Tokyo Revengers | One Shots

𝐓𝐚𝐢𝐣𝐮 𝐒𝐡𝐢𝐛𝐚

El sol de la tarde tornaba el cielo en tonos anaranjados, pocas nubes se movían lentamente; los faros y las bocinas de los autos en las horas punta movían esa avenida en el centro de Kanto.

La gélida brisa de la tarde azotaba tu cuerpo, haciéndote acurrucarte en tu ropa para protegerte del frío. Apoyándose en la barandilla de la calle, sus ojos se fijaron en sus zapatos mientras escondía las manos en los bolsillos de su sudadera [su color favorito] para poder calentarlos. Una ligera ansiedad latía en su pecho, ya que tenía una alta probabilidad de que él rechazara su pedido.

Su aliento salió en un pequeño vapor entre sus labios, debido a la rápida condensación; empezaste a hacer pequeños vapores para distraerte hasta que él llegó a casa del trabajo.

Luego, a lo lejos, se podía escuchar un rugido proveniente de un motor, instintivamente girabas y mirabas la calle hasta que veías una motocicleta de la marca Yamaha, modelo RD 350 en negro y rojo, acercándose, la famosa "viuda negra", acercándose a ti. .

Fue el. Taiju Shiba.

No fue difícil encontrarlo de seis pies de altura, con sus tatuajes esparcidos por toda su epidermis haciendo un ajuste perfecto con ese cabello azul oscuro. Reconociendo en cualquier parte del mundo.

La bicicleta se detuvo a su lado, Taiju se alisó el cabello que estaba arruinado por el viento y te sonrió con esa mirada de suficiencia que tanto le gustaba.

—Llegas tarde.

—Me tomó un tiempo salir del trabajo y encontrar a Mitsuya. —Explicó antes de bajarse de la bicicleta.

Sacaste tu mano fría del bolsillo de tu sudadera y empujaste un mechón de cabello [tamaño y color] detrás de tu oreja. Taiju estacionó la bicicleta y fue a encontrarte, donde, sin vergüenza de mostrarte su amor, colocó un beso en tus labios y entrelazó sus dedos con los de ella cuando le dio la mano.

Ambos entraron a un pequeño café en una de las calles paralelas que cruzaban la avenida principal de Shibuya. Era pequeño, de estilo rústico, las luces eran amarillentas y no tan fuertes, el olor a cafeína era intenso y música instrumental sonaba de fondo.

En menos de dos minutos, Taiju llegó a la mesa, se sentó frente a ti y te extendió la mano, quien aceptó con mucho gusto.

El chico de cabello azul estaba hablando de su día contigo y cómo iba su curso de cocina, con eso, estaba planeando abrir un restaurante cuando se gradúe. Y eso calentó su corazón, ya que Taiju no se abría fácilmente a nadie, ni siquiera a su propia familia.

Sin que te dieras cuenta, una sonrisa apareció en su rostro y se estaba imaginando a tu lado, además de lo mucho que evolucionó luego del enfrentamiento con algunos miembros de la pandilla Tokyo Manji. Necesitaba perder para comprender que nada giraba alrededor de su ombligo y que él no era el rey de nadie.

Después de unos minutos, un camarero colocó pedidos sobre la mesa. Un espresso doble para Taiju y tu [tu bebida favorita], agradeciste al barman y bebiste tu bebida mientras comentabas tu día y tu curso de graduación.

—Entonces, ¿Dónde vas a pasar la Navidad este año? —Ella lo interrogó, porque sabía de la pelea familiar que tenía.

Taiju agitó un poco la taza en su mano grande y callosa, vio ese líquido oscuro y caliente arremolinándose dentro de ese recipiente de porcelana, los ojos dorados del descendiente más antiguo de la familia Shiba parecían distantes.

Terminó su café y la miró a los ojos con seriedad.

—Rezaré, como todos los años, en la iglesia favorita de mi madre. —Luego hizo una pausa y volvió a hablar —¿Te gustaría ir conmigo? Y luego podemos hacer algo que te guste. —Sugirió.

Con una sonrisa, aceptó la invitación. Era raro que Taiju invitara a alguien a unirse a él en sus oraciones, aunque era un cristiano ferviente, le gustaba estar solo mientras hablaba con Dios y le pedía que cuidara de su familia.

—¿Qué tal si comemos un poco de pastel o pizza mientras vemos una película más tarde? —Esta vez, sugirió.

Estabas hablando de planes para Navidad, aunque él no lo mostró, me alegré de verte con muchas ganas de pasar ese día con él.

Sin embargo, en medio de las ideas expuestas entre ustedes, notó algo diferente en los ojos de Taiju, como si estuviera muy lejos y algo que lo hizo perder el terreno acababa de suceder; te volviste hacia la dirección que llamó la atención de Taiju y luego entendiste lo que estaba sucediendo.

Fuera de la cafetería estaban aquellos que Taiju daría su vida por proteger, Yuzuha y Hakkai, sus hermanos menores. Los reconoció por una pequeña foto que Taiju tenía en la sala de estar de su apartamento con ellos; los dos Shiba más jóvenes pasaron hablando y ni siquiera notaron a su hermano mayor dentro de ese establecimiento.

Era notable que Taiju se estaba refrenando de hablar con ellos, evitando la confusión de nuevo.

—Es difícil mantenerse alejado de ellos, ¿no?

Taiju lo siguió con la mirada hasta que ambos desaparecieron de las ventanas y de su vista.

—Es mejor así. —Respondió.

Sabías que Taiju temía estar solo, incapaz de ver o saber cómo estaban sus únicos parientes vivos. Principalmente Hakkai, siendo el más joven e ingenuo de la familia, no le importaba si era Toman, era su hermano pequeño y siempre lo sería.

Entonces, se levantó de su lugar y se sentó junto a Taiju, puso su brazo [como está] alrededor de sus hombros y apoyó la cabeza en su ancho hombro, rígido por sus fuertes músculos.

—No seas así. Estaré contigo para todo, cuenta conmigo.

Su voz transmitía confianza, lealtad y empatía.

—Gracias, te digo lo mismo.

Su voz era de barítono, su gran mano envolvió la de ella y le dio un beso en la frente.

Esa fue la forma en que Taiju Shiba mostró su amor y gratitud, ya que no hablaba mucho sobre sus sentimientos y prefería mostrarlos.

Y te encantaba eso de él.

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Es algo corto, pero espero que la persona que hizo este pedido este conforme, a mi la verdad es que no me agrada para nada Taiju, pero obviamente se respeta la opinión de a quienes si les agrada y les gusta el personaje, besitos. <3