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______ no volvió a ver a Justin el resto de la semana. Aunque había regresado a su rutina normal, casi no salía de la oficina.
A pesar de su determinación por disfrutar sus últimas semanas de estancia en Roma, no tenía ánimo para salir a la calle. De hecho, hasta la idea de visitar algunos de los sitios que había visitado con Toni le pareció poco atractiva. Aparte de una noche en que Bill y Margaret la invitaron a cenar, el resto del tiempo lo pasó encerrada pensando en Justin.
El domingo por la tarde recibió una llamada de Bill. El tono de su voz era alarmante.
—______, ¿puedes venir de inmediato? Toma un taxi y ven tan pronto como puedas —iba a colgar sin darle más explicaciones, pero ella lo presionó.
—Dime de qué se trata.
—Margaret resbaló en el condenado suelo de mármol y se rompió el brazo. Tengo que llevarla al hospital, ¿podrías quedarte con los chicos?
—Estaré allí en unos minutos —______ colgó de inmediato, tomó su bolso, corrió a la calle y detuvo un taxi.
Bill se las había arreglado para causar una conmoción en su hogar. Los niños lloraban, Margaret estaba pálida y se quejaba, y Bill hablaba a gritos por el teléfono.
Por fin él y Margaret partieron hacia el hospital, dejando atrás un verdadero caos que incluía a los dos pequeños que ahora exigían ser consolados. ______ se las ingenió para salir adelante sentándose en medio de los dos y abrazándolos cariñosamente.
Pensó en ponerse ropa más cómoda, así que subió a la habitación principal, se quitó el vestido y se puso un gastado pantalón de Margaret y una blusa sencilla.
Preparó una comida sencilla y, después de limpiar la cocina, se sentaron a comer bromeando divertidos. Casi estaban terminando cuando sonó el timbre de la puerta. Junto a la de ella, dos manecillas empuñaron el picaporte, peleándose por abrir primero. Los tres se quedaron sorprendidos al ver a Justin.
—Bill... el señor Taylor... está en el hospital —informó ______ con voz entrecortada ante la inesperada visita.
—Lo sé, acabo de dejarlo. Me gustaría pasar—expresó con suavidad—, si no te importa.
—Entra. ¿Cómo sabes que Bill está en el hospital?
—Debido a su nerviosismo, él tenía problemas para darse a entender, así que me llamó y fui a auxiliarlo. Margaret es alérgica a varios antibióticos y hubo que elegir los medicamentos con mucho cuidado.
—Ah, no lo sabía —confesó ______—. Ahora comprendo por qué estaba tan asustado.
—Angustiado y sin saber qué hacer, te llamó —siguió diciendo con sarcasmo—. Ya veo que controlaste la situación sin dificultad. El estaba preocupado por haberte mezclado en esto sin consultarte antes. Aunque ya veo que eres tan hábil para manejar a los niños como al resto de las personas.
Dicho esto se dispuso a retirarse, más de pronto ella deseó que no se fuera; desesperada pensó en algo que lo detuviera.
—En este momento iba a acostar a los niños y a prepararme algo de comer. ¿Está mejor Margaret?
—Sí. Sufrió una terrible fractura, pero ya la atendieron. Los médicos prefieren que pase la noche en el hospital. Bill vendrá más tarde. El cenará en el hospital; me pidió que te dijera que no te molestes en preparar algo para él.
—Oh, sí—bajó los ojos, pero sacando fuerzas de alguna parte se irguió y preguntó—. ¿Te gustaría cenar aquí? De todas formas tendré que preparar algo para mí, no será problema preparar para los dos. Los niños ya cenaron.
Al verlo dudar, pensó que se negaría.
—Si vas a dormir a los chicos, yo prepararé la cena —continuó él sin darle oportunidad de protestar—. Tú estás ocupada, los dos estamos hambrientos y yo me distraeré. Sé preparar una excelente tortilla española —agregó orgulloso.
______ asintió feliz, su corazón brincaba de alegría. Los chicos subieron por la escalera hacia el cuarto de baño, ella los siguió. Al regresar, Justin ya tenía preparada una ensalada, había puesto la mesa para los dos y la tortilla prometida estaba casi lista.
—Tú no vas a hacer nada —le advirtió—. Sólo siéntate, comeremos en un minuto. Te dejaré expresar tu opinión acerca de mis habilidades culinarias.
—Yo... yo creo que primero debo subir y vestirme con mi propia ropa —dijo ______ al percatarse de que él la miraba divertido—. No tardaré.
— ¡______! —la vocecita preocupada de Andrew la llevó a la habitación de los niños antes que empezara a comer.
— ¿Aún no te duermes? —desde la puerta le preguntó al hijo mayor de Bill que la esperaba con la cabecita apoyada en un brazo.
—No. Ahora que John ya se durmió quiero preguntarte qué opinas. ¿Crees que mi mami quedará bien? —-inquirió con toda la responsabilidad de un jovencito de ocho años en un acto protector hacia su hermano de seis. ______ se acercó sonriendo y se sentó en la orilla de la cama.
—Por supuesto. Mañana ya estará en casa y en un par de semanas quedará como nueva.
— ¿Alguna vez te has roto un brazo, ______? —interrogó queriendo saber si le hablaba con autoridad.
— ¡Cientos de veces! —exclamó ella con un gesto travieso que tranquilizó al chiquillo quien, deslizándose bajo las sábanas, se dispuso a dormir.
—Buenas noches, ______.
— ¡______! ¡La tortilla española! —el grito de Justin, suave pero firme, hizo que corriera a la habitación principal luchando por liberarse del pantalón y la blusa. No quería impacientarlo y echar a perder la felicidad que la embargaba.
— ¡______, la tortilla se va a...! —gritó desde la puerta de la habitación.
El se quedó mudo al descubrirla cubierta tan sólo por el delgado sostén de encaje y una breve braga. ______ se quedó paralizada y se ruborizó.
—La tortilla se está enfriando —él se recuperó primero y habló con voz grave y lenta, no se movió de la puerta, sus ojos recorrían insaciables la inesperada visión.
—Lo... lo siento. En seguida voy. Es que Andrew quería... 
Ella alcanzó su vestido sin dejar de mirarlo y se cubrió con él. Estaba avergonzada. El pareció molestarse por algo.
—Serviré la cena —repitió. Salió y descendió por la escalera. Ansiosa, 
______ se mordió el labio. El la tuvo entre sus brazos aquel día en la playa con menos ropa de la que ahora llevaba, pero fue diferente. Esto era algo más íntimo y supuso que Justin se molestó por la actitud defensiva de ella.
Aún estaba sonrojada y confundida cuando entró en la cocina. La cena estaba servida.
—Todavía está caliente, cómela y dime que te parece —sin mirarla se sentó frente a ella y empezó a comer. Era claro que no quería dar importancia al incidente. Incómoda, ______ se quedó en silencio hasta que al fin acertó a decir:
—Siento haberme tardado... yo... Andrew quería preguntarme si... Justin la miró con fijeza y ______ se ruborizó.
— ¿Te importa tanto? —preguntó con suavidad—. Yo te he visto con menos ropa y te he imaginado con menos aún. Y pienso que no soy el único hombre que te ha visto así; inclusive, estabas a punto de casarte —la agredió sin motivo.
Esas palabras acabaron con las esperanzas de ______ de pasar un rato agradable con él. La estaba hiriendo demasiado. Chris jamás la vio así. Ella no permitió esa clase de intimidad; jamás se doblegó ante él como lo había hecho entre los brazos de Justin. Ella no sabía que existía ese fuego en su interior hasta que Justin lo encendió.
No contestó, no tenía objeto. Y la estupenda tortilla española se convirtió en algodón, lana y papel en su boca. Terminaron de cenar en silencio.
Bill regresó a las nueve. ______ terminó de cenar sin intentar hacer charla y Justin tampoco volvió a preguntar qué opinaba de su comida. Al concluir, los dos limpiaron la mesa y lavaron los trastos en silencio, como si hubiesen tenido una riña violenta. Con indiferencia, ______ aceptó su ofrecimiento de llevarla a su casa. Al llegar, sólo dijo:
—Gracias, buenas noches —y se bajó del coche. El apenas movió la cabeza.
Se marchó antes que ella llegara a la puerta; estaba desolada, triste; al introducir la llave en la cerradura, una mano se posó en su hombro y alguien pronunció su nombre.
—______. —Asustada, se volvió para comprobar lo que sus oídos escucharon.
— ¡Chris! —no daba crédito a sus ojos, creía estar alucinando, pero era real y los brazos que la apretaban eran los mismos que tantas veces sintió.
—Me estacioné a la vuelta —le explicó al notar su impresión—. Tu vecina me dijo que habías salido, así que quise esperarte. Tenía que verte.
—Estuve en casa de Bill Taylor. Margaret se rompió un brazo. Me pidió que me hiciera cargo de los niños —le explicó todavía impresionada—. ¡Chris! ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en Zarein?
— ¿Te parece si entramos? —le pidió—. Quiero hablar contigo, así podré verte mejor. Aquí está muy oscuro y apenas te veo.
—Sí, sí, por supuesto —seguía impresionada, demasiado sorprendida para sentir algo que no fuera desconcierto. El la siguió al interior. ______ encendió las luces y él admiró complacido el lugar.

Un MomentoJB&TU (Terminada)Where stories live. Discover now