Bajo nuestra Nube de Lluvia (#PGP2023)

Capítulo 8: Impulso Momentáneo

Narra Pau

En medio de la noche, con la luz de la luna y la de mis velas danzando y mezclándose entre ellas; en una noche silenciosa, donde lo único que se escucha es la voz del viento. Mientras las sábanas hacían contacto con mi cuerpo; En medio de todo eso tuve mi primer beso con él.

Cuando lo vi en el portal de mi casa, con un chándal y el pelo hecho un desastre, me confundí. Cuando lo vi aguantando sus lágrimas mientras subía por mis escaleras llenas de recuerdos, me preocupé. Y cuando escuché su historia... Me ilusioné. El por qué no lo tengo claro, aunque me sentí mal por ello. Leo me explicaba absolutamente todo lo que había pasado con pequeñas lágrimas y una voz llena de decepción y confusión, mientras que mi corazón no pudo hacer otra cosa que empezar a latir desenfrenadamente y de manera egoísta cuando me recitó la pregunta que su madre le había hecho.

"¿Esto es por Pau?" De recordar solo el momento en el que lo dijo, con algo de duda y con su mirada clavada en las sábanas de mi cama hace que me empiece a marear. En mi cabeza no dejaba de rondar la misma pregunta que seguramente él también se estaba haciendo referente con dicha frase, pero con una connotación completamente diferente. ¿A qué se refería la madre de Leo con eso? Y, ¿Por qué me sentía así?.

Luego con un poco de duda y timidez le hice yo la pregunta, quería saber su punto de vista, a lo mejor era yo el único que veía las cosas de otra manera y Leo solo lo veía como algo... Descabellado.

Pero como siempre, Leo me volvió a sorprender.

Sentir sus labios colisionar con los míos fue como lanzarme un balde de agua. Centenares de emociones, junto con miles de preguntas recorrieron mi cuerpo al sentir sus esponjosos labios. Esos labios que de vez en cuando, sin casi darme cuenta, me preguntaba como se sentirían contra los míos.

Al principio me quedé paralizado, sin saber bien que hacer. No fue hasta que noté como sus labios se empezaron a mover sobre los míos que reaccioné. Todas mis preguntas se esfumaron de mi cabeza y cada poro se entregó a ese beso, se entregó a él.

Subí mis manos para cogerlo de las mejillas, mientras gotas de agua empezaban a sonar al tener impacto contra la barandilla del balcón. Cerré los ojos cuando la lluvia empezó a apretar, y él me cogió de la cintura para acercarme más a él cuando sonó el primer relámpago de la tormenta.

Nunca había tenido ningún beso antes de ese, solo me basaba en los miles de besos que leí en algún punto de mi vida. Y al contrario de lo que me imaginé, eran muy similares a los de la vida real. Surgieron tanto las mariposas en el estómago como una sensación extrañamente placentera que nublaba mis pensamientos y hacía que esa acción, por pocos segundos que hubiese durado, me hubiera hecho adicto.

Cuando nos separamos poco a poco debido a la falta del aire, fue como si nos diéramos cuenta de lo que verdaderamente había pasado. Baje las manos de su cuello lentamente hasta que estas cayeron a ambos lados de mi cuerpo, mientras Leo y yo nos mirábamos de manera atenta, intentando entender que era lo que pasaba en nuestra cabeza y en la del otro.

Me quedé sentado encima de él, sin hacer nada, deseando que mis ojos por si solos explicaran todo lo que pensaba, así como las dos galaxias que Leo tenía lo hacían. Él por su parte, aflojó el agarre que tenía en mi cintura, pero sin apartarlas tampoco.

En ese momento, una nube de confusión e incertidumbre nos rodeaba a ambos, mientras nosotros nos mirábamos sin decir una palabra, solo estábamos allí quietos, sin saber exactamente que hacer en ese momento.

—Lo siento, creo que... Ha sido un impulso— La voz de Leo rompió ese silencio mientras suspiraba y cerraba los ojos.

—Sí... creo que lo mío también — Respondí bajito mientras miraba a un punto de la habitación y como en un estado en el que no me sentía ni que estuviera consciente, estaba extrañamente muy relajado.

—Debe haber sido por el momento...— Dijo riéndose de manera suave, intentando quitarle hierro al asunto. Me reí con él y cuando me moví en su cadera para recolocarme mejor sentí algo que definitivamente no debería sentirse así. El tosió mientras me cogió de la cadera con fuerza para que dejara de moverme. Tragué grueso.

—Perdón, mi cuerpo ha actuado solo porque... Bueno, me gustó el beso— Dijo peinándose con la mano y mirando a otro lado sonrojado por la vergüenza.

—No pasa nada, es algo natural— Le respondí al notar que yo estaba también afectado por el beso. — A mí también me gustó — Añadí flojito. Carraspeé luego de un tiempo

—Aun así somos mejores amigos, no es como si esto se fuera a repetir, solo ha sido un impulso momentáneo, ¿No? — Dije levantando la cabeza para mirarlo por primera vez en mucho tiempo. Su cabeza se giró para encontrar a la mía nada más dije esa frase.

—Sí, un impulso... Eso mismo pensaba yo. — Dijo riendo nerviosamente entre medio de la oración.

—Pero me alegro de que mi primer beso haya sido con alguien con quien tengo tanta confianza como tú— Reconocí con una sonrisa. El sonrió de manera ladeada mientras apartó su mirada.

—Yo también me alegro de haber sido tu primer beso — Dijo él de manera ronca, haciendo que sin saber por qué, una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo entero. Cuando aún estaba un poco confuso por la reciente sensación que un par de palabras me hizo sentir, él me bajó de su regazo y fue camino al baño.

—Voy a ducharme, ¿Puedo quedarme a dormir?— Preguntó, yo le lancé un cojín en respuesta

—Eso ni se pregunta idiota. Además, ¿A dónde piensas ir a dormir a las cinco de la mañana?— Respondí rodando los ojos. El se rio suavemente mientras se rascaba la nuca.

— Tienes razón, ha sido una pregunta un poco idiota de mi parte.—Dijo antes de cerrarse en el baño, haciendo que el momento y las preguntas que lo acompañaban cesaran de golpe.