Capítulo 47

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Tony sonrio por cada beso que el hombre le daba. Steve y él no habían salido de la cama, tampoco planeaban hacerlo pronto.

—Capitán, tengo una sorpresa para usted. —Susurro Anthony en los labios del soldado.

—¿Una sorpresa? —Steve lo miro con curiosidad.

Anthony salió de los brazos del rubio y camino completamente desnudo por la habitación. Steve estaba embelezado con la grandiosa vista.

—Si mal no recuerdo, le di mi palabra de que cumpliría cada una de sus fantasías... —Tony levantó del suelo una camisa grande.

Steve sintió que su pene comenzaba a despertar con rapidez.

🔹🔹🔹

—Puedes tomarte la tarde libre, Jarvis. —María era toda sonrisas—. Hoy es un gran día como para quedarse en casa.

—Si usted lo dice, madam. —El mayordomo veía a la mujer ir y venir— ¿Saldrá?

María, con una hermosa sonrisa, asintió.

—Howard aceptó salir conmigo.

Jarvis le regalo una sonrisa sincera.

🔹🔹🔹

Tony fue lanzado a la cama. Los labios ansiosos del Capitán se apoderaba de su boca.

Sonrio triunfante al lograr un efecto como ese en el soldado.

—Dios, Tony, te ves... —El rubio miro a su pareja en sus brazos. El castaño sólo tenía puesta una camisa suya.

Era tonto, simple y ridículo, pero Steve fantaseaba con verlo con su ropa.

El pene erecto de Tony se veía entre la camisa; esta le llegaba a medio muslo.

—Soy todo suyo, soldado.

Rogers trago. Sólo esperaba que Howard no los escuchara y entrará con un arma.

Anthony lo miró coqueto.

🔹🔹🔹

Tiberius comenzó a reír ante el evidente miedo que Brock le tenía al sujeto en el suelo.

—Tranquilo, Rumlow. —Ty sujeto el rostro del científico y sonrio victorioso—. Inconsciente no puede hacerte nada.

Brock gruñó molesto.

—¿Cuál es el siguiente paso?

Stone se alejo del doctor Banner.

—Que Hydra proceda.

Brock asintió.

🔹🔹🔹

Tony jadeo cuando sintió el largo del pene entrar a su cuerpo.

Estaba acostado boca abajo, con las caderas arriba y una palma grande y tosca en su espalda manteníandolo en esa posición.

La camisa resbaló hasta su pecho. Su cintura estaba llena de chupetones.

—¡Ah! ¡Más! ¡Steve! —Tony se retorcía debajo del rubio.

Steve golpeaba lento pero con fuerza. Su pelvis rebotaba con las nalgas del joven. Miro con oscuro deseo la entrada de Anthony tragarse su polla.

—Tony. —Llevó sus manos al frente y acarició el estómago del castaño. Subió hasta llegar a los pezones. Pellizco despacio, los estiró y torció en sus dedos.

Anthony mordió la almohada soportando los gritos que querían escapar de su garganta.

El pene de Steve se sentía duro y firme.

—Steve... —Con ojos llorosos, Anthony trato de ver por su hombro. Steve le sonrio seductor.

—¿Lo disfrutas, amor? —Rogers bajo sus manos y las posicionó en la cadera. Miró maravillado como su camisa resbalaba en el cuerpo de Tony.

—¡Ahí! ¡Ah! —Anthony movió sus caderas encontrando la pelvis del soldado.

Steve había rozado su próstata.

El soldado aumentó la velocidad y siguió golpeando ese lugar. Disfruto de los gemidos ahogados de Tony.

—¡Steve! ¡Voy a...! —El joven abrió más las piernas y alzo las caderas.

Su pene se balanceaba por los duros embistes.

Estaba por terminar.

—Hazlo. —Steve beso sus hombros—. Mi amor, hazlo.

Tony escondió su cara en la cama y grito. Su polla mancho la cama y la camisa de Steve.

El rubio gruño al sentirse preso. Terminó dentro del genio.

🔹🔹🔹

—De verdad te gusta. —Tony rio al sentir las manos del soldado amazando sus nalgas con la camisa.

Rogers beso el hombro descubierto de su pareja. Le encantaba como se veía con esa bendita camisa.

—Definitivamente se ven mejor en ti.

Tony, sentado en la piernas del soldado, sonrio feliz.

Steve tenía deseos tan simples de cumplir.

—Estaba pensado que sería buena idea usar lencería. —Anthony acarició distraídamente los cabellos del rubio.

Su cuerpo fue apresado por los brazos de Steve. Lo escucho suspirar.

—Ahora no pararé de imaginarlo.

Tony disfrutaba de las reacciones del Capitán.

—Steve, yo también tengo una fantasia.

La atención del hombre paro en él. Rogers era un hombre dispuesto a satisfacer.

—¿Cuál?

El castaño lo beso seductor para después mirarlo con deseo.

—Quiero que me folles con tu traje de gala.

🔹🔹🔹

Para Stone era fácil mantener sedado al científico. Así evitaba enfrentarse contra un gran monstruo furioso.

Sonrió asombrado. Ese pequeño hombre, cohibido y torpe, podía ser una gran amenaza.

—Usted será mi reina en este tablero. —Tiberius acarició los cabellos de un inconsciente Bruce—. No me falle.

Amante del Capitán América Where stories live. Discover now