Cinco

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Lo que paso después nadie lo vio venir. Ese mismo día en el que ambos nos dimos el abrazo, el padre de Jimin apareció muy molesto. Parecía un monstruo de esos que aparecen en los cuentos para niños. A él lo empujo lejos y a mí se me acerco para golpearme.

No fui lo suficientemente rápida, así que me alcanzo. Aun recuerdo el dolor en mi mejilla cuando su mano se estampó en ella, también el ardor de los raspones en mis rodillas y sobre todo el aterrador sonido del golpe que dio en mi estómago. Pero lo que nunca voy a olvidar, fueron los desesperados gritos de Jimin y como luchaba por alejarlo de mí. Antes de que callera profundamente dormida nuestras miradas se conectaron, su mirada era de horror puro, sus mejillas estaban mojadas por miles de lágrimas. Yo también lloraba, pero por Jimin ¿Cómo es que lograba soportar todo eso? ¿Cómo es que podía seguir en pie y con una sonrisa en su rostro después de sufrir tan insoportable dolor?

Quede inconsciente después de la paliza que recibí. No sé cuanto tiempo dormí, pero cuando desperté yo estaba en la cama de un hospital y él fue lo primero que vi y después mis padres. Los tres estaban muy contentos por verme despierta.

Me sorprendió verlos juntos, pero ellos me dijeron que Jimin me salvó. Se asustó tanto cuando vio mis ojos cerrarse que atacó a su padre con una roca para que me dejara. Y mis padres estaban muy agradecidos por eso, igual que yo.

SIN GRACIA • Park Jimin  Where stories live. Discover now