Viernes 22 de Abril de 2011

52 8 3
                                    

—Decir que esa abogada me odiaba está de sobra ¿Verdad?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Decir que esa abogada me odiaba está de sobra ¿Verdad?

Kakashi sonrió entrecerrando los ojos, asintió levemente y trató de dar ánimos tomándola de la mano, presionándola con cuidado sin poder evitar percibir la baja temperatura que tenía su cuerpo apenas cubierto por el poco agraciado uniforme color naranja propio de los criminales de delitos que ameritaban máxima seguridad.

—El color no te va — dijo de momento, en cuanto ella notó que no le quitaba la mirada del número de registro penal, confirmando al levantar el rostro que aparte de que su piel perdía brillo y contrastaba de mal manera con el rosado de su pelo, reflejando en su rostro un tono un híbrido indefinido entre los dos, algo parecido al salmón.

—Si Neji gana la apelación, que lo va a hacer, te darán uno gris, combina mejor — agregó sonriéndole al tiempo en que cerraba los ojos en un guiño típicamente suyo.

Sakura no respondió ante la broma aunque ganas no le faltaban para arrojarle la silla sobre la que estaba sentada. Y no lo hizo por dos razones: la primera, estaba esposada a ella y esta a su vez se encontraba atornillada al piso, tal como una loca psicópata homicida que era su situación legal en palabras más claras. Segunda, ya era demasiado malo ser acusada de homicidio como para sumar agresiones a su propio equipo defensor.

Limitadas sus opciones de venganza, se restringió pues, a pasar detrás de la oreja un mechón rosado que se había salido de la coleta mal hecha con que recogió el cabello opaco luego de haber pasado desde el martes sin el tratamiento acondicionador. Si bien en esos momentos no estaba realmente preocupada por la orzuela. Permaneció en silencio, escuchando los informes de Neji sobre su "nueva situación" y algunos detalles aclaratorios que le hubiera gustado saber el día anterior, como el hecho de que sería privada de todos sus objetos personales, sin admisión de ninguno, ni siquiera la pasta para su sensibilidad dental, así que debía conformarse con lo que había que no le garantizaba absolutamente nada de sanidad.

Celdas reducidas con un ridículo número de reclusas dentro, debiendo ella compartir la incómoda cama con otra muchacha. Por las noches hacía frío, pero por ser "la nueva" no tenía derecho a usar alguna de las pocas frazadas que había, los baños eran comunales y la noche anterior debió bañarse en menos de un minuto a riesgo de pescar un resfriado bajo la regadera de agua helada.

Penosas condiciones eran las que se soportaban en aquél sitio con tan poca luz que realmente no tenía idea si era temprano o tarde. Ciertamente no esperaba hospedarse en un hotel con desayuno ejecutivo incluido, pero la avena que tomó por la mañana seguía removiéndose en su estómago como si estuviese viva.

Ella había estado dos meses como voluntaria en el reclusorio de Konoha, y aunque terminó por no soportar el estilo de trabajo, ciertamente tenía un muy buen referente para asegurar que las condiciones eran infrahumanas, y por mucho. No obstante, ninguno de los directivos de Otogakure tenía mayor interés en hacer algo al respecto.

El asesino de la señora UchihaWhere stories live. Discover now