Killer Queen [Loki y tu]

05.[Thomas]

____ cargó al pequeño Thomas, quien al parecer ya se había cansado de caminar entre ella y Pietro. El peliplatiado acarició las mejillas del infante, recibiendo una sonrisita que lo hizo sonreír inconscientemente. 

— Vamos, déjame cuidarlo, necesitas descansar.— insistió el hombre tras las constantes negativas de ella.— ¿No confías en mi para dejarnos solos? 

— Pietro, desde que Thomas nació me has ayudado y te lo agradezco.— meció a su hijo y esperó a que sus hermosas orbes azules sucumbieran ante el sueño.— Siento que algo pasará, y no pienso ignorar mi instinto. 

— ¿Algo pasa con Thomas? 

— Loki . . .— botó el aire que estaba reteniendo, sí, aun tras más de dos años de su muerte, seguía doliendo.— Era un Gigante de Hielo, tal vez no tenga nada que ver con que Thomas se transforme, pero siempre que tengo esta sensación es porque algo pasará.

— Entiendo, entonces déjame cuidarlo en tu casa. Estarás ahí por si algo ocurre. 

Ella miró a su compañero y le sonrió. No podía evitar sentirse mal por él, lo daba todo por ella, le ayudaba en lo máximo que podía y amaba a Thomas como si fuera su hijo. Pero ____ no quería que Pietro fuera su padre, él ya tenía un padre, Loki. Aunque, las palabras de Tony rondaban siempre por su cabeza, tal vez tenía razón y debía darse una oportunidad con él, permitirse volver a sentir esa emoción del amor.

Igualmente, aquellos pensamientos estaban reprimidos por lo ocupada que estaba. Algunas personas superaban sus dificultades, pero por mal que estuviera, ella lo afrontaba llenándose de cosas que hacer. Desde que su hijo cumplió el año de vida, había vuelto a ejercer como médica. 

Al día siguiente, domingo, Pietro fue a la casa de madera donde solo se encontraban ambos Starks que conocía bien, los otros tres estaban de viaje. El chicho había llevado comida china para almorzar, y disfrutaron tanto de la comida como de ver a Thomas experimentar de nueva comida. Claramente con la llave del carro en la mano por si presentaba alguna reacción alérgica ante comida que nunca antes había probado. 

____ se recostó en la cama de su habitación, un tanto intranquila, pero decidió aprovechar el tiempo en paz que tenía para poder descansar plenamente sin necesidad de estar con un ojo abierto para chequear que su hijo no atente contra su vida. Pero, su sueño no duró demasiado. 

Un grito de Pietro proveniente de fuera del hogar la despertó, por lo que al instante salió volando -literalmente- por la ventana al lado de su mesa de noche. Aterrizó justamente al costado del chico, y lo miró expectante, solo recibiendo una seña. Su dedo apuntaba al cielo, a donde el pequeño Lokison había levitado transformado en Gigante de Hielo. Se elevó hacia su hijo, sonriéndole para tranquilizar su miedo que se expresaba en llanto. 

— Mami, frío. 

— Lo sé, mi amor. ¿Vamos a bajarte, sí? Pero necesito que te calmes. 

Thomas empezó a hipear, intentando parar su llanto. Su madre le hablaba tranquilamente, como si no estuvieran a un kilometro por encima del suelo, lo que provocó que se calmara a tal punto que, de repente, dejara de flotar mientras su piel azul y ojos rojos permanecían. 

Por un segundo, el corazón de ella se detuvo, no podía tomarlo en sus brazos o se congelaría. Retomó sus sentidos en menos de un segundo, y descendió un poco más rápido que Thomas. Notó que Pietro se había posicionado para tomar al bebé en sus brazos, incluso si eso significaba la muerte para él, por lo que con los poderes que tanto le recordaban a Wanda, movió un brazo rápidamente para que sus poderes empujaran a Pietro unos cuantos metros y levantó los brazos para que una nebulosa sostenga a su hijo a tan solo unos cuantos metros de la superficie. Su corazón latía a mil por hora, y apenas el tono de piel azul volvió a la normalidad aprisionó a su hijo entre sus brazos.