Una vez puesta mi ropa interior, me dirigí al espejo para poder observar mi anatomía, siempre tenía ese hábito. No se cuando paso, solo escuché aquella voz que me hacía estremecer y tener pensamientos impuros, sí, era Park Jimin.
-Oh, disculpa, pensé que Eun y tú estaban durmiendo -habló sin perder la mirada, podría cubrirme con la toalla que estaba tirada en la cama pero no lo hice, en cierta forma quería que él me devorara con su mirada y con eso me bastaría esta noche.
-Eun esta cambiandose en el baño -canturrie
-lo siento, debí tocar la puerta an... -lo interrumpí
-no se preocupe, no ha visto nada que no haya observado antes ¿no? -dije coquetamente, Jimin sabía muy bien sobre mis intenciones, éste solo me devolvió una sonrisa coquetamente.
-saldré un rato, por favor le avisas a Eun -cerró la puerta sin antes recorrer mi cuerpo con una mirada lascivamente.
A la mañana siguiente, me levante buscando a Eun ya que no le encontré en la habitación, empecé buscándola por el baño, por la sala de estar, por la cocina hasta el comedor, cuando escuche...
-Ella no volverá dentro de un tiempo, salió -esa voz, Dios, ¿por qué justo ahora?, ¿no sabes que en las mañana las hormonas están muy revueltas?.
Giré encontrándome con Park Jimin, éste vestía solo con su pantalón de pijama, dando una vista hermosa de sus perfectos abdominales y unos definidos pectorales.
-¿No le escuché llegar anoche? -pregunté inocentemente
-no llegue tan tarde que digamos -respondió calmadamente.
Me acerque a la mesa del comedor, mirándole a los ojos notaba como aquellos iris miraban mis senos.
-Eun tardará ¿verdad? -dije ladeando mi cabeza como una niña
-así es -hablo mientras que sus manos se dirigían al borde su pantalón, haciendo notar su "V", eso hizo que pierda mi estribos.
Me lancé a sus fuertes brazos sin temer a dónde nos llevaría esta situación, nos miramos con lujuria sabíamos lo que iba a pasar, nuestros labios chocaron iniciando una batalla de lenguas, sus besos eran delicados y a la vez salvajes donde estos bajaban por mi cuello causando que mi piel se erizara, habíamos perdido el control, no había palabras más bien nuestros cuerpos eran quienes demostraban todo el deseo que teníamos.
Una de sus manos tocaba mi pecho, apretando y masajeando, sentí su dura erección, amenazándome hundirse en mi interior, de solo pensar me hacia excitar en demasía .
Mientras que son su otra mano se escabulló por debajo de mi corta pijama liberando mi seno, sus dedos jugaron con mi pezón endureciéndolas, ahora su boca tomó el lugar de sus falanges, llenandolos de besos, empezó a succionarlos pasándose de un pecho a otro. Sus manos dejaron de tocar mis senos para ahora sujetar mi cintura y la otra meter debajo de mi short, llegando así a mi sexo, sus dedos no tardaron en acariciar mis labios vaginales, Jimin sabía muy bien en donde tocar, causandome placer a punto de tener un rico orgasmo.
Sentí como de un solo tirón bajo mi braga, tomándome con firmeza de las caderas para sentarme sobre la mesa abriendo mis piernas para inclinarse frente a mí.
Sus labios ascendieron con besos por mi muslo, hasta llegar a mi parte íntima, esta lo recibió gustosa, su lengua se movía lentamente brindándome deliciosas caricias haciendo que mi cuerpo temblara, podía sentir como abría mis labios introduciendo su gruesa y jugosa lengua rozando con mis paredes vagianles, mientras que con su otra mano se concentraba en mi hinchado clítoris, ahora su lengua penetraba mi interior sin tener compasión, haciéndome perder el control corriendome por completo en su perfecta boca, no tardó en lamerse delineando sus labios.
Park sonrió de lado, mientras bajaba su pantalón mostrándome su perfecto y venoso pene erecto, se acercó lentamente y de una sola estocada entro a mi interior, grite de placer, me penetraba con firmeza acelerando sus embestidas mientras apretaba mis pechos, su experiencia en el sexo era claramente notoria.
Sus penetraciones estaban aumentando, era rudo y eso me encantaba, le pedía más y él no se negaba, esta vez sus caderas con las mías emitían un sonido de aplausos mientras que nuestras miradas estaban fijamente, hasta que el dió una estocada en donde tire mi cabeza hacia atrás, sus duras embestidas no me daban descanso.
Sus profundas y rápidas penetraciones me tenían al borde del orgasmo.
-Entierrate en mí tan profundo que me hagas llorar de placer -hablé entrecortada, eso le motivó demasiado para que sus empujones sean más toscas y rápidas, llegando así a su esperado orgasmo.
-O..oh!.. _____! -gimió mi nombre, eso hizo que me corriera
-Ji...min oh Dios... -sentí como su semen se desplegaba dentro de mi interior y yo no le reprocharía.
Estaba segura que ahora en adelante visitaría a Eun más seguido y no me aburriría en lo absoluto.
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