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Justin se detuvo en un área arbolada; estaban cerca de la ciudad, pero el panorama era distinto. Todo estaba en calma y cuando él la ayudó a descender del auto, el aire fresco agitó el vestido y el cabello de ______.
—Qué lugar tan tranquilo —comentó ella. El recorría su figura con los ojos; ______ descubrió una especie de apetito sensual en su mirada que la hizo ruborizarse— Entonces, ¿es esta? —ansiaba romper el silencio.
—No, estamos cerca, pero tenemos que dejar el coche aquí. Debí decirte que trajeras zapatos más cómodos—comentó al advertir el calzado de tacón—. Si se te dificulta el camino, podemos dejarlo para otro día. Por aquí—le ofreció una mano que ella aceptó sin vacilación y empezaron a subir la colina que dominaba la ciudad—.Roma fue construida sobre siete colinas —le explicó mientras ascendían—. Actualmente ya no hay terrenos, ni siquiera para construir una choza, pero lo poco que queda me pertenece.
El viento era cálido y ligero; las luces empezaban a cubrir el manto negro de la ciudad.
El terreno de Justin era plano y bien cuidado cubierto de árboles frondosos.
— ¡Es hermoso! —exclamó sincera—. ¿Qué vas a hacer aquí?
—He pensado construir una casa. Mi padre vive en una hermosa finca cerca de la costa; yo, en un elegante apartamento en la ciudad, pero no tengo una casa propiamente dicha, y a los treinta y tres años creo que ya es hora de poseer una. Hace mucho tiempo que tengo este terreno. En una o dos ocasiones he estado tentado a deshacerme de él, pero no puedo alejarme de Roma, tengo demasiado trabajo y responsabilidades para darme ese lujo.
—Este es un lugar estupendo para construir tu casa —dijo entusiasta, aunque él no parecía muy seguro.
—Tendría que talar muchos árboles —reflexionó admirando los que casi cubrían la cima de la colina
— ¡No! Podrías construir en desniveles siguiendo la pendiente natural del terreno, ¿no te parece? —Se echó a reír al notar que Justin la miraba
—No. Te traje para conocer tu opinión. Sé que no le tienes miedo a las palabras y que eres juiciosa. Ya está oscureciendo. Será mejor que nos vayamos antes de que no podamos ver el camino. —______ se entristeció; de pronto se sintió una intrusa en ese lugar. Turbada, se movió de prisa con intención de alejarse, pero tropezó y habría caído de no ser por él—. ¿Tanta prisa tienes por alejarte dé aquí? — Se rió sosteniéndola por la cintura. 
—No, sólo me descuidé —respiraba con dificultad, pero no intentó liberarse de los brazos que la sostenían. Llenándose de valor lo miró a los ojos y descubrió en ellos el mismo deseo incontrolable que ella sentía—. No me mires así—pidió en voz baja.
— ¿Por qué no? —preguntó Justin con voz ronca y profunda— Jamás he disimulado que te deseo; además, hace más de seis semanas que no te tenía entre mis brazos. No te traje aquí para esto, en realidad quería que vieras el terreno, deseaba conocer tu opinión. Nunca esperé que corrieras a mis brazos y ahora solo puedo reaccionar como hombre. Quiero hacerte el amor.
No la atrajo con la fiereza que ella hubiese esperado; se acercó lentamente a su boca, casi temeroso, como si se preguntara si debía ir tan tejos. Al percibir la vacilación, ______ olvidó sus reservas y tomó la iniciativa, sumiéndose en el dulce placer al tocar los labios masculinos.
Justin la ciñó con fuerza, amoldándola a su cuerpo con movimientos posesivos y delicados a la vez; la besó con ansiosa locura fundiendo sus labios en uno.
Los labios varoniles se volvieron más exigentes. Un fuego interno la consumía y ______ se olvidó de todo lo que no fuese Justin. En esos momentos se borró de su mente toda la furia contenida, la determinación de humillarlo. Lo único que desbaba era satisfacer su necesidad, que era tan intensa como la de él. Nunca antes había sucumbido a sus emociones pero no quería luchar contra esa ansiedad, ni deseaba liberarse de sus brazos; era hermoso sumirse en esa dulce y dolorosa
Locura.
— ¡______! — La voz ronca penetraba el alma de la chica—. ______, ven conmigo, acompáñame a mi apartamento, duerme conmigo, estamos hechos el uno para el otro.
Escuchar eso le devolvió la cordura. No le resultó agradable pensar que Justin la había llevado allí con la intención de someterla.
Abruptamente dio un paso atrás y se cubrió el rostro con las manos, pero él se las quitó con inusitada ternura.
—No intentes esconderte de mí —le pidió—.No te avergüences por dejarte llevar por el fuego de la pasión.
—Tengo miedo—contestó ella en voz baja y agradeció cuando él la abrazó comprensivo, 
—Te entiendo—admitió con tono indescifrable—. Yo mismo siento miedo. Jamás sentí con alguien lo que contigo. En este momento lo único que me importa es poseerte, pero si tienes miedo, será preferible que esperemos a conocernos mejor. Tenemos mucho tiempo. Me esforzaré y quizá logre controlarme una semana más.
______ no supo si Justin bromeaba, pero la hizo sentirse culpable y avergonzada por haber permitido que la pasión se encendiera entre los dos. Le dolió la tranquilidad con que él tomó las cosas. Ahora la trataba con gentileza; ella tenía la certeza de que tanta ternura se debía a que estaba seguro de conseguir la victoria y sabía que debía ser paciente para salirse con la suya.
El lunes por la mañana, ______ se armó de valor para presentarse en la oficina. Trabajó más que nunca, tratando de ocultar sus sentimientos,
Al final del día pasó cerca del privado de Justin en el momento que entraba allí una mujer de estatura mediana, rubia, de facciones hermosas, con ropa cara y de buen gusto. Justin la recibió agradablemente sorprendido, la abrazó y cerró la puerta. Ni siquiera se fijó en ______.
—Es preciosa, ¿verdad? 
______ volvió el rostro, un gerente la miraba sonriente. Lo reconoció; era el mismo con quien Justin se detuvo a hablar aquel día que salieron a almorzar. Era claro que pensaba que ella sentía celos.
—Muy hermosa —fue el breve comentario de ______ y siguió su camino.
—Es Stefanie Veccetti, signorina. Princesa Veccetti, para ser más exactos, una mujer muy acaudalada.
—Gracias por la información —______ fingió indiferencia.
—Creo que quieren mantener su compromiso en secreto —continuó él con tono conspirador—. Su matrimonio deberá realizarse con habilidad y rapidez si no quieren que los socios de ambas firmas se inquieten. Ella es dueña de una importante fábrica de aviones ligeros que le heredó su esposo y se habla de una fusión de empresas como resultado de la unión. Yo creo que al señor Bieber le molestaría que se especulara en el mercado con las acciones de sus socios. Sin embargo, todos comprendemos sus razones y debemos ser discretos.
—Ya veo que lo son —respondió ______ controlando la rabia. El compromiso de Justin con la princesa Veccetti no le impedía seducir a sus empleadas, reconoció furiosa. La sangre se le subió a la cabeza. ¡Así que mientras jugaba con ella respetaba y llevaba adelante sus planes matrimoniales! Sin embargo, no tuvo el menor respeto para impedir que ella y Chris se casaran.
Se alegró de no haber dado rienda suelta a sus sentimientos al ver que la puerta del privado se abría y Justin despedía a su visitante. El vio a ______ y al gerente; éste se alejó de prisa, pero ______ no tuvo tiempo.
— ¿Qué quería? —Justin la tomó del brazo antes que la figura de Stefanie Veccetti desapareciera por completo—. ¿Qué te decía? —preguntó irritado.
—Nada en particular —mintió—. Me comentó que habrá una manifestación en la ciudad y algunos problemas de tránsito —inventó al recordar que Bill le había dicho eso—. En realidad, a mí no me afecta; no tengo coche.
—Nosotros no tendremos problemas —prometió suavizando la presión de sus dedos—. Esta noche, cuando pase por ti para ir a cenar, tomaremos otra ruta.
—No, gracias —respondió fríamente, pero se sintió satisfecha al notar con qué facilidad lo sacaba de sus casillas.
— ¿Qué quieres decir con eso? —inquirió cauteloso.
—Lo que quiero decir, Justin Bieber, es que no saldré a cenar contigo.
Para entonces ya estaban dentro del privado; Justin cerró la puerta y la miró amenazador. Después de un momento se relajó y se apoyó en el escritorio, se desabrochó el primer botón de la camisa y se aflojó el nudo de la corbata.
—______ —habló con seguridad—, anoche estuviste entre mis brazos tan encendida por la pasión como yo mismo. Temblabas animada por el mismo deseo. Si yo me hubiera aprovechado de lo que me ofrecías, en este momento ya seríamos amantes. Ahora te opones a salir conmigo, mas anoche estabas tan convencida como yo de que nuestro destino era la cama.
—Desde el primer momento en que te vi supe la clase de hombre que eras. Y día a día compruebo que no me equivoqué. Interferiste en mi vida y te atreves a invitarme a tu cama, cuando hace apenas algunos minutos, abrazabas a otra mujer. ¿Cuántas camas tienes? ¿O planeas usar la misma con toda tus conquistas?

Un MomentoJB&TU (Terminada)Where stories live. Discover now