceptar la carta y está tiene información váliosa, no estas del todo sólo, hasta donde se algúns miembros de la orden del Fénix, organización fundada en la primera guerra mágica por Dumbledore para combatir a Voldemort, se encuentra vigilandote sin que te des cuenta para asegurarse de que no te pase nada-
Me miro sorprendido
-bien eso no lo sabía, pero aún así no pueden mínimo hablar conmigo o algo digo me volveré loco si sigo soportando únicamente a los Dudley, son una pesadilla-
-pues ya conoces la respuesta, pero no te preocupes y creo que traigo algo aquí- dije mientras buscaba en los bolsillos de mi chaqueta, cuando lo encontré saque una barra de chocolate y se la di.
-luego traeré más  para que tengas tus reservas- el con una sonrisa como el gato del país de las maravillas la tomo.
-gracias encerio- me levanté y lo abrace
-bueno me tengo que ir, no salgas mucho y no te preocupes vendré dentro de poco- me volvió a abrazar y me desapareci, debido a que ya conocía el lugar al que deseaba ir.

Al llegar al callejón diagon entre al caldero chorreante y me dirigí a mi habitación dispuesta dormir largo y tendido.

Habían pasado tres días y hoy habían convocado una nueva reunión, por los que antes de irme tome mi bolsa y cónyuge un hechizo un hechizo de extensión indetectable y se dirigió al callejón diagon, ah comprar algunos dulces, postres y comida, después de la reunion se aparecería en casa de Harry.

Llegué a la el cuartel general de la orden e inicio la reunión, tenía un gran alivio pues ningún Cullen había aparecido, pero bien dicen no cantes victoria antes de tiempo por que al poco se escucharon pasos, y modelo era una persona, al girar hacia la puerta se encontraban ellos, era toda la familia Cullen.
Dirigí mi vista hacia enfrente, no hice contacto visual, ellos se sentaron del lado opuesto de donde me encontraba yo unos haciento hacia la derecha, sabía que ellos golpeaban a mirarme, podía sentir sus miradas.
La reunión siguió de manera normal, hasta que llegó el momento en el que ellos hablaron.
Dijeron que podían reclutar a algunos vampiros más, yo no había tenido participación hasta ahora.
-Según tengo entendido Marie es amiga de un metamorfo, si conseguimos que ellos estén de nuestro lado igualariamos la manada de licantropos de Voldemort-dijo Dumbledore a el resto de la orden.
Y fue allí cuando desee no haber ido toda la atención fue dirigida a mi.
Si sabía que los Cullen tenían sospechas por mi aroma ahora que mencionaban a los metamorfos será peor el asunto y querrán hablar conmigo.
- Si tengo unos conocidos, puedo hablar con ellos, yo me encargo de eso- dije de la manera más tranquila que pude.
-bien eso es un punto a nuestro favor-
Y la reunion siguió. Tenía planeado escapar nuevamente pero no esperaba que al finalizar lo primero que harían sería salir pero no precisamente para irse.
Sabía que ellos querían hablar conmigo por lo que no podía retrasar lo inevitable si bien podía hacerme la loca pero eso no funcionaría y menos si Alice veía mis siguientes movimientos.
Estaba atrapada.
Salí del comedor y ellos se encontraban en la sala al caminar hacia la salida con paso tranquilo escuche su voz, aquella voz que me había dicho que lo mejor era irse, aquella voz que escuchaba en mi cabeza cuando sentía una gran adrenalina.
-Hola Marie, ¿podemos hablar un minuto?- dijo Edward, volteó a verlo como si no lo conociera, con la duda plasmada en el rostro.
-Hola, mmm claro, pero no puedo quedarme mucho tiempo me estan esperando- dije con voz inocente
-no será mucho tiempo, sólo queremos hacerte algunas preguntas- mencionó Carlisle
-pasemos al comedor- dije
Para emprender el camino de regreso.
Era momento de revelar algunas verdades.

Mi vida mágicaWhere stories live. Discover now