S a d n e s s

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(Días después)

—Amo fabricar bebés —dijo Sunghoon, estirando sus brazos y colocándolos detrás de su cabeza, sobre la almohada.

—No puedes ser tan pervertido —le dije.

Sunghoon se había tomado en serio lo de tener un hijo y desde hace dos meses se había puesto "en campaña". Aunque sólo él, a mí me arrastraba en su locura a veces, pero la mayoría del tiempo lo evadía, en serio él quería un hijo.

—¿Dime que tú no? —no le respondí, si decía la verdad me sentiría muy avergonzado, pero si mentía, de todas formas, él lo descubriría.

—Iré a preparar el desayuno —le dije.

—¡No te olvides de la prueba, estoy seguro de que esta vez es la vencida!

Me levanté y me dirigí al baño antes de ir a preparar el desayuno.

Sí, estábamos hace dos meses intentándolo... y en estos dos meses no había ocurrido nada.

Entré al baño con los nervios de punta, habíamos acordado que, si esta vez las cosas seguían igual, iríamos al doctor para ver cuál era el problema. Y eso me tenía aterrado.

—¿Ya? —me preguntó Sunghoon, entrando al baño también. Habían pasado 15 minutos después de hacerme la prueba, tiempo suficiente para ver la respuesta, pero tenía tanto miedo de que diera negativo otra vez que, sin darme cuenta, estaba contra la pared conteniendo el aliento.

Asentí y Sunghoon se acercó a la prueba. Lo miró y bajó la mirada, una pesadumbre cubrió su rostro. Ya me imaginaba que volvería a pasar.

Se me acercó y me besó en la frente, dándome un fuerte abrazo de su parte.

—Creo que tendrás que conseguir uno de esos horarios, tal vez lo estamos haciendo en la fecha incorrecta —le correspondí el abrazo para darle seguridad de sus palabras, porque ni yo me las creía.

Como muchas otras veces, fuimos a la cocina y preparamos el desayuno.

La decepción se respiraba camuflada de calma y sueño, ninguno dijo nada. Comimos en silencio y antes de darme cuenta, Sunghoon ya se despedía para ir a la escuela.

No quise decirle nada de mis sospechas, así que me arreglé para ir al doctor por mi cuenta. Tenía hora temprano, así Sunghoon volvía para el almuerzo y seguiría como que estuve trabajando.

Me iría en autobús por si alguna de las chismosas de la calle le decía a Sunghoon que había tomado el auto. Pasaría más desapercibido.

Las manos me sudaban y sentía mucho frío, a pesar de que no lo hacía para nada. El miedo de las múltiples posibilidades se apoderaba de mí a medida que me acercaba al hospital.

Tuve que reunir toda mi fuerza de voluntad para mover los pies, pero al final logré entrar. Arreglé el asunto del papeleo y la cita con el Dr. Kim.

Me llamaron en menos de diez minutos, el doctor era amigo de mi madre así que haría cualquier tipo de examen hoy para salir de dudas lo antes posible.

—¿Ni-ki Park? —asentí cuando una enfermera me llamó en medio del pasillo. Algunas personas se me quedaron mirando.

—¡Ni-ki mira cómo has crecido! —exclamó el Dr. Kim en cuanto me vio.

Lo recordaba en fragmentos, no lo veía desde los 14 años cuando a mamá le dio con llevarme por mis "problemas de desarrollo"

—. ¿Qué te trae por aquí? ¿Sigues teniendo problemas con...?

Cásate conmigo ; SungkiOnde histórias criam vida. Descubra agora