CAPITULO CINCO: LA HABITACIÓN Y LA APUESTA.

15.3K 579 49
                                    


¡Un capítulo más editado mis queridos lectores! Siento mucho la tardanza, pero no os preocupéis porque estas navidades le daré caña ;). Espero que lo disfrutéis mucho.  :)



MARÍA.


Vanesa, la chica de las fiestas, de las celebraciones y de los eventos. La chica con esa extraña insana obsesión con organizar festividades. Esa amiga traidora y miedosa. Esa, mi querida amiga, ha evitado que pase la noche en mi habitación. No sé si por suerte o por desgracia.

Había organizado una estúpida cena para que todos nos juntásemos y hablásemos sobre varios temas. ¡Si ya hablamos de todo en el reencuentro! Prácticamente ya no teníamos temas que debatir. Veía esto como una pérdida de tiempo y totalmente innecesario. Iban a evitar que me atiborrase de helado y que me viese cincuenta películas románticas. O quizás que hiciese una escapada para ver a ese chico de ojos verdes que vive unas cabañas por encima de la mía. Me estaban quitando la oportunidad de tener una noche feliz y sustituirla por una noche de sufrimiento teniendo que volver, otra vez, a enfrentarme a Javier.

¿En serio ese chico irritante pensaba que lo iba a besar? ¡Quería que lo besase! ¡Que lo besase! A un chico como él nunca lo besaría. Quizás estuvo un poco mal jugar con él, lo reconozco, pero si no quería que le metiesen un gol en la portería que no hubiese comenzado el juego. Él era el que no paraba de entrometerse en mis asuntos, de llamar mi atención y de ser muy, muy insistente. Si nadie inicia la partida, no hay juego, pero él decidió iniciarla, así qué ahora no puede quejarse de que se juegue, aunque, eso sí, con un cambio de normas.

Aún sin estar muy convencida de salir al salón y enfrentar lo que se me venía encima, seguía pensando en cómo reírme de ese chico irritante de nuevo y dar vueltas por toda la habitación planteándome fingir estar enferme y escabullirme de allí. Llevaba una media hora arreglada pero no me parecía nada atractiva la idea de tener que ir a hablar de conversaciones banales y aguantar a Javier toda la noche. Aunque, llevaba tiempo queriendo ponerme este vestido negro, ajustado, con la espalda al aire, aún así no estaba segura de si debería estrenarlo en una cena dónde, probablemente, la comida acabase por los aires. Quizás ir vestida así era demasiado exagerado por una cena usual entre amigos y la coleta alta y los tacones destacaban más de lo normal. No sé, a lo mejor debía ponerme un chándal ¿no?

O no salir.

Esconderme.

Irme con Daniel.

Mudarme a la China, cambiarme el nombre, hacerme una liposucción y no volver jamás.

Ojalá tuviese tanto dinero.

Vanesa ni si quiera me había dado los detalles de la cena ni me había aconsejado que ponerme. ¡Ni si quiera se había pasado por la habitación! Estaba segura de ella y Marcos estaba engendrando una nueva vida para ofrecer al mundo.

Tomé una gran bocanada de aire e hice una respiración profunda. Vamos María, no puede ir tan mal, simplemente sal ahí y enfrenta lo que el destino o el karma te tengan preparado. Miremos la parte positiva: si voy más arreglada de lo normal, todas las miradas se posaran en mí y me llevaré algún que otro halago que nunca vienen mal; y si, por lo contrario, voy menos, pasaré desapercibida y no se darán cuenta de mi presencia.

Vamos allá. Con valentía, abrí la puerta de mi habitación lenta y cuidadosamente. Con mis puños apretados, caminé hacia el salón, escuchando como sonaban mis tacones en el suelo de madera. Me atreví a levantar la cabeza y enfrentar a lo que tenía delante. Todas las personas, se percataron de mi presencia y se giraron cual niña del exorcista.

Eres idiota, pero te quiero. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora