𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟹

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Las manecillas del reloj avanzaban rápidamente, perdió la cuenta de cuantos días llevaba en aquella habitación

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Las manecillas del reloj avanzaban rápidamente, perdió la cuenta de cuantos días llevaba en aquella habitación. La música clásica que se escuchaba la estaba alterando, se recostó en la alfombra posando su vista en el techo. Dos toques en la puerta hicieron que se sobresaltara.

- Adelante - dijo en voz baja.

- Vaya, no creí verte en este estado María. - Rosalie escaneo a su cuñada dándose cuenta de que no estaba bien, varias bolas de papel en el piso, un mapa en el escritorio y un libro en latín al lado de ella.

- Si vienes a darme un sermón te recomiendo que salgas, no estoy de humor para eso. Tengo un asunto mas grande con el que tengo lidiar. - tomo el libro y comenzó a leer.

- Podemos ayudarte, pero prefieres mantenerte callada. ¿Qué te sucede? - cuestiono con un tono de enojo.

- Sucede que un vampiro loco me quiere matar, sucede que una humana loca sabe nuestro secreto. Sucede que estoy harta de esto. ¿Cuándo seré feliz y pasaré una eternidad tranquila? - la castaña se levanto del suelo para fulminar con su mirada a la rubia.

- Se que esto te tiene estresada pero...

- Nadie lo entiende, ni Catalina. Esta en mi batalla, es mi lucha. Me quiere a mi y es lo que tendrá. No esperes que sea rescatada por Edward porque eso no va conmigo, no necesito de un hombre para que me proteja. - la escocesa tomo de los hombros a la rubia - Solo prométeme algo.

- Me estas poniendo nerviosa.

- Si algo me llega a suceder, ustedes deben irse de aquí. No vuelvan por mi, sigan su rumbo tal vez nos volvamos a encontrar en un futuro. - le entrego dos sobres sellados con su escudo y una pequeña dedicatoria - Si no vuelvo tendrán que leerlas de suceder lo contrario quémalas. 

Edward vio por la pequeña ventana aquel momento emotivo donde su hermana y su novia se abrazaban, dudoso entro a la habitación rompiendo aquella atmósfera.

Nunca en su vida inmortal espero que Rosalie se llevara bien con alguien que no fueran sus hermanos, cuando era humano soñó con encontrar a su alma gemela aquella que lo hiciera suspirar y lo volviera loco. Soñó con casarse y tener hijos, uno pequeños que corrieran por el jardín. Quería envejecer junto al amor de su vida, sin embargo todos aquellos sueños le fueron arrebatados cuando enfermo por la gripe española. Ahora parte de aquellos sueño se harían realidad.

Aquella castaña era sin duda alguna esa mujer con la que soñó, su sonrisa, su carácter, los hoyuelos que se le formaba cuando sonreía absolutamente todo de ella lo volvía loco. Tal ves no tendrían hijos ni envejecerían juntos pero la idea de estar juntos por toda la eternidad no sonaba mal.

María recordó las palabras de Nostradamus en ese momento, talvez serían sus últimos días debía disfrutar del poco tiempo que le quedaba. No estaba lista para dejar este mundo, aun no. De algo estaba segura y era que aquel hombre nunca se equivocaba. Miles de escenarios cruzaron por su mente y en cada uno de ellos ella era asesinada por quien seria su verdugo. Se aseguraría de que su nombre quedara grabado en la mente de sus seres queridos.

María | Edward CullenTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon