𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 // 𝐂𝐇𝐑𝐈𝐒 𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒 𝐈𝐈𝐈

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||STEVE ROGERS||
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Advertencia: BDSM, contenido adulto, lenguaje inapropiado, darksteve

N/A: Steve aquí no se parecerá a él así que advertidos ya están.

Steve paso el pincel por el lienzo mientras miraba el paisaje que su ventana le proporcionaba; en sus tiempos libres Steve le fascinaba pintar y ahora que no había ido a impartir clases esta relajado pintando lo que tiene enfrente.

—Interrumpo papi —tu voz hace que gire su rostro, te observo de arriba abajo; tu bata de seda que cubría muy poco aquella lencería azul marino que hacia resaltar tu piel. Steve suspiro al ver como su longitud volvía a ponerse dura con solo mirarte e imaginar las cosas que ya habían hecho en la habitación.

—Tu jamás me interrumpes bebe —su voz hizo gruesa hizo que un escalofrió recorriera tu cuerpo. Te acercas a él y te paras frente a él mirando el dibujo de su lienzo.

—Te está quedando muy lindo papi —dijiste mirando sus ojos azules que están oscuros, te mordiste el labio y te sentaste en su muslo, jadeas al sentir su erección—¿Cuándo me pintaras a mí? —preguntas haciendo un puchero con tus labios.

—En serio quieres que te pinte amor —asientes con la cabeza sintiendo las llamas de sus dedos frio recorrer tu muslo desnudo—. Podemos hacerlo ahora mismo —dice dejando un beso en tus labios.

—¿En serio?

—Claro bebe —peina tu cabello hacia atrás de tu oreja—. Acuéstate en ese sofá y quítate la bata para papi —besa tu cuello, mientras tus manos se sumergen en su cuero cabelludo.

—Papi —jadeas, el dejo de dar besos en tu cuello y palmeo tu muslo indicando que te levantaras, así lo hiciste y caminaste hacia el sofá que él te había indicado el cual estaba frente a su ventana.

La casa del campo de Steve está un poco retirada de las demás y ese era su lugar favorito cuando quería tener paz y hacerte gemir todo lo que él quisiera.

Sus alumnos y colegas lo tachan de un hombre bueno, paciente, respetoso y sería incapaz de hacer algo malo para ellos, pero tu conocías al verdadero Steve, ese el que te podía dejar días cojeando, aquel que podía follarte todo el día y no se cansaría de ello, Steve Rogers no es ni será un santo y eso lo sabes perfectamente.

—Quita tu bata amor —pidió mirando como aun cubrías tu cuerpo con ella, poco a poco te la vas quitando frente a sus ojos hambriento y con sed de estar de nuevo dentó de ti, cuando quedaste solo en tu lencería que el había comprador para ti—Joder bebe, podríamos estar haciendo el amor en estos momentos si no me hubieras pedido que te pintara —su risa ronca hizo que tus bragas se empaparan, tus mejillas se sonrojaron.

—Podemos hacerlo después papi —musita miras como asiente con la cabeza, empieza a tomar su pincel y lo paso por el lienzo que estaba pintando.