Capítulo 17

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- Te he traído algo – dejo de leer mi libro para prestarle atención al molesto de Brayden.

- Ilumíname con tu sorpresa – digo sarcástica.

De la bolsa que trae saca una caja de tinte, peróxido, un par de guantes una brocha y el recipiente donde se coloca el líquido.

- ¿Para qué es todo eso? – pregunto levantándome de la cama y dejando el libro a un lado.

- Acaso no es obvio, es para teñirte, ese color no te favorece – dice con sorna.

- ¿Desde cuándo te importa el color de mi cabello? – no sé cómo lo hace, pero cada día que pasa hace que lo odie más.

- Desde que cada vez que te miro siento que no eres tú, así que me dije ¿por qué no le teñimos el cabello?, y aquí estamos, a punto de hacerlo -  cada vez que pienso que este hombre no puede estar más loco viene y me sorprende.

- No me pienso teñir –replico molesta comenzado a alzar la voz - si no te gusta mi color de pelo es tu problema porque yo lo quiero así.

- Cariño – se acerca agarrándome el pelo con fuerza y yo trato de zafarme de su agarre – no te lo estaba sugiriendo, no me importa lo que pienses o lo que quieras, te vas a teñir y punto – suelta mi pelo de un tirón y me alejo de él sobándome la cabeza.

- Pues yo tampoco estaba pidiendo tu opinión, mi pelo se queda como está y punto, ahora si no te importa vete de mi habitación.

- Norah – su tono es duro – te lo estaba pidiendo a las buenas, pero tú eres la que ha decidido complicar las cosas, si lo quieres a las malas así será.

Sale de la habitación tirando la puerta y me relajo, no sabía que estuviese tan tensa, intento retomar mi lectura, pero Brayden vuelve a entrar con una silla y una cuerda en las manos.

- ¿Brayden, que es todo esto? – su mirada representa la locura en todo su esplendor.

- Te dije que si no era a las buenas sería a las malas – viene hacia mí y me levanta en sus brazos para tirarme en la silla.

- De verdad intento ser bueno Norah, pero no sé qué te pasa últimamente, me quieres llevar la contraria en todo – amarra mis brazos y piernas a la silla, intento zafarme y la cuerda me quema, voy a protestar, pero entonces sella mi boca con cinta y no puedo hablar.

- De verdad Norah, no quería hacerte esto, tú me obligaste a hacerlo. ¡Petróva! – grita – ¡Petróva! – sale de la habitación buscando a Petróva y yo trato de sacar las manos del amarre, solo consigo hacerme más daño, apretó la cuerda muy fuerte el muy hijo de puta.

Petróva se queda estática en la puerta, Brayden la da un leve empujoncito para que entre y ella avanza mecánicamente. Se coloca los guantes, vacía el contenido del tinte y el peróxido en el recipiente y mira fijamente nuestra imagen en el espejo.

Dos lágrimas se deslizan por mi cara y ella susurra un lo siento para que Brayden no lo oiga, sé que no tiene otra alternativa, si no lo hace no sé de lo que sería capaz él de hacerle.

Comienza a teñirme y más lágrimas se van esparciendo por mi cara, no merezco esto.
Veo como cada hebra de cabello rojo se va perdiendo con el tinte rubio, odio el rubio, que más me va a quitar este hombre, es que acaso no me va a dejar en paz, al final y va a ser verdad y voy a necesitar un psicólogo.

Petróva termina de untarme el tinte en la cabeza y se va, Brayden mira todo con ojo crítico, como esperando que algo suceda.

Pasan treinta minutos y Petróva vuelva a la habitación con un bote de shampoo y acondicionador para lavarme la cabeza, me desata con cuidado las cuerdas y quita la cinta de mi boca, todo mi cuerpo está adormecido, no siento nada, me he sumergido en un estado de quietud y calma que no siento ni cuando las heridas me escuecen porque Brayden las está curando, se me han quedado las marcas de la soga alrededor de las muñecas y los pies, pero no me importa lo único que quiero es que todo esto termine, quiero quedarme sola en la habitación y descansar.

Sombras De Verdad [Editando][✔️] Where stories live. Discover now