Capítulo 41

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Cuando Tony recibio el mensaje de Steve, literalmente, salió corriendo de su casa.

"¿Podemos vernos?, necesito hablar contigo."

Lo encontró en un pequeño parque no muy lejos de su casa.

—Steve. —El rubio estaba recargado en su moto. En cuanto lo vio, Rogers camino hasta él y lo encerró en un fuerte abrazo—. ¿Paso algo?

Preocupado, Tony acarició los cabellos del soldado. Este soltaba pequeños suspiros.

—Tengo que retirar la demanda de divorcio. —Dijo con su cara escondida en el cuello del castaño.

Anthony paro las caricias en su cabello para después separarse lentamente.

—¿Qué? —El joven lo miró incrédulo—, pero Steve, ella...

—Lo sé. —Steve acaricio las mejillas del hombre y sonrio—. No lo hago porque quiero darle otra oportunidad a mi matrimonio. Te lo dije, quiero estar contigo.

—¿Entonces? —Tony no se separo del tacto—. No entiendo.

—Sharon fue citada para declarar en contra del doctor Banner. —Confesó Steve despeinado sus cabellos—. Por eso necesitaba hablar contigo. Sé que Sharon hará lo que sea por lastimarte. No confío en su palabra. —Steve lo miro fijamente—. Quiero ganar tiempo, por ello retiraré la demanda.

Anthony lo miro sorprendido.

Ross estaba haciendo todo para hundir a Bruce, ahora Sharon estaba involucrada en todo esto, y como si fuera poco, la mujer había aprovechado la oportunidad.

—¿Te amenazo? —Preguntó Tony llegando a una conclusión.

Rogers dio un suspiro más.

—Eso no importa. —Steve abrazo de nuevo al castaño, así calmando su creciente ansiedad—. Mañana hablaré con el general Ross. Sharon no será la única en declarar, por eso... —Steve beso la frente de Tony—, ganare tiempo para ti.

Anthony sintió su corazón derretir. Steve era perfecto.

Pero de igual manera sentía que su odio por esa mujer crecía más. Por un pequeño instante, se arrepintió de haberla salvado de Hulk.

Pronto retiro sus pensamientos. Tony jamás podría con una muerte en su conciencia.

—Me encargaré de hackear la seguridad de SHIELD, con o sin el permiso de Fury. —Tony le sonrio—. También hablaré con Bruce.

Steve lo beso, lo abrazo y recargo su barbilla en la cabeza de Tony.

—Steve...

—¿Mmm?

—Cuando esto termine, haré todo lo posible por quitarte a esa bruja de encima. —Prometió el castaño.

Steve rio.

—Tony, es una dama.

—Eso no le quita lo bruja. —Anthony beso la barbilla del soldado—. Quiero que seas todo mio.

Rogers asintió escondiendo de nuevo su rostro en el cuello de Tony.

Stark sonrió. Si la rubia quería jugar sucio, él se encargaría de seguirle la partida.

🔹🔹🔹

Bruce miraba como Bucky se movía por toda la cocina, tarareando una canción que él desconocia.

—James...

—¿Si, amor? —Barnes le sonrió con cariño.

Bruce sintió ganas de llorar.

—¿De verdad no te molesta? —El doctor movía sus manos nervioso—. Esa vez...

—Bruce. —Bucky camino hasta el castaño, beso su frente y se sentó con él—. Ya lo hemos hablado. Me molesto que no me lo dijeras, pero lo entiendo. No es algo fácil de decir. —James suspiro—. ¿Por qué no mejor dejamos las inseguridades de lado y disfrutamos nuestro tiempo juntos?

Bruce asintió. James le sonrió y siguió con su tarea de cocinar.

—Escuche de Tony que tus recuerdos no están del todo nítidos. —Comentó casualmente Barnes—. ¿Es cierto?

—Es cierto. —Banner se esforzó en recordar que es lo que ocasionó su ira, pero como siempre, todo era confuso.

Bucky no dijo nada, pero por dentro, estaba furioso.

Sea quien lo haya hecho, lo tenía planeado.

🔹🔹🔹

Stone miraba con una sonrisa forzada a la madre de Tony.

Fue a la mansión Stark con la esperanza de hablar con Tony y empezar su plan; pero Anthony había salido, Howard tampoco se encontraba en casa, y cuando trató de retirarse, María lo recibió y le ofreció "amablemente" una taza de café.

—Me alegra que estés aquí. —María le sonrió—. Hace mucho que no sé de tus padres, ¿cómo se encuentran?

—Bien, señora Stark. —Ty tomó de su taza—. Mis padres se encuentran en Nueva York, atendiendo algunos proyectos.

—Vaya, es una gran sorpresa. —Jarvis, a un lado de María como el fiel compañero de la mujer, le ofreció una charola de galletas—. Me alegra que tu padre extienda sus negocios, e imagino que de igual manera estas satisfecho, después de todo, eso pasará a manos tuyas.

Stone dejó que el café pasara por su garganta con dificultad. No, su padre no estaba planeando dejarle nada. Su padre siempre lo había acusado de holgazán e incompetente.

Su maldito padre quería dejar sus riquezas en manos ajenas, antes, de dejársela a él.

—Mi hijo, por supuesto, estará contento de tener un amigo entre toda esa jauría de leones. —La madre de Tony dejó la taza en la mesa—. ¿Por qué estás de su lado, no?

Ty escondió su mirada sorprendida.

—... Claro, Tony es mi amigo, señora Stark.

María fingió un suspiro aliviado para después sonreírle amanezante.

—Me alegra escuchar eso, Ty. —María utilizó todo el sarcasmo en el pequeño mote que le había puesto Tony—. No sabes la cantidad de tipos que he hundido por proteger a mi pequeño. Es un alivio contar contigo. —Dijo María con una sonrisa grande.

Ty le correspondio la falsa sonrisa.

Esa era una clara advertencia.

Amante del Capitán América Where stories live. Discover now