FIN

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—Tú me dejaste creer que...
— ¿Que estaba interesado en Stefanie? —la interrumpió—. Tú estabas empeñada en creer lo peor de mí y yo sólo te seguí el juego. Si esa era la forma de detenerte en Roma, yo estaba preparado para continuar con el engaño. Habría hecho cualquier cosa por mantenerte junto a mí. Cásate conmigo, ______.
— ¡No puedo! — apretó los dientes para darse fuerza—. De todas formas, no deseas hacerlo.
—Acabo de pedírtelo —su voz continuaba controlada.
—Sí, pero no estás al tanto de todos los hechos —las lágrimas anegaron sus ojos—. Estoy embarazada y sé lo que los hombres piensan sobre eso. En poco tiempo estaré gorda y fea; ya no te serviré.
Justin se quedó mudo y ella supo por qué. Lo desconcertó y seguramente pensaba en una salida caballerosa. Hubiera querido ayudarlo, pero nada se le ocurrió. Se sentía tan confundida e infeliz que no era capaz de pensar con claridad.
De pronto la abrazó por la cintura.
— ¿Es eso lo que piensas, mi tontísima ______? ¿Fue esa la razón por la que tu padre las abandonó?
— ¡Sí, esa fue la razón! —gritó tratando de librarse de su presión, no quería sentir las ondas de placer que empezaban a apoderarse de ella—. No tienes que sentirte culpable, Justin. Yo... yo quise hacer el amor tanto como tú. ¡No eres el responsable!
— ¡Más te vale que lo sea! —exclamó violento y hurgó en sus ojos, sintiéndose tranquilizado al descubrir tanta desdicha en ellos—. Oh, ______ —tomó su rostro entre las manos—. Con todo lo que desconoces de los hombres podría escribirse un libro. Quizá tu padre las abandonó por esa razón, aunque yo lo dudo. Me atrevo a suponer que se alejó de tu madre porque no la amaba, como tampoco tú amabas a ese estúpido jovenzuelo.
—No soy tan tonta como para no haberme dado cuenta de ello —dijo con tristeza y apartó los ojos evitando su mirada—. Pero la misma situación se presenta ahora. Tú no me amas, Justin. Sólo me deseas y ya no voy a ser atractiva para ti.
—Ven aquí —la sentó junto a él—. Tú no sabes que yo te conocí mucho antes que tú me conocieras, ¿verdad? —la abrazó, confortándola y brindándole calor, no deseo. Ella se apoyó en su hombro—. Cuando mi padre regresó de Inglaterra—continuó— nos relató una y mil veces acerca de todas tus cualidades, tanto que Toni y yo casi llegamos a enfermar cada vez que pronunciaba tu nombre. La santidad de ______ llegó a convertirse en el tema del día, nos contó su anécdota una y otra vez. Entonces, cuando decidió retirarse, descargó sobre mí toda la responsabilidad. Yo ya llevaba algún tiempo auxiliándolo, pero de pronto tuve que revisar todo, inclusive los registros de los empleados. Fue entonces que te vi por vez primera, hace ya un año.
Le tomó la barbilla con dos dedos y la besó en la punta de la nariz, como se hace con una niña adorada.
—Mi padre de pronto recordó y empezó a decir, ¡es ella! ¡Esa es ______!, y yo pensé, ¡Dios, no otra vez! Entonces me mostró la fotografía en blanco y negro de tu solicitud y me impacté por los sentimientos que despertaste en mí. Me sentí obsesionado. Empecé a sentirme celoso cuando hablaba de ti. Sin darme cuenta, empecé a husmear en los archivos deseando toparme con tu fotografía, me quedaba viéndola en vez de seguir haciendo las mil cosas que tenía pendientes; finalmente, decidí olvidarme de ti. Sabía que alguien tan virtuoso como tú no era para mí y me dije que en cuanto te conociera me libraría de ese pensamiento —se rió y la abrazó. ______ empezó a sentirse feliz, dichosa—. Mi padre ya tenía la idea de integrar más firmemente la sucursal inglesa con la casa matriz y ya lo habíamos hablado, pero yo no estaba interesado hasta ese momento en que decidí ir yo mismo. Cuando llegué habías salido a comer. Entonces me di cuenta de que estaba deseoso de conocerte. Decidí quedarme y al poco rato llegaste tú ¡Sentí como si un rayo me hubiese deslumbrado! No podía dejar de verte. Y después, cuando te enfadaste y te mostraste dispuesta a pelear, al descubrirte tan real, tan alejada de lo angelical, supe que debías ser para mí, que no debía permitir que nadie te alejara de mí.
—Te deshiciste de Chris con rudeza —murmuró. 
La felicidad de ______ casi era incontenible.
—Soy un hombre rudo —confesó y depositó un suave beso en sus ojos—. El no era para ti. Hablé con él, lo escuché. Si él hubiera sido el hombre adecuado jamás me habría interpuesto, pero me pareció un hombre tan egoísta, que Zarein se me hizo una buena idea y él aprovechó la oportunidad de irse y dejarte. Desde entonces —se quejó—, tú me has hecho vivir un infierno. Anduviste deliberadamente por el peligro, impidiéndome estar cerca de ti para protegerte. Todo lo que se me ocurrió fue hacer que vivieras en un lugar cerca de alguien que te cuidara por mí.
— ¿Es por ello que lo hiciste?
—Por eso y por otras razones —confesó—. Yo te deseaba y tenerte cerca fue lo único que se me ocurrió. La noche en que Pearson apareció inesperadamente —él le recordó—, me pareciste más que deseosa de ser mía, de convertirte en la amante que yo imaginaba y deseaba, pero en el último minuto te miré y vi lo que antes no había visto cegado por la pasión que me inspirabas —le sonrió—. Te miré y descubrí lo ciego que había sido hasta entonces y me dije: "¡La amo!". Entonces supe que no debía tomarte así y a pesar de que sabía que te hería, tuve que rechazarte. Yo no estaba seguro de que me amaras y no hubiera sido correcto.
— ¡Yo te amaba! —ella lloraba lágrimas de felicidad por la inesperada confesión—. Te amé desde mucho tiempo antes.
—Eso no lo supe hasta que vi tu reacción cuando estuve a punto de sufrir el accidente en el helicóptero—le aseguró—. Ese día lo comprendí, entonces todo fue hermoso y perfecto. Oh, ______, ¿de verdad piensas que puedes parecerme fea? Lo que yo siento al saber que llevas en tu vientre a un hijo mío es algo que no podría expresar en palabras ¡Me siento grande! ¡Un gigante! ¡Y tú eres mía! —la abrazó con fuerza, hundió los dedos en el maravilloso cabello y empezó a besarla—. Nos casaremos en Roma —dijo, levantándole el rostro y mirándola con tanta ternura como jamás lo había hecho.
—No te he dicho que me casaré contigo —bromeó juguetona.
—Tus derechos ya fueron restringidos —le advirtió—. En primer lugar, me perteneces; y en segundo lugar, has puesto en serio peligro a nuestro hijo al haber huido. Te aseguro que no llegarías muy lejos si en uno de esos arranques te alejaras de mí después de casados. Lo menos que haría sería publicar en primera plana en los periódicos: "¡La esposa de Justin Bieber ha desaparecido! ¡Se ofrece jugosa recompensa a quien ayude a descubrir su paradero!" Te aseguro que no habría un lugar en el mundo donde pudieras esconderte.
— ¡Yo nunca te dejaré, Justin! —lo abrazó por el cuello—. Yo te seguiré gustosa a cualquier parte que vayas.
—Eso parece maravilloso. Si yo pudiera creerte —se rió—, pero esas palabras no son tu estilo. 
—Podríamos disfrutar nuestra luna de miel aquí y después casarnos—ella propuso soñadora, pero él sentenció:
— ¡De ninguna manera! No le seguiré el juego a una hechicera de cabellos rojos. Esta noche nos quedaremos aquí, pero mañana volaremos a Roma y anunciaremos nuestro compromiso de inmediato. Nos casaremos tan pronto esté todo arreglado.
—Tengo que ir a ver a mi madre —______ expresó después de un momento—. La llamé por teléfono, pero no quise decirle dónde estaba, debe estar muy preocupada.
—Te aseguro que no ha sido la única —Justin respondió furioso—. Me he hecho viejo rápidamente por la angustia que me causaste y Toni y mi padre no me ayudaron mucho; por supuesto, los dos me culparon. Tendré que llamarlo más tarde. Mi padre insistió en que le dejara el número de teléfono del hotel. No necesito decirte que se siente encantado de poder incluir a un ángel en nuestra familia; pobre, no sabe lo que dice —se rió y la apretó más fuerte cuando ella quiso reclamar—. Tu madre podrá venir a Roma—agregó minutos después, cuando ella empezó a sentir que ardían sus mejillas bajo los besos de él—. Ella puede instalarse en tu apartamento y si lo desea, podrá quedarse a vivir allí. Quizá la ciudad le dé otra perspectiva de la vida; quizá allí pueda encontrar la felicidad que la haga olvidar su fracaso. De cualquier modo, tendrá la oportunidad de estar cerca de su nieto.
—Jamás pensé que regresaría —______ suspiró feliz—. Yo eché una moneda a la fuente de Trevi, pero lo hice jugando, sin un verdadero deseo, y ahora, después de todo, regreso a Roma.
—Y para siempre —susurró él buscando sus labios—. Juntos diseñaremos nuestra casa en la colina y cuando esté terminada, viviremos allí y por las noches veremos las luces de la ciudad mientras nuestros hijos duerman.
Ella se acurrucó contra él, lo rodeó por el cuello y él deslizó las manos hasta el cinturón del albornoz y lo abrió, dejando a la vista la cálida piel del cuerpo de ______. Amoroso, lo acarició. ______ le ofreció los labios.
—Y, hablando de niños —murmuró él casi sin dejar de besarla y acariciando el vientre plano—, aquí todavía no se ve el resultado de mi esfuerzo.
______ se puso roja y soltó una risita traviesa; era feliz, como nunca lo había sido.
—He perdido mucho tiempo —dijo con deliberada coquetería.
—Yo también —confesó con los ojos nublados por el deseo—, pero ahora muero de impaciencia. Vamos a la cama.
—Tan sólo estamos a media tarde —protestó cuando la levantó en sus brazos.
—Los dos necesitamos una larga noche. Cualquiera puede darse cuenta de que necesitas cuidados y atención, y el esfuerzo de mantener mis manos lejos de ti desde que te encontré me ha dejado exhausto —se detuvo unos momentos al lado de la enorme cama, el ambiente de la habitación era cálido. La miró con todo el amor que le tenía—Nos besaremos hasta que estemos cansados, demasiado cansados para tocamos, cara—musitó—.Entonces nos quedaremos dormidos, pero... sólo un rato.
______ lo abrazó con fuerza y los dos se fundieron en uno en silencio; la pasión nacida en ellos desde el primer momento en que se conocieron se desbordó. El amor venía a sustituir a la violencia, a la ira. Ahora la pasión era el resultado de su ternura y de la certeza de que jamás se volverían a separar.
—Aún no me has dicho —Justin reclamó amoroso, mirándola con adoración—. No me lo has dicho claramente.
—Te amo, Justin —susurró dichosa—. Te amo, querido. Y la felicidad que vio en el rostro de Justin fue la mayor recompensa de su vida.

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⏰ Last updated: Mar 19, 2015 ⏰

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Un MomentoJB&TU (Terminada)Where stories live. Discover now