EL CHICO QUE SE FUE ( Frank x Lotte)

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Frank había sido afortunado. Tenía buenas notas, dos increíbles padres, una hermana menor que realmente lo hacía feliz y a Scott, su mejor amigo. Pero, aun así, el chico se sentía incompleto.

Iba a la iglesia todos los domingos, y siempre preguntaba al sacerdote de la parroquia por qué tenía aquel sentimiento. El hombre siempre le respondía que tal vez tenía una falta de Dios en su vida. Alguna mentira guardada. Algún acto mal hecho. Un pecado no confesado. Pero Frank estaba seguro de que sus sentimientos no tenían nada que ver con todo esto.

Aun así, el chico podía olvidar su vacío y ser feliz. Hasta que su hermana menor enfermo de leucemia.

¿Alguna vez te has golpeado fuertemente el dedo pequeño con el borde de la cama a mitad de la noche? Posiblemente sí. Bien, Frank se sintió así cuándo lo supo. Pero el dolor no desapareció. No se hizo más leve, ni soportable. El dolor simplemente siguió allí, y creció mil veces más cuándo supo que la enfermedad estaba tan avanzada que era casi imposible hacer algo.

Ese día el chico, simplemente, salió de la habitación de aquel hospital en el cual estaba su pequeña hermana y fue a la sala de espera, sintiendo lágrimas quemar sus ojos. Se sentó en una de las pocas sillas y miro un punto en la pared. Quería llorar, pero no frente a toda esa gente. Sí iba a sufrir, lo haría solo.

Fue entonces cuándo una chica llego caminando junto a quien debía de ser su padre. Tenía el cabello verde y la piel blanca, y era hermosa. Caminaba mirando el suelo, como si el mundo solo estuviese conformado por las blancas baldosas.

Fue entonces cuándo escucho a la enfermera hablar con el padre y con la joven, escuchando la palabra diálisis. Al inicio creyó que era para el hombre, pero cuándo la mujer solamente acompaño a la joven hacía el interior y el hombre se sentó unos cuántos puestos a su derecha supo que se había equivocado.

Por un momento se olvido de sí mismo, de su propio dolor, y comenzó a pensar en la chica, en lo inútil que debía sentirse al saber que su cuerpo no podía hacer lo que debía hacer. En lo mal que debía de sentirse depender de una máquina... Y fue entonces cuándo comenzó a pensar en su hermana pequeña. En el gran dolor que debía de estar sintiendo, y en lo idiota que había sido por solo huir de allí porque su estaba demasiado ocupado pensando en su propio dolor.

Pensó en volver, pero algo más atrajo toda su atención. Una chica de gafas con cabello rubio y corto, y una sonrisa que podría, fácilmente, iluminar la habitación, entro a la sala de espera y comenzó a charlar con el padre de la joven. Frank no debió escucharlos, pero aun así lo hizo.

XX: Ella estará mejor, señor Cavendish -Le aseguraba la pequeña. Su voz, para Frank, eran como cantos de ángeles.

YY: Quiero creer eso, Lotte...

Frank suspiro. Incluso su nombre era hermoso.

Lotte: Señor Cavendish, esto no es algo con lo que Diana no pueda lidiar. Ella es fuerte, y puede hacer todo lo que quiera... Dios nos coloca pruebas siempre, señor Cavendish, ella solo tiene que superarlas.

Frank volvió a suspirar. La chica, en pocos segundos, le había demostrado que era realmente increíble.

..........................

Permaneció en la habitación tres horas más, escuchando la hermosa voz de Lotte cerca de el, jamás atreviéndose a hablarle.

Fue entonces cuándo la enfermera llamo a los padres de Diana Cavendish. Cuándo el hombre se levanto, Frank adivino de inmediato que Diana era la chica de cabello verde que había visto horas antes entrar a la sala de diálisis.

Sintió su corazón estrujarse cuándo vio a la chica salir del lugar cargada por un enfermero, sus ojos entreabiertos. Se veía tan débil.

Diana: Quiero caminar -La escucho susurrar al hombre.

La Chica de la Ventana (Diakko Adaptación)Where stories live. Discover now