||¿Omega?||

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Sentía el cuerpo pesado, una abrumadora soledad instalada en su pecho mezclada con el sabor de la amargura del deseo de la compañía, sintió un cálido toque sobre su mano.

Recorriendo por todo su brazo hasta dar con su mejilla, donde un aliento ajeno chocaba como briza mañanera, simplemente era cálida.

-Naruto-

Escucho su nombre con un sabor tan dulce, tan anhelado, pero a la vez tan solitario, abrió sus ojos en un despacio parpadeo. De inmediato unos ojos cuál obscuridad le dieron la bienvenida, tal cálidos y solitarios a la vez.

-perdoname-

Y así se fue.

— ¡Ya es demasiado tarde!—salio de las acogedoras sábanas que lo protegían para dirigirse al baño

Hoy tocaba aún entrenamiento mañanero con el sabio pervertido, aún que no quisiera admitirlo el viejo sabía unas cuantas cosas que le serían de ayuda, aún más sabiendo las clases de personas que se enfrentaba.

Y eso le emocionaba.

Se cambió lo más rápido que pudo, para salir corriendo de su apartamento rumbo al lugar de entrenamiento, aún sintiendo el amargo sentimiento de su sueño.

¿O más bien realidad?.

Realmente no lo sabía pero, lo que sabía es que jamás quería sentir eso, por alguna razón ese color de ojos se le hacían tan familiar, que le daba terror.

— ¡Viejo pervertido!—llamo intentando olvidar el tema anterior

— ¡Ya te dije que no me llames así niño diabólico!—el sabía que era adorable nada más que se hacía el tonto— Pero llegas tarde, pensé que no vendrías—

— Ja ja, perdón, es que me perdí en el Sendero de la vida—muy ruin de su parte utilizar la escusa barata de kakashi

Aún que fue lo único que se le ocurrió, no podía decirle que se había quedado dormido, aún cuando estaba tan emocionado con su entrenamiento, ¡O pero vamos!, La noche anterior se divirtió demasiado.

La compañía de iruka y la de Saori se le hicieron gratamente favorables, era como pertenecer a una alocada familia, después de que iruka se fuera, la alfa pelinegra se quedó un momento más con el rubio trazando un alocado plan de venganza contra el Alfa que despojo de su flor a el inocente iruka.

Naruto apoyo cada loca idea de la chica, claro el también estaba enojado ¡Kakashi fue salvaje y infectó a su madre! Iruka debió llegar virgen al altar.

Ambos pensaban como padres al alterarse que su hija salió con embarazo aún si matrimonio.

Solo recordarlo le hace gracia.

— Que escusa tan absurda Naruto—suspiro— pero dejando eso de lado, hay que seguir entrenando ¡Por qué aún no puedes!—

Y ahí venía de nuevo su martirio.

¡Solo quería sacar una cochina rana y ya!

Siguió su rutina, donde pasaba un control de chakra para ir mejorando, donde sorpresivamente progresaba de maravilla, solo que tenía el problema del dichoso contrato.

Aún no podía invocar de manera real, pues sus invocaciones no eran más que unos simples renacuajos en crecimiento cosa que le enojaba.