Capítulo 33

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Sharon azotó la copa en la mesa.

—Ese idiota. —Bebió lo que restaba de la copa—. Pero ya le haré saber su suerte.

Un hombre atractivo y joven la miraba a lo lejos. Una sonrisa felina se dibujo en sus labios.

—Hey. —El cantinero inmediatamente fue a su lugar—. Invitale un trago a la señorita de ahí. Va por mi cuenta lo que pida después.

—Si, señor. —Y tal como lo pidió, Sharon recibió el trago. Vio como la mujer le dijo algo al cantinero para después ser señalado.

Él sólo alzó su copa y le sonrió galante.

La rubia le correspondio la sonrisa. Era su señal.

Se levantó de su lugar y fue directo a la mujer. Lo escaneo, y tal parecía, que le había agradado lo que vio.

—Madam. —El hombre de cabellos negros tomó su mano y la beso—. Espero no le moleste el pequeño gesto.

—Para nada. —Estaba encantada—. Sharon Carter.

—Llámame Ty.

—¿Sólo Ty? —Preguntó Sharon.

—Quisiera conservar el misterio. —Stone se sentó a su lado y le sonrió coqueto.

Sharon observó el buen reloj que tenía y la ropa de marca que vestía. Tal parecía que hoy era su noche.

🔹🔹🔹

—Tony, esto no está bien... —Steve trato de desviar la mirada, pero le era imposible.

Ambos estaban desnudos, en la cama del castaño.

—Sólo no hagas tanto ruido. —Tony se encontraba arriba de Steve, dándole la espalda, recargandose en las rodilla del soldado y dándole una buena vista de su entrada anal apuntó de devorar su pene.

Steve apretó los dientes, su polla palpito. Quería enterrarse en lo más profundo de Tony.

Aunque no era correcto.

—Tony... —Dijo en un suspiro.

Pero tampoco quería parar.

—Shhh. —Stark bajo su cadera mientras que con la mano derecha alineaba la ereccion del rubio.

Rogers dejó caer su cabeza en la almohada al mismo tiempo que sentía como su pene era succionado por Tony.

Ambos se mordieron los labios callando sus gemidos.

—Dios... —Suspiro suave el capitán.

Anthony comenzó a mover sensualmente su cadera. Steve miró el trasero del castaño.

Bendito sea el ser que le dio semejante atributo.

Sin poderlo evitar, llevó sus manos a los glúteos del joven. Jadeo excitado cuando estas abarcaron todas sus palmas.

—¿Le gusta lo que ve, capitán? —Tony siguió moviendo sus caderas.

El soldado amasó las nalgas del Stark, alzando la pelvis para encontrar al genio y escuchar el glorioso gemido ahogado de Tony.

Su pene se abría paso en la entrada de Anthony. Sentía su calor y la manera en que envolvía su polla, como su glande rozaba las paredes del castaño.

—Steve... —Tony se mordía los labios hasta dejarlos completamente rojos.

Su próstata era golpeada una y otra vez, enviándole escalofríos por todo el cuerpo además del satisfactorio nudo en su vientre.

Amante del Capitán América Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora