Capítulo 1

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Pov. Sesshomaru

Me encuentro acostado en mi cama, como es costumbre escuchando tu música, aunque desde siempre el pop no ha sido un género de mi agrado, lo escucho desde hace dos años que iniciaste tu carrera solamente por escuchar tu voz.

Me levanto y tomo mi mochila para ir al gimnasio, agarro las llaves del auto y me subo en el. Antes de arrancar pongo mi lista en Spotify que es única y exclusivamente de tus canciones.

Me pregunto si aún te acuerdas de mí, sería un lindo detalle pero en el fondo espero que no. Que hayas olvidado al niño escuálido, con frenos y que todos molestaban, todos menos tú. Tú eras una niña tan dulce e inocente, en tu ser no cabían las injusticias.

Fue en ese tiempo que a mi corta edad me enamoré y odié el hecho de que mi padre decidiera mudarse a los Estados Unidos y mi madre permitiera que me fuera con él, su nueva esposa y mi medio hermano. Se lo reproché tanto que prefirió mudarse a Los Angeles para estar cerca de mí, mientras mi padre hacia crecer su compañía tecnológica, mi madre trajo su propia agencia de diseño y modelaje tomando gran fama en poco tiempo. E Izayoi, bueno ella atiende a Inuyasha y trata de complacer a mi padre. Quizás por eso dejó a mi madre, ella era independiente, competitiva, calculadora y cero afectiva, todo lo contrario a Izayoi que es sumisa y codependiente, aunque lo compensa con su nobleza y su personalidad tan cariñosa y demostrativa, hasta a mí que no soy su hijo me trata como si lo fuera y yo también la aprecio, quizás sea porque la separación y la nueva relación pareció no afectar en lo más mínimo a mi mamá, es tan indiferente que a veces me pregunto si tendrá corazón. Probablemente sí le dolió, pero es toda una maestra en ocultar sus emociones, yo heredé eso de ella.

¿Qué pensarías de mí si me vieras ahora? He cambiado Kagome, de aquel niño no queda nada más que ese infinito amor por ti. ¿Seguirás siendo aquella dulce niñita? No puedo decir que no cambiaste, porque te ves aún más hermosa de lo que recordaba, pero era obvio, te dejé de ver cuando tenías 7 años y yo 11, ahora eres toda una mujer y tú transformación no tiene otra descripción más que la de un ser celestial.

Yo en cambio, comencé a entrenar Tae Kwon Do cuando entré a la secundaria, me sirvió para poner en su lugar a los chicos que me molestaban, estaba arto de ser el tapete de todos así que convencí a mi padre de que me dejara entrenar. Tiempo después me metí a clases de Jujitsu, siguiéndole el Muay Thai y por último el Krav Maga, así abriéndome las puertas para entrar en las Artes Marciales Mixtas, con un récord de 3 peleas en categoría de principiante y 8 peleas en semiprofesional manteniéndome invicto. Estaba por aceptar debutar en peleas profesionales pero en esos días me enteré de ti, de tu estadía en los Estados Unidos y fue cuando comprobé que el dicho de mi madre es verdad "el mundo es un pañuelo" porque como si el destino trabajara a mi favor, te estableciste en Los Angeles. Fue esa la razón por la que tomé la decisión de no entrar en las peleas profesionales de MMA, sé que hubiera podido forjar una buena carrera como peleador, pero ahora teniéndote en la misma ciudad, no puedo desaprovechar la oportunidad de acercarme a ti.

Sigo cada una de tus cuentas, pero a pesar de ser una artista eres muy reservada, no públicas cada paso que das como lo hacen todos los demás y eso me complica las cosas, ¿cómo puedo encontrarte en ésta ciudad tan grande? Es peor que buscar una aguja en un pajar.

-Pero... ¿qué diablos? - mientras estaba parado esperando que el semáforo cambiará de rojo a verde, pude ver una cabellera tan azabache que es imposible no voltearla a ver.

-Vaya que es grande el destino... Kagome...

Narrador Omnisciente

Los Angeles California

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