Capítulo 2

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Muchas veces en el camino a la casa había intentado recordar una y otra vez, pero nada.

Todo el camino sintió que América estaba muy pegado a él, lo que le confundía y de cierta forma le agradaba recibir tanto apoyo.

- ¿Inglaterra…aún no recuerdas nada? –

Le miró perdiéndose en sus ojos un par de segundos, luego miro al suelo y negó con la cabeza, En el rostro de América se formó una expresión de triste, para luego adelantarse un poco, le susurró algo en el oído a Francia, este asintió y Alfred volvió atrás juntó a Inglaterra que inspeccionaba algunos detalles, intentando reconocer sus cosas.

- Inglaterra…Me alegra que estés vivo… -

Pero aquella persona que Alfred amaba tanto, ya no era la misma de hace un parte de semanas, ahora se mostraba indiferente y lejano a todos y todo, como si estuviese perdido en sus pensamientos. Mientras América trataba de lidiar con todo el enojo, culpa y tristeza que le atormentarían por siempre.

- Sabes, creo que es mejor que Inglaterra se quede aquí con nosotros, nadie sabe que él está así… -

- No creo que lo mejor sea aislarlo más de lo que ya está, además puede que si les decimos puedan ayudarnos en todo esto –

- ¿Pero qué pasaría si…le dicen algo del pasado…si…me odia otra vez? –

- Jamás pensé que dirías algo así, Si tanto le querías...No voy a comenzar a juzgar tus acciones, pero podías dejar de pensar en ti por un momento, entiende, uno de tus amigos ya no recuerda nada, podrías al menos dejarle eso –

- Lo siento, tienes razón…me comporte como un completo idiota –

- Preguntémosle si es que quiere que nos quedemos aquí, tal vez quiere unos días para estar solo, para pensar las cosas, tú sabes –

- ¡Estoy en total desacuerdo!, si apenas sabe nuestros nombres y el de él, ¿qué puede hacer solo?, se volvió Inútil –

- América… -

América había dicho estas duras palabras haciendo que, intencionalmente, el Rubio con las cejas despeinadas y ojos verdes escuchara eso, y se quedara mirándole sin expresar ningún sentimiento, tomo su pizarra y el lápiz, se sentó en un sofá, sacó la tapa del marcador y comenzó a escribir con una letra fina, rápidamente, y antes de que América lo pudiese esperar ya había girado la pequeña pizarra en su dirección, enseñándole las palabras:

- “Fuera de aquí, ya no les necesito” –

 

El rubio de ojos verdes se sintió presionado y nervioso, se dio cuenta de que había Jodido completamente todo…

- Iré…a traer a Canadá – Dijo antes de ir con Matthew que estaba ordenando la comida que había comprado para el en la instancia que se quedaran con él, ya había finalizado cuando estaba el Francia en la cocina explicándole la situación, Canadá asintió y fue a buscar el resto de las cosas que se le quedaban en el lugar.

- Inglaterra…n-no puedes quedarte solo…no –

- Claro que puedo, si alguna vez tuvimos algún clase de amistad estoy seguro de que fue por alguna clase de sentimiento erróneo – se tardó en escribir en la blanca pizarra

A américa en verdad le había herido el que su hasta ahora “novio”, de dijera de alguna forma indirecta que estaban terminando, de hecho le estaba diciendo como si le odiara, miro el suelo, y se le acerco lo suficiente como para que ambos sintieran la respiración del otro, Inglaterra se sorprendió, estaba tan cerca y podía escuchar su respiración, vio sus ojos y se perdió en un Mar celeste, sin darse cuenta, comenzó a acercarse lentamente, pero América se apresuró y junto sus labios con los del otro rubio, este se resistía e intentaba alejar a Alfred, de repente, América perdió la razón y metió su lengua en la boca de Inglaterra.

Inglaterra se resistió los primeros 8 segundos mientras forcejeaba para que América le soltara, este le había agarrado de los hombros mientras duraba el beso, Arthur pensó haber perdido la razón al haberse rendido ante un extraño, que a la vez sentía que estaba tan cercano a él.

Se alejó rápidamente de él, empujándole, le faltaba el aliento y sus blancas mejillas estaban más rojas que nunca, con enojo le gritó algo, pero al estar mudo América solo logró leer sus labios

- ¡Vete de aquí, Maldito idiota! – sus labios se movieron mientras este apuntaba hacía la salida, sus ojos intentaban esconder unas lágrimas inminentes que amenazaban  con salir.

Pero América no le dijo nada.

Simplemente se fue.

Dejando a Inglaterra en el suelo, con lágrimas en los ojos.

Justo como la última vez.

- ¿Que paso ahí dentro? –

- Eso mismo iba a preguntar, después de lo que le dijiste – le dijo Francia que iba al volante del auto

- Nada, en realidad no quiero hablar de eso justamente ahora, ¿sí? – Dijo con una mirada perdida con dolor y pena mirando la casa de Arthur con un triste sentimiento de nostalgia.

*****°°°°°*****

Inglaterra estaba aún parado frente a la puerta, tapando su boca con su mano, las lágrimas seguían corriendo.

Había recordado algo.

Algo muy pequeño.

A su mente le había venido un recuerdo de un pequeño niño, de América cuando era niño, y todo él una pequeña fracción de tiempo y recuerdos que había creado juntos en antaño.

Con un beso forzado de esa persona, había recordado algo que cada vez que pensaba en él, una punzada atacaba su corazón, como una afilada daga que atravesaba su garganta y le impedía respirar, Así se sentía, cerró sus ojos.

Una amistad de ataño, que había terminado trágicamente, de alguna forma, no tenía una imagen sólida en sus memorias sobre eso, sino que solo tenía una pequeña intuición en la garganta, algo le decía que estaba en lo correcto. De repente escucho que alguien había tocado la puerta, se acercó con inseguridad y la abrió con cautela.

Frente a él había un chico de cabellos albinos con ojos violetas y unos girasoles formando un ramo y dijo:

- Hola, Inglaterra – Una sonrisa curvo sus labios y le entregó las flores, El rubio acepto las flores y le hizo un gesto para que pasara y tras de él se cerró la puerta.

Silencer. (UsUk)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang