1: Encuentro

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El timbre sonó, despertando abruptamente a Childe, que se incorporó al segundo. Zhongli se movió, mientras sus brazos caían a su lado, soltando al pelirrojo mientras seguía luchando para no despertar.

—Zhongli —movió al castaño, dándole suaves golpes en su mejilla para despertarlo, recibiendo solo unos gruñidos como queja—. Han llamado al timbre.

Cogió su brazo, mirando la hora en su reloj de muñeca y frunciendo el ceño, molesto. ¿Quién en su sano juicio llamaría a las cuatro de la mañana? Soltó el brazo de Zhongli, que hizo otro ruido en protesta. Childe se deslizó por las sabanas, saliendo de la cama y arrastrando los pies, mientras el timbre volvía a sonar, reverberando por las paredes del piso.

—¡Vale, vale, ya lo hemos oído! —gritó enfadado, quitando el cerrojo de la entrada. Oh, su 'querido' vecino Scaramouche, vivía unas dos plantas por encima de ellos, ¿qué cojones estaba haciendo ahí? Frunció el ceño, sin intentar disimular su evidentemente enfado—. ¿Qué?

—Han cortado la luz.

—Oh, bueno. Vale, ¿qué me importa? —espetó, cruzándose de brazos y apoyándose en el marco de la puerta—. Son las cuatro, no es como si me fuera a morir, ¿estaba durmiendo sabes? Ya volverá. Vete a molestar a otros —fue a cerrar la puerta, pero la mano del más bajo se lo impidió, haciendo que volviera a abrir a regañadientes.

—Sabes que la luz de prácticamente toda la calle es gracias a una compañía de Snezhnaya, ¿no?

—Bueno, ¿y? —alzó una ceja.

—La luz de la tienda también pertenece a la misma compañía. ¿No te parece extraño? —Childe suspiró, desviando la mirada.

—Me parece más extraño que esté hablando contigo a las cuatro de la mañana por un corte de luz, ¿qué cojones estabas haciendo? —el azabache abrió la boca para responder, pero le interrumpió—. No, no lo digas. No me importa.

Frunció el ceño, dándole una de esas miradas asesinas.

—Quizás deberías tomarte la situación de Snezhnaya más en serio —siseó.

—Quizás deberías tomarte la situación de Inazuma más en serio —respondió, viendo como soltaba un suspiro de frustración y se daba la vuelta, marchándose.

—No sé ni para qué me he molestado en venir —lo escuchó decir mientras subía las escaleras. Childe resopló, cerrando la puerta y volviendo a colocar el cerrojo. Caminó de vuelta al dormitorio, donde Zhongli lo observaba medio dormido.

—¿Qué ha pasado? —susurró, viéndolo subirse a la cama y gatear hasta llegar a su lado, estirándose nuevamente.

—Nada, un enano paranoico —contestó, acurrucándose en su pecho y dejando que los brazos del castaño lo rodearan nuevamente—. No... no hay nada de lo que preocuparse.

En realidad lo estaba. Dejó que sus párpados se cerraran, escuchando el corazón de Zhongli latir y su respiración calmada, su pecho subiendo y bajando lentamente. Desearía poder permanecer de esa forma para siempre.

—La compañía se ha disculpado públicamente, mientras el resto de países parecen empezar a preocuparse por la situación de Snezhnaya, que al contrario de lo que aseguran las autoridades; no parece más que ir a peor. Se han provocado pequeños disturbios por varios grupos de jóvenes en diferentes ciudades, reclamando que se revelen los datos, acusando a las autoridades de mentir y ocultar información. Mientras tanto, el gobierno parece que aislará al país...

Se levantó del sofá, dejando a Zhongli solo mientras marcaba el número de su madre en el teléfono, caminando al pasillo mientras observaba las imágenes que pasaban en la televisión.

𝙐𝙣𝙩𝙞𝙡 𝙙𝙚𝙖𝙩𝙝 𝙙𝙤 𝙪𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙩 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 +18 ]Where stories live. Discover now