Epílogo

182 20 10
                                    

El día fue maravilloso, Robin inspeccionaba junto a Zoro los rincones de la fosa, sin dejar estar atada a la cuerda, cunado estuvieron más o menos concientes de algunos túneles, volvieron a las aguas termales.

Zoro contempló el fruto de los árboles y las mariposas que estaban rebosando en las flores de sus copas. Cómo si cada aleteo fuera único y lo era, era como si esas mariposas bailarán.

Zoro había llegado inesperado a su vida, en poco tiempo se divertido con él más de lo que recordaba. Ella solo había planeado pedir de su servicios como la emperatriz, pero él había hecho más que obedecer a las emperatriz.

Se había vuelto el amigo de Robin. Esa clase amigos que jamás tuvo, uno donde lo conoces de un día y sabes que están ligados para siempre. "Este hombre, Él solo estaba buscando una mariposa con aroma a fruta, el mismo ahora que de estos frutos. No solo me guió a un tesoro, me dió libertad" pensó Robin con diversión.

Entonces se dió cuenta que Zoro se estaba desnudando.

Se dió la vuelta y cerro los ojos, no iba a fingir que no vió nada, especialmente porque antes le había visto el pecho en son de la búsqueda como emperatriz y ahora era diferente, al menos ahora se daría la pulcritud de mirar a otro lado.

— ¡Robin!
— ¡Que!
— ¡ven a las aguas termales!
— ¡¿Que?!
— ¡ven a bañarte!
— ¡no!
— ¡vamos, aquí nadie te verá!
— ¡tú me verás!
— ¡tu ya me viste a mi! ¡Pero si te incómoda volteare todo el tiempo a otro lado! ¡No te veré! ¡Y saldré del agua hasta que tú vuelvas a estar vestida! ¡De hecho podrás verme si gustas para que sepas que estoy de   espaldas a ti! ¡Fue un largo día, mereces relajar en el agua!

Robin lo pensó, realmente quería probar esas aguas termales y nunca tuvo la oportunidad de bañarse sin sus damas de compañía para bañarla. Bañarse sola era tentador, pero era inmoral bañarse con un hombre.

Lo medito muy rápido en su mente...

— ¡Lo haré, volteate!
Robin escucho el agua salpicar, cuando ella volteó hacia las aguas termales, Zoro estaba cerca de en medio de las aguas, dándole la espalda, está nadando y evitando mirar hacia su posición.
Respiró un poco y empezó a caminar hacia la orilla, cerca de una piedras que eran extremadamente grandes y envueltas también en una ligera capa de humedad, pero eran una pocas piedras a su alrededor eran los suficientemente hondo para sentarse como en la bañera de su palacio y tener sus prendas a la mano. Miró las piedras y estás la reflejaban. Sonrió verificando que Zoro aún le daba la espalda y una vez fijado que sí, se desvistió prenda por prenda.

El sueve movimiento del agua era más pesado donde Zoro nadaba, pero una vez Robin entro se escuchó el movimiento de sus pasos entre las hondas. El chapoteo y las salpicaduras de sus caderas entrando al agua al sentarse sobre las rocas tibias, relajo sus muslos y hombros de tal manera que gimió de júbilo.

— exactamente princesa, así debe sentirse descansar de vez en cuando.

Robin se sobresalto, se había olvidado de Zoro, pero él seguía de espaldas a ella. Pero se sonrojó, aunque él había nadie, ahora así se detuvo y estaba en el otro extremo de las aguas el agua no le cubría bien la cintura por lo que le alcanzó a ver la espalda y la parcialmente se asomaban sus muslos, se dió cuenta que si seguía caminando posible  lo vería completamente desnudo, así que prudentemente volteo para mirar hacia las rocas, no quería verlo - más de lo que ya lo había visto - pero sino lo veía como se daría cuenta que él probablemente no le veía a ella.

Se miró en su reflejo de las rocas para reflexionar, pero pronto se dió cuenta que las rocas también reflejaban en cuerpo desnudo de Zoro a sus espaldas.

Mariposa con aroma a frutaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن