Capítulo 38: Oportunidades

Start from the beginning
                                    

-¿De verdad? –Un halo de esperanza iluminó mi voz, mi disgusto se disipó. No había sido Sesshomaru quien subió o entregó las fotos.

-Es en serio. Hagámoslo cuanto antes.

-G...gracias. –Dije torpemente, aún incrédula, lo acusé todo este tiempo injustamente.

-No hay nada de qué agradecer, era mi trabajo.

-¿Tu trabajo?

-Eres a quien más quiero en el mundo, juré que te protegería de todo.

-Sesshomaru...

-Haría lo que fuera por ti. –Decía mientras se acercaba a mí cada vez más, la solidez de sus palabras me impedía moverme. –Cualquier cosa con tal de que estuvieras bien.

-Ya no es necesario que lo hagas, ya no somos nada. –No imaginé que pudiera decir algo tan doloroso.

-Dame otra oportunidad. –Rogó estando justo frente a mí. Yo tenía que subir mi rostro para mirarlo cara a cara, la diferencia entre nuestras alturas era tan notable, sus facciones eran tan hermosas, su mirada lucía tan desesperada.

-Yo... no lo sé, no sé si puedo hacerlo ahora.

-¿Es por ese tipo? –Se refirió a Kohaku.

-No solo es por él. –Respondí tímida.

-¿Estás saliendo con él?

-Aún no.

-¿Aún? ¿Te gusta? ¿Lo quieres? –Su respiración se sobresaltó, el hecho de si quiera imaginar que podría llegar a querer a otro hombre lo puso nervioso.

-Todavía no lo sé. Pero... han pasado muchas cosas, en este tiempo me la he pasado pensando tanto, comprendí muchas cosas. Todo este tiempo creí que tú habías subido las fotos, o se las habías dado a alguien para que lo hiciera, desde entonces me sentí herida y traicionada.

-¿Y cómo crees que me sentí cuando no confiaste en mí? Dijiste que me querías y aun así no creíste en mi palabra.

Era verdad, nunca me pregunté respecto a cómo él se sentía. Aunque, a decir verdad, no era como si mi mente tuviera tiempo para pensar otras cosas cuando todo mi alrededor estaba colapsando.

-En ese momento lo único que pensaba era en que tú eras el único que tenía esas fotos, no podía sacar una conclusión más lógica. ¿Sabes lo mal que lo pasé después? No quería ni siquiera mirar mi propio cuerpo, me daba miedo que mi hermana me mirara, sentía tanta vergüenza de mí. Y en la graduación, no sabes las cosas horribles que dijeron de mí... Que dijeron de ti. –Le dije agachando la mirada, el solo recordar esos días me erizaba la piel.

-Lo lamento, en verdad siento no haber podido protegerte de todo eso. Pero te prometo que lo haré a partir de ahora, te cuidaré de todo... Déjame estar a tu lado.

-No puedo, Sesshomaru. Lo que teníamos se rompió tan repentinamente, la confianza que formamos entre nosotros se dañó, no podemos volver como si nada.

-No me digas que me has dejado de querer tan rápido. –Dijo tomándome del rostro delicadamente para hacer que nuestras miradas chocaran de nuevo. Había anhelado por tanto tiempo su toque que no hice nada para evitarlo. –Porque yo no he dejado de hacerlo ni por un segundo, no he dejado de pensar en ti, ni de extrañarte. –Me decía poco a poco, mientras lentamente se agachaba hacia mí. –Todos estos días han sido una tortura, no podía saber nada de ti, nuestros hermanos me impedían hablarte, y cuando finalmente puedo verte te encuentro con otro hombre... Rin. –Susurró. –Te encanta hacerme sufrir, ¿no es así? –Inquirió en tono seductor rosando sus labios con los míos, no lo suficiente como para besarme, pero sí como para hacerme sentir su tibio aliento otra vez, como tanto quería.

-No fue mi intención. –Apenas y podía articular correctamente las palabras, su cercanía, su voz, su esencia y todo de él me ponían nerviosa; tenerlo así de cerca nuevamente cuando creí que no volvería a ser posible me hacía sentir en un sueño poco lúcido.

-No lo parece. –Suspiró bajando sus manos de mi rostro a mi cintura, sabía que eso me encantaba de sobremanera. –Por favor, regresa conmigo, te prometo que mejoraré todo.

-No puedo hacerlo ahora, no tan de repente, no como si nada hubiera pasado. –Me alejé de él con una fuerza de voluntad inhumana, me solté de su agarre y le hablé firmemente. –Las cosas nunca van a volver a ser igual. Si tienes tanta urgencia por volver lo mejor será comenzar de nuevo, muy desde el principio, no podemos volver a estar juntos así de la nada.

-¿Entonces estás dándome otra oportunidad? ¿Todavía me quieres?

-No he dicho eso. Es que... No es justo ni para ti, ni para mí, ni para Kohaku.

-¿Ese tipo se te declaró? ¿Te está persiguiendo?

-Algo así...

-Rin, por favor, vuelve conmigo ahora... Yo, tengo que irme por un tiempo, y ahora que ese niño está tras de ti temo que cuando llegue sea demasiado tarde.

-Esto no es una competencia Taisho, ¿no te das cuenta? Soy una persona, se trata de mis sentimientos, no soy un trofeo.

-No quise decir eso, hablo de que... Si no puedo estar cerca de ti para volver a ganarme tu confianza, daré por perdido todo. Y no quiero, no quiero renunciar a ti; mi corazón te pertenece y estoy seguro de que el tuyo me pertenece a mí, nos pertenecemos. –Sus ojos brillaban con tanta intensidad que por poco y le creía.

-Lo dices como si fuera un hecho.

-Por favor, espera a que regrese, no le des una respuesta a Kohaku, te ruego que me esperes...

-¿A dónde irás?

-Tengo que ir a Estados Unidos a cerrar un trato con un socio importante, quizá el más importante que hemos tenido en la compañía, pronto estaré de vuelta... Pero si me pides que no vaya me quedaré. Pídeme que no me vaya, lo haré.

-¡No! No quiero cargar con la responsabilidad de hacerte perder algo importante para tu compañía, además es también en donde trabajan mi hermana y tu hermano.

-Pero...

-Ve, no puedo esperarte, no es justo para nadie. Pero, si te sirve para estar más tranquilo, podemos hablar cuando te vayas, te enviaré un mensaje con mi nuevo número. –Y ya no te descuides tanto, debes dar una buena impresión cuando estés allá.

-¿Acaso te estás preocupando por mí? –Preguntó con una sonrisa de lado, al parecer había logrado mejorar su humor.

-No es así. –Respondí nerviosa.

-Estaré más tranquilo entonces. –Decía mientras sacaba un sobre de su auto. –Aquí está toda la información que necesitas para que el culpable que pague por lo que hizo, lo dejo en tus capaces y bellas manos.

-G...gracias. –Tomé el folder y agaché la mirada, no quería que notara que me había sonrojado.

-No quisiera irme de tu lado, pero ya es tarde y no quiero que tu hermana me regañe por estar aquí.

-Me voy entonces. –Dije encaminándome a mi casa, pero algo me detuvo. Me tomó de la muñeca y me trajo hacia él, me sostuvo de la cintura y de nuevo me encontré cara a cara con él. Sus preciosos ojos color ámbar tenían una habilidad especial para ponerme a su merced, su blanca y tersa piel me tentaban a tocarlo y sus largas pestañas parecían tener un efecto calmante sobre mí. Él era precioso.

Besó mi frente con delicadeza, con una nostalgia dolorosamente encantadora; sentí el gentil roce de sus labios en mi frente, tan delicado, tan tierno y sublime.

-Te juro que haré lo necesario para que vuelvas a quererme. –Susurró desde mi frente y lentamente fue soltándome hasta estar completamente separados.

Sin poder hacer o decir algo más, entré a mi casa y subí a mi cuarto rápidamente evitando a todos los miembros de mi familia. Estaba tan nerviosa que si alguien me preguntaba algo podría soltar absolutamente todo lo que me pasó hoy.

Estaba tan confundida respecto a por qué mi vida había terminado en esto. Y más confundida estaba cuando me di cuenta de que mi primer amor y mi mejor amigo me habían pedido una oportunidad para estar conmigo el mismo día.

Nos pertenecemos (Finalizado)Where stories live. Discover now