XIV. Desencadenados 🍎

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Érase una vez un hombre santo y sanador
Él vivía para su esposa
Hasta que el crimen sucedió
Cazando en cada lugar
En busca de venganza
Nuevo código moral
Se convirtió en un rebelde renegado
Dejando almas vacías cuando se vengaba
Espíritus malignos fluyeron
Él bebió la sangre como si fuera limonada.

Blood Like Lemonade, Morcheeba.

🍏

Durante el martes y miércoles todos seguían muy perturbados, y no era para menos. Dos muertes en una semana eran un golpe muy fuerte al que todavía nadie podía dar crédito. JongIn se aisló en su habitación y SeulGi le acompañó recostándose a su lado mientras sus padres lloraban en la sala. Para el jueves, las familias Kim y Oh organizaron el funeral en conjunto con los Lee, JinKi también había sido víctima de la explosión. Cancelaron toda posibilidad y especulación de negocio con el emporio Park y se reunieron a comer en los siguientes días, compartiendo el dolor y apoyándose los unos a los otros.

Estaban pasmados, incrédulos y reinaba un clima lúgubre. Dos pérdidas en la familia con apenas dos días de diferencia era algo hasta absurdo, pensó BaekHyun desde su hogar. KyungSoo le ayudaba en las tareas de la casa, y aunque no hablaban mucho, estaban igual de desolados. Ambos habían visto el accidente con claridad. Algo dentro de ellos, les hacía sentir con culpa, avergonzados de no haber podido evitarlo. BaekHyun creía que ninguno sería capaz de ver a los Oh o Kim por un largo tiempo, pero la idea se borraba de su mente con rapidez, ¿cómo no iba a seguir luchando por ellos?

Sin embargo, no podía descifrar qué habría dentro de la mente de KyungSoo. A veces, su tío encendía la tele y la dejaba por horas sólo para que las novelas de fondo hiciesen ruido, era obvio que no podía lidiar con el silencio. El vacío haciéndose más profundo al saber que dos personas cercanas ya no estaban en ese plano, debía estar ejerciendo un efecto devorador. En parte, le preocupaba a BaekHyun que KyungSoo no hablase al respecto. Ni siquiera había llorado con la muerte de YuRi. Sentía que algo en él estaba muy mal, pero no lograba sacarle palabras. Las pocas veces que lo intentó, KyungSoo sólo le miró con frialdad, como si no quisiese tocar el tema.

—KyungSoo... —dijo con calma desde el sillón y bajó el volumen de la televisión; su tío estaba dejando unas tazas con té en la mesa y le miró expectante—. Si quieres ir a ver a JongIn, o decirle que venga a casa... No me molesta. Puedes invitarlo.

KyungSoo se sentó en una silla y suspiró.

—¿Cómo se supone que lo mire? ¿Qué le voy a decir?—replicó—. No puedo contarle lo que dijo YuRi, ni tampoco que la rechacé y por eso salió tan alterada.

—Pero no es tu culpa. Ella no debía estar bien tampoco... —titubeó y confesó recordando el pasado—. Así como yo... Cuando te vi con JongIn besándote.

—¿Lo ves? —insistió ansioso—. Sólo hice que se sientan mal.

—Sí, pero... No es tu culpa, no puedes forzar lo que sientes. No podías mentirle... —le observó con pesar—. Así como yo no podía obligar a que JongIn sintiese algo por mi.

—Baek, soy muy egoísta. No puedo ni quiero lidiar con esta situación. No tengo el valor.

—Sí lo tienes. Estás aquí, ¡puedes hacer mucho! —se levantó y expresó con ahínco—. ¡No tienes que irte, no tienes que seguir con esto!

—Si me quedo, me sentiré miserable. Odio este lugar, me trae malos recuerdos. Tu madre enferma, tu padre abandonándola. Hacerme responsable de ustedes. Ha sido un infierno. ¡Me siento atado cada vez que estoy aquí! —soltó con enojo—. Exactamente como ahora con este negocio. ¿Crees que quería regresar? No quería hacerlo. Pero era una gran oportunidad.

El Club de las Manzanas Podridas 🍏 (SooKai/SeBaek/Exo)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt