Treinta y uno

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Estaba confundida, más aún cuando comenzó a llorar. Su mirada me dolía mucho, pero sus palabras me dolieron más, y eso que no las había entendido de inmediato.

—Largate.

Lo dijo con mucha dificultad, pero lo logré entender ¿Pot qué me pedía eso? ¿Qué había sucedido como para que él me dijera eso? Trate de pedirle una explicación, pero el solo desvío su mirada.

Me dolía que me tratara de esa forma, sobre todo porque no sabía lo que había hecho. Trate de hacer que se explicara, le rogué por una explicación. Pero su llanto se hacía cada vez más fuerte, igual que el mío.

—Por ser tan estúpida –por fin hablo.

—¿Qué? ¿Por qué me llamas así?

—Porque preferiste acostarte con un idiota que no te quiere ni valora que tener a tu lado a alguien que hacía eso y mucho más. –Jimin me miro, estaba muy molesto–. ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Qué su novia lo había terminado? Pues sí, lo hizo. Ambos terminaron pero, ¿que crees? Que hace un mes que la muy idiota regreso con él.

—Jimin…

—Él no te quiere, solo te está usando como un pasatiempo. Pero estás tan ciega que no te diste cuenta, y preferiste conformarte con las sobras como siempre lo has hecho.

SIN GRACIA • Park Jimin  Where stories live. Discover now