Cerré la regadera como pude, me tapé con las toallas y salí corriendo a mi cuarto, ya ni siquiera pensaba en limpiar la casa, solo en dejar de ser la victima de esas bromas tan pesadas.

Como pude me calme, me vestí y no salí de mi cuarto en todo el día, tenía cierto miedo y confusión, no entendía bien el cómo ni el por qué y eso me preocupaba, estuve así hasta que llego la noche y me quede dormido pensando en una sola cosa: " ¿Quién mierda es este chico? "

Ese fue mi primer día en ese lugar con ese maniaco, tan solo un domingo.

Por la nota era obvio, me quería fuera para el próximo domingo, esto solo había sido una diminuta advertencia.

Desperté el día siguiente antes de lo esperado, mi despertador todavía no había sonado ya que era una hora más temprano, en cambio algo más me había despertado.

Todavía somnoliento mire a mi cama la cual tenía un pequeño bulto que se movía de un lado a otro, a la vez podía sentir como algo pequeño pasaba por mis piernas... algo peludo y pequeño...

Tarde un poco por lo adormilado que estaba, pero en cuanto lo note quede horrorizado, trague saliva y con cuidado levante la sabana viendo que era lo que se movía.

-. . . ¡HAAAAAA!

Aseguraría que mi grito se escuchó incluso fuera del edificio, salí casi a brincos de mi cama pues está ya estaba habitada por una horrible rata de pelaje plateado, ojos negros y orejas grandes rosadas, ahora que lo pienso parece más un ratón que una rata.

Era su culpa, estaba seguro, no había de otra. . . este tipo no me dejaría en paz hasta que saliera por la ventana. No me atrevía a sacar a la rata de ahí por lo que con cuidado me acerque y tome mi ropa, mientras me vestía pensaba en mi compañero de cuarto, el tal "Kokichi Ouma" ni siquiera le he visto la cara y ya le temo.

¿Qué tan malo es? ¿Qué tan peligroso? realmente no podía dejar de pensar en un tipo gigantesco, rudo y peligroso, un malnacido que de milagro no lo sacaron de la academia, quizás su felicidad se basaba en sufrimiento ajeno y de ser así ... Simplemente no podía o quería pensarlo.

Con todavía más miedo tome el pomo de mi puerta, buscaría algo con lo que matar a la rata. La verdad no estoy muy seguro de que pensaba saliendo así, quizás que sería como ayer y no vería al responsable de todo, pero me equivoque.

Tan solo viendo hacia la sala-comedor lo encontré y no pude creerlo.

Recuerdo exactamente la escena: él estaba sentado en el comedor desayunando de lo más tranquilo y era simplemente bello, era de baja estatura, con un cuerpo delgado, pero no desnutrido, su piel era blanca cual porcelana o incluso nieve, su cabello purpura con una forma tan singular y que parecía tan sedoso incluso a la vista, sus ojos que eran del mismo color iguales a grandes y brillantes amatistas, su rostro algo infantil y adorable, simplemente todo parecía ser perfecto en él.

Tanto me distrajo la sorpresa de su verdadera apariencia que me olvide por completo de la rata.

-¿y grape?-pregunto mientras comía una cucharada de su cereal

Su voz no era la más bella del universo, pero si era adorable, como la de un alegre niño en pleno juego.

-he... ¿quién?

En cuanto pronuncie esas palabras la rata salió de mi cuarto y corrió entre mis pies asustándome y despertándome del pequeño trance, la rata corrió hacia el chico y se subió hasta su hombro.

-¿le diste un buen susto grape?- pregunto hacia la rata

Y sonara una locura, pero juraría que la rata asintió con la cabeza como si le hubiera entendido.

-buenos días Shumai- se dirigió esta vez a mi- un gusto, soy tu peor pesadilla

La malicia de sus palabras no combinaba en lo absoluto con su voz o apariencia

-he...yo...

-vamos Shumai, siéntate conmigo, prepare el desayuno

¿Qué puedo decir? esa época fue divertida. . .Para todos menos para mí. Hice muchas cosas en ese entonces que hoy no sé porque hice, como por ejemplo sentarme con él incluso después de todo lo que hizo.

Quizás de alguna forma inconsciente quería hacer algún cambio, quizás pensaba que, si era amable con él o me hacia su amigo, las "bromas" de mínimo se calmarían, pero una persona así de problemática como lo es Kokichi no es así de sencilla.

Y aquí el por qué comencé a escribir esto, para mostrar cómo fue mi horrible compañero de piso.

-¿c-cuál es el truco?-pregunte con algo de miedo

-juro que no hice nada, esta vez solo es un amigable desayuno

su gigantesca sonrisa me hizo dudar más de lo que lo hacía, pero técnicamente no había mentido, él no le hizo nada a la comida, el truco estaba simplemente en que cocinaba terrible.

彡❤[ROOMIE-SAIOUMA]❤ミWhere stories live. Discover now