...En el cielo las estrellas, en las playas las gaviotas Y EN MEDIO DE MIS PIERNAS REBOTANDO TUS PELOTAS...
Para Adán el paraíso era su hogar en cambio para nosotros el infierno era nuestra gloria, qué más daba si arderíamos en lo más profundo con tal de caer en el éxtasis llenos de placer.
Tomó mi cintura y me cargó, por impulso envolví mis piernas a sus lados aferrándome más a él, sentí como nuestros labios hicieron contacto donde nos hundíamos en un profundo y perfecto beso, al instante mi piel se ruborizó y me perdí por completo en el dulce sabor de sus tiernos, tibios y regordetes labios deseé que el tiempo se detuviera y morir en ese vínculo.
Sus manos acariciaron suavemente mi sexo sintiendo el roce de sus falanges sin más mordí su atlético y desnudo hombro emitiendo un leve gemido, asimismo percibí como su sangre comenzaba a hervir, deseaba que me haga suya que metiera todo sin limitarse que desencadene todo ese fuego que corría por sus venas.
...Llévame a la bendita cama... -pensé clamando y como si ello tendría voz, el glorioso masculino Park Jimin me dirigió hacia la pieza para luego dejarme delicadamente sobre ella donde la temperatura de nuestros cuerpos se complementaban en algo neutro, repartiendo pasión con sólo mirarnos. No podía evitar la excitación que Jimin me hacía sentir.
Deslizó sus manos por debajo de mi blusa, explorando desde mi abdomen hasta el borde de mis senos observándome con esas pupilas cobrizas dándome entender de lo que se avecinaba, solo escuché como rasgaba la tela de mi prenda superior y con suavidad aproveché deslizar mis dorsos por sus membrudos brazos hasta llegar a sus hombros.
-Voy a demostrarte lo que es un hombre -murmuró mientras su lengua hacía su jugada entre mis pechos
-hazme tuya, hazme arder -susurre acariciando los lados de su cabeza.
Delineó mis senos dejando un rastro de humedad, asimismo liberó su lengua sedienta de mi piel para filtrarse en mi cuello descendiendo hasta mis pezones erectos donde estos fueron rodeados por la punta de su lengua, en respuesta gimotee comprimiendo sus atléticos hombros arqueando mi espalda ofreciéndome en aumento. Sin perder la oportunidad atrapó uno de mis pezones entre sus labios para luego juguetear con el entre sus dientes, tal acción hizo que me humedeciera preparándome voluntariamente para recibirlo.
Pude comprobar que él se ponía cada vez más duro con oírme gemir y vibrar bajo sus toques, claramente iba a explotar con sólo rozarme contra su miembro, despojó mi última prenda dejándome tal como Dios me envió al mundo, él no se quedó atrás inmediatamente se liberó de sus ropas una vez listo se reincorporo entre mis piernas, su erección frotaba mi centro y tan solo basto para desatar un gruñido lleno de zozobra.
Se deslizó paulatinamente en lo más profundo haciendo que nuevamente arqueara mi espalda a la vez soltando un gemido ahogado en su blancuzco y largo cuello.
-Ahora sólo siénteme -habló entre quejidos comenzando a moverse de adelante hacia atrás manteniendo un ritmo constante y placentero, sin más envolví mis piernas invitándolo y Park lo entendió perfectamente mostrándome una sonrisa orgullonesca a la vez embistiéndome violentamente llegando a los más profundo de mi ser.
Entre vaivenes llenos de gemidos, entre caricias, besos y sin pausa a nuestra pasión desenfrenada susurramos...
-Entra en mi infierno -declaró con ímpetu sin dejar de compactarse contra mi vagina
-entonces dame todo tu pene... para inundarte de contracciones... -espete entre gemidos -donde masajeare tu miembro... pidiendo por más -de su frente sudorosa caía gotas hasta mi rostro aún así se veía salvajemente sexy y ardiente sometiendonos al éxtasis
-entonces ¿te gusta nena... -preguntó con voz grave -te gusta como mi pene se entierra en ti? -no respondí en cambio otorgue gemidos cada vez más audibles debido a sus insensatas penetradas, pero de un momento a otro él salió de mi interior y sólo de esa forma pude prestarle atención - dime _____
-¿por qué... te detuviste? -indague molesta a la vez sorprendida
-dime que quieres, cariño... y yo te lo doy -musitó presumido
-quiero... que me folles -susurre escondiendo mi rostro entre las almohadas pero aún así no pude evitar que se tornara en un rojo cálido por las palabras dichas
-no, terminantemente no te he escuchado -era notorio que quería hacerme sufrir, pero que manera de hacerlo -quiero que digas mi nombre fuerte y claro
-¡bien! -grité frustrada -¡ PARK JIMIN QUIERO QUE ME... ! -entró de una sola estocada haciendo apretar las sábanas de la cama que ahora se encontraba hecho un desastre
-eso quería escuchar... -declaró con voz rauco -de tus lindos labios -aquel vocablo sonaba de forma tan erótica que mandaba punzadas a mi clítoris que rogaba por ser atendido, sin limitarme deslice mi mano pero Jimin la apartó rápidamente quien ahora le daba atención que tanto necesitaba.
Mis gritos eran tan devastadores que sentía como mi boca fue cubierta por una de sus manos mostrándome una sonrisita para nada tierna.
-Jimiiin... —gemí queriendo sentirlo más, tomó mis tobillos y alzó mis piernas para recargarlos sobre sus hombros y otra vez entró pero en esta oportunidad se sentía mucho más placentero.
Cada arremetida mis muslos rebotaban contra mi estómago haciendo que mis pieles se pegaran y despegaran agreguemos nuestros acústicos gemidos y el choque de mi humedad en cada entrada y salida de su pene.
-Ah! ah!... mmm! -lloriqueaba entre gimoteos - ... ¡JIMIIIIN! ...
-sí nena... vamos... -me animó a liberarme mientras que él trataba de controlar su orgasmo.
Al poco tiempo estallé en un rico y delicioso orgasmo y sin alguna palabra Park salió de mi interior sintiendo la contracción y sin más se liberó sobre mis piernas donde su líquido seminal recorría hasta llegar a mi vagina mezclándose con mi humedad.
Bajó con cuidado mis muslos para luego acomodarse a mi lado sin despegar su mirada sobre la mía.
-Eso fue excitante... -sostuvo rompiendo el silencio, el satán, Park Jimin
-sí, lo fue -respondí avergonzada, sin lastimarme sujetó mi cabeza para colocarlo sobre sus musculosos pectorales.
Había cedido ir al infierno estando aún con mis cabalidades bien puestas, pero aún así no me arrepentiría irme a la mismísima oscuridad con Park Jimin.
...Dame un orgasmo, donde colma mi sed de sincero placer...
Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.