Capítulo 3

8.6K 1K 267
                                    

Luego de dos semanas de haber conocido a la esposa del gran Capitán América, a Howard se le ocurrió la grandiosa idea de hacer una pequeña cena, entre socios, soldados y por supuesto, nuevos empresarios en busca de negocios gordos. Todo esto en honor a su gran amigo, que había llegado hace unos días de una muy importante misión.

Tony había sufrido por largas horas la indecisión de su madre. Traje tras traje; María no se cansaba de halagar a su "bambino piccolino".

Ya listo y más atractivo que nunca, Tony se encargó de encantar a las personas del evento.

Su padre se mantenía siempre risueño, coqueto y hablando de cosas maravillosas, mientras que su madre se mostraba seria, educada y reservada. Eran el equilibrio perfecto. Howard era la picardía e inteligente, y María era la seriedad y objetividad.

Tony, por su lado, era una combinación de ambos.

—Tus padres se lucieron. —Rhodey, su mejor amigo miraba a todos con cierto recelo—. Algún día permaneceré en el ejército de manera oficial.

—¿Sigues con eso? —Anthony tomó una copa de champán y la llevo delicadamente a sus labios.

—Claro, seré de las fuerzas aéreas. —James se mostró excitado conforme imaginaba su futuro.

El castaño le sonrió. Su osito Rhodey siempre había sido un hombre serio pero soñador.

—¡Tony, cariño! —Su madre a lo lejos lo llamó.

Disculpándose con James, fue al llamado de su madre.

—Tony, quiero presentarte a alguien. —María estaba emocionada. Anthony ya imaginaba la razón.

Cuando llegaron junto a su padre, pudo observar a Sharon. Ugh, después de todo, si había regresado.

—Tony. —Su padre lo tomo de los hombros y lo golpeó anidamente en ellos—. Muchacho, te presento a uno de mis mejores amigos.

Los grandes ojos del castaño se dirigieron al hombre enfrente de él.

ALABADO SEA EL SEÑOR.

El hombre de sus sueños y fantasías estaba parado frente a él. Rubio, alto, fornido, de fantásticos ojos claros, rostro masculino y agraciado. Todo él envuelto en un elegante traje de gala.

Se tragó un suspiro.

—Steven Grant Rogers, para servirle. —Su voz casi derritió al joven. Sus hormonas se alborotaron.

... ¿Un momento?, ¿Steve Rogers?

Sus ojos se dirigieron a la mujer que se aferraba a su brazo. Sharon.

Jodida suerte. El hombre de sus sueños era el marido de esa mujer.

🔹🔹🔹

La fiesta estaba en su mero apogeo. Steve no podía sentirse más incómodo, aun sobre el hecho de ir acompañado, no sólo por su esposa, sino por sus amigos, Natasha, Sam y Bucky.

Steve sabía que ese tipo de reuniones, no eran lo suyo.

Trató de entablar alguna conversación con empresarios curiosos por su persona. Parecían maravillados con él, hasta que llegaba su esposa y se adueñaba de la atención.

No tenía ningún problema, Sharon siempre había sido más social y tenía una muy buena labia, pero a veces, sólo a veces, se sentía como un intruso cuando ella se encargaba de llevar la conversación.

Era como si él no existiera.

—Es una hermosa mujer. —Un hombre de edad ya madura le sonrió a la rubia—. Es muy afortunado, Capitán.

—Gracias. —Rogers sonrió educadamente.

Sharon no lo dejaba en ningún momento. No se sentiría incómodo si normalmente su esposa fuera así. Pero no lo es, dentro de la casa, Sharon actuaba indiferente, pero fuera de ella, su esposa se levantaba una fachada de la mujer perfecta.

Steve comenzaba aburrirse.

—¡Steve! —A lo lejos, escuchó a Howard. Cuando llegó a su encuentro, ambos se dieron un caluroso abrazo de colegas.

Su amigo parecía realmente feliz de verlo de nuevo. Bueno, al menos alguien si se alegraba por su regreso

Hablo unos minutos con él, cuando apareció Maria. Esta la beso y lo abrazo, además de llenarlo de halagos.

—Tienes que conocer a mi hijo. —Rápidamente, María desaparecio.

De ahí, todo había pasado muy rápido.

Howard lo entretuvo por segundos, hasta que un joven llegó a sus espaldas.

Steve no podía creer lo que sus ojos veían. Un chico sumamente hermoso, ojos preciosos, cara preciosa, cuerpo precioso. Todo en él era casi celestial.

—Steven Grant Rogers, para servirle. —Se obligó a salir de su burbuja, sobre todo cuando Sharon lo junto más a su cuerpo.

Lo vio mirar a su esposa y después a él.

Parecía decepcionado.

Amante del Capitán América Where stories live. Discover now