Tn cree que Jungkook es perfecto para su vagina y para perder con él su virginidad, pero ella es la hermana de Jimin su mejor amigo... está prohibido mirar, tocar y menos tener sexo con ella.
❎. No está permitida ni la copia ni la adaptación de ésta...
Con ella por querer irse, y conmigo por no tener la valentía de cogerla del brazo y decirle lo mucho que la quería.
—¿Puedo entrar? —era Jin.
—Sí pasa.
Se sentó en el suelo a mi lado, los dos teníamos la espalda sobre la pared.
—Jungkook, ¿que está pasando? —se preocupó por mí, siempre había sido un buen amigo.
—Nada.
—Me he percatado de que entre tú y TN hay algo, así que no lo niegues.
Me giré sobresaltado. ¿Desde cuándo se había dado cuenta?
—¿Lo saben los demás? —me asustó que lo supiera Jimin.
—No solo yo, nadie se dió cuenta, pero a mí no me la das, nos conocemos desde pequeños.
Volví a mi posición anterior y suspiré muy cansado, y es que lo estaba porque no dormía por las noches. Y esta pasada en concreto la escuché vomitar y andar de un lado a otro inquieta. Fue para mí difícil no correr escaleras arriba.
—Las cosas son muy difíciles, no puedo estar con ella aunque quiera.
—Pero por qué estás siempre con lo mismo, ¿crees que no te mereces ser feliz? ya basta...¿Porqué te atormentas tanto?
—Las mierdas de mi cabeza no se van, lo intento pero no se van.
—Está llorando en la cocina cogida a Jimin, ¿no te duele? —no sabría nunca cuanto me dolía.
Ella era la única que tenía ese poder, entrar en mi pecho y revolverlo hasta el punto que quería gritar a mis pensamientos que necesitaba que se fueran y que me dejaran en paz.
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
—Me duele Jin, pero no puedo arrastrarla a vivir una vida que no le va a gustar. No soy bueno.
—Deja de decir que eres malo, no lo eres, ¿te enteras?. Has conocido a alguien que te merece y tú la mereces a ella, no lo estropees.
—No puedo Jin, no puedo estar con ella, no me insistas más...
TN
—Que ganas tenía de verte Eun-ji —nos encontramos en la entrada de la universidad.
—Y yo también mi niña —nos abrazamos y dimos saltos de alegría como tontas porque ella me agarraba como siempre hizo desde que éramos niñas.
Mi Eun-ji había vuelto. Mi Eun-ji se había sanado.
Unos chicos se nos quedaron mirando. Sabía que esas cosas no son de chicas de universidad pero con ella todo me daba igual.
