D e a t h

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*15 años*

Sunghoon estaba sentado en el sofá con un cuaderno y dos libros a su lado. En el otro sillón se encontraba Harrison, recitando los deberes que tenía para esa tarde. La mesa de centro estaba cubierta de comida chatarra que seguro a mí no me dejarían comer nunca, al menos no frente a mi madre, que hace unos meses se le pegó la idea de llevar una vida saludable y natural.

Sunghoon sonrió y golpeó con su lápiz a Harrison.

De acuerdo, lo estaba espiando, pero no era mi culpa que después de besarnos hace más de un año él no haya hablado del tema.

Volvíamos a la relación de antes, esa de los buenos días y aquí no ha sucedido nada. Ya ni siquiera sabía si tenía celos, había tenido que fingir estar interesado en otros chicos, pero Sunghoon me ignoraba y seguía con su vida.

Incluso, tenía un novio.

Me costó mucho admitirlo, pero al final tuve que hacerlo. La verdad estaba frente a mis ojos y yo me vendaba para quedar ciego, me gustaba Sunghoon y no podía evitarlo.

Aún lo odiaba, a final de cuentas era un intruso en mi casa, aunque lo conozca de niño, pero por otro lado era inevitable no sentir ese hormigueo en la piel cada vez que él sonreía o cuando su mirada se iluminaba y demostraba lo feliz que era.

No era bueno para mi salud mental, me desvelaba pensando en por qué ya no me hablaba. Tampoco lo era para mi sistema nervioso y respiratorio, mi corazón se aceleraba de una manera increíble cuando estaba cerca de él y me faltaba el aire cuando el me decía todas las mañanas "Buenos días".

Algo andaba mal conmigo. Hace unos años me habría tirado del segundo piso por la ventana hasta que mi cabeza sangrara y recobrara la razón, sin embargo, ahora no me importaba demasiado.

Estúpido amor que controlaba a las personas, ¿por qué hacer que me enamorara de Sunghoon?

Estúpido, estúpido, estúpido.

Y Sunghoon volvió a sonreír, y dejé de pensar por unos cuantos minutos.

—¿Espiando a tu amor? —salté del susto al oír la voz de Jisung en mi oído. Como estaba en las escaleras, rodé hasta llegar abajo y chocar con un ruido seco contra el suelo.

—¿Qué fue eso? —escuché que preguntó Sunghoon.

No alcancé a levantarme antes de que Harrison y Sunghoon llegaran a dónde yo había caído. Tirado en el suelo, con el cabello sobre el rostro y con Jisung riéndose diez escalones más arriba , no era un buen momento para que Sunghoon me viera. Sin mencionar que él ya sabía como lucía cada mañana, esto era peor.

Harrison me ayudó a pararme, Sunghoon se quedó mirándonos y no movió ni un dedo. A veces su actitud me molestaba. No tenía ninguna enfermedad contagiosa ni tampoco lo iba a morder si me tocaba.

—Gracias, Harrison—le dije cuando me quitó el cabello del rostro.

—De nada. Aunque me gustaría saber como fue que te caíste.

—Porque es torpe, se tropieza con sus propios pies—dijo Sunghoon.

Eso dolió.

Fue un comentario frío y tosco. Ni una mirada, ni una emoción.

Agarró a Harrison del brazo y se lo llevó de regreso al sofá para continuar haciendo los deberes.

—Amargado—dije en voz alta para que él lo alcanzara a escuchar.

Cásate conmigo ; SungkiWhere stories live. Discover now