7: Decir la verdad

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—¿De qué querías hablar? —Scaramouche los había llevado al interior de un edificio, y habían permanecido ahí durante un buen rato en silencio. El azabache había estado de espaldas a él—. Scaramouche, se está haciendo de noche no creo que...

—Os he visto —interrumpió con la voz monótona, girándose por fin a mirarlo con los ojos inexpresivos—. A ti y a Kaeya.

El corazón de Childe dio un vuelco, sintiendo que el mundo se paraba a su alrededor. ¿Había escuchado bien?

—¿C-cómo...? Tú estabas con Zhongli y...

Se quitó la mochila, sacando unos prismáticos.

—Estaban en la tienda de caza —empezó a decir—. Nos subimos a lo alto de un edificio para ver su potencia, y os ví —Childe apretó los labios.

—Mira, no sé lo que viste pero te aseguro que...

—Casi lo besas.

Childe apretó los puños, cerrando los ojos y agachando la cabeza, respirando hondo.

—No me voy a meter en tu relación con Zhongli porque no me incumbe, pero no voy a ignorar el hecho de que lo que estás haciendo está mal.

—No sé porqué he hecho eso, ¿vale? —respondió con la voz temblorosa—. Lo siento...

—No es a mí a quien tienes que pedir disculpas —Scaramouche caminó hasta estar enfrente de él—. Tienes que decírselo a Zhongli.

Sintió como su pecho se encogía, se sentía pequeño y ridículo. Abrió los ojos, encontrándose con las orbes púrpuras que lo miraban desde abajo.

—¿No se lo has contado? —inquirió, haciendo que el azabache resoplara.

—Ya te he dicho que no me iba a meter en tu relación, no soy un soplón tampoco.

Childe se quedó callado.

—De todas formas no confío en Kaeya —cambió ligeramente de tema, pasando poe su lado—. Es todo demasiado sospechoso. Además, él sabe que estás con Zhongli, así que si te ha incitado a eso tenemos más razones para no confiar en él.

Asintió. Scaramouche lo miró de reojo durante unos segundos, antes de que finalmente se retiraran del edificio.

Su viaje continuó esa misma noche, no querían arriesgarse a continuar mucho más tiempo en la ciudad, por lo que continuaron su camino tras haber conseguido gasolina de otros coches. Xiao relevó a Zhongli en su tarea de conducir, dejándolo descansar en el maletero. Childe permaneció en el asiento del copiloto, mirando por la ventana la carretera vacía, siendo iluminada por las luces de la furgoneta.

 
Childe encendió su teléfono móvil, comprobando que solo le quedaba un once por ciento de batería. Suspiró, abriendo la galería y pasando las fotos que había. Él no era el tipo de persona que hacía fotografías a todo, y en ese momento se sintió mal por eso. Necesitaba ver cosas de cuando todo estaba bien, pero a la vez, su pecho dolía. Todo estaba relacionado de alguna forma con Zhongli o su familia, los sentimientos negativos empezaron a acumularse en su corazón, el cual ya había sido partido en ese poco tiempo. 

Se quedó mirando la fecha y la hora, abriendo los ojos y notando como la boca se le secaba. Era su aniversario. El aniversario de él y Zhongli. Se giró a mirar al castaño, viendo como dormía plácidamente, apoyando su cabeza en la de Scaramouche. Childe se volvió a incorporar, notando como sus ojos picaban y su labio inferior temblaba.

Xiao lo miró de reojo, habiéndose dado cuenta de su inquietud. Se tapó la cabeza con las manos, encogiéndose en el asiento y llorando en silencio. Se sentía asqueroso, escoria. ¿Cómo podía haber hecho eso? Se odiaba, odiaba a todo su ser. No merecía a Zhongli. No merecía nada de lo que él le diera. Se dejó engatusar por los encantos se Kaeya, y de alguna forma casi lo besó. Casi rompió cuatro años de una bonita relación. Respiró por la nariz sonoramente, notando la mirada de Xiao sobre él.

𝙐𝙣𝙩𝙞𝙡 𝙙𝙚𝙖𝙩𝙝 𝙙𝙤 𝙪𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙩 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 +18 ]Where stories live. Discover now