Prólogo:

76 23 31
                                    

Josslyn:

Soy de las personas que suele caminar despacio, para llevarse los pequeños detalles de todos los lugares a los que visita. Y no es que tenga una larga lista de viajes, pero los pocos que agendo, los podría describir sin problemas con los ojos cerrados.

Vivo en una Isla de las Bahamas, de esas que nadie se esfuerza por aprenderse el nombre, debido a su diminuto tamaño. Ahí, mi familia logró emprender su negocio con éxito, aunque últimamente, se veían un poco inconforme con los resultados. Como cualquier ser humano, pedían más, se exigían demasiado a sí mismos, aun cuando no podían hacerlo.

Con respecto a mi casa, no era nada extravagante, de hecho, casi no se diferenciaba con el resto de las viviendas de mi calle. Y mi núcleo familiar, era bastante tradicional, en todo el sentido de la palabra, desde sus miembros, hasta los roles que jugaba cada uno.

Bueno, ahora sí, voy a presentarme, y a pesar de que eso debí haberlo hecho desde mi primera palabra, tenía otros puntos que aclarar. Soy Josslyn Giles, el ratón de biblioteca que vive más con la cabeza en sus libros, que en la realidad y es que esa era mi única escapatoria para sentirme viva, pero también era mi tortura más adictiva.

Todo esto desapareció, se esfumó por los caprichos de alguien, que se odiaba demasiado, como para ver que dañaba a los demás, mientras satisfacía su curiosidad. Ese sentimiento de culpa que le atormentaba, incluso en sus mejores noches, fue la razón de que perdiese todo. Él era el culpable, y después de un tiempo, entendí que yo fui su mejor víctima, porque me gustaba formar parte de  aquel caos.

Quizá la calma nunca fue lugar para mí, que era una tormenta, que apenas se estaba desarrollando.

AzulWhere stories live. Discover now