𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟼

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María cantaba una canción francesa mientras Edward la observaba sonriente, esa escena perduraría para siempre en su memoria. Catalina veía algunas obras de arte que se encontraban enmarcadas en la pared.

- Sans toi ma vie n'est qu'un décor qui brille, vide de sens (Sin tí mi vida es sólo una decoración que brilla sin sentido) - la escocesa le da una sonrisa al cobrizo.

- Je remue le ciel, le jour, la nuit. Je danse avec le vent, la pluie. Un peu d'amour, un brin de miel. (Muevo el cielo, el día, la noche. Bailo al compás del viento de la lluvia. Un poco de amor, un toque de miel).- Catalina siguió cantando al ritmo de la canción.

- ¿Qué haremos mientras estamos aquí? - pregunta con aburrimiento Emmett.

- Visitaremos los antiguos castillos donde pase parte de mi vida, o podemos ir de compras. - con una pequeña sonrisa burlona la castaña se dirige al fortachón.

- Todo lo que quieras menos compras, me usan como su esclavo. - hizo un puchero provocando las risas de todos.

El día era perfecto estaba nublado y por lo visto llovería, así que aprovecharían para salir del palacio.

- Alice ¿podrías darme tu opinión sobre una falda? - tomó la mano de la pequeña hada y la arrastró a su habitación.

- ¡Oh, cielos! Es hermosa. - dijo viendo una falda roja con cuadros algo muy común en Escocia.

Después de algunas horas dando opiniones sobre atuendos, todos salieron a recorrer el país. Edward caminaba juntó a María quienes tenían sus manos entrelazadas, Emmett y Rosalie caminaban detrás de ellos haciendo algunas bromas, Alice y Jasper hablaban sobre la posibilidad de vivir ahí un tiempo, Esme y Carlisle se encontraban frente a todos junto a Catalina que daba debe explicaciones de los lugares que visitaban. En el Palacio de Linlithgow, la escocesa platicaba muy entusiasta acerca de los años que vivió ahí.

El cobrizo veía a su compañera mientras hablaba con Esme, tal vez el lugar no se encontraba en sus mejores condiciones o no se pudiera habitar ahí pero ese lugar era muy importante para ella, contaba acerca de cómo eran las salas, los aposentos, o sala de tronos. Él tenía una sonrisa en su rostro tal vez no le quitaría el dolor de perder a un hijo pero estaría para ella en cualquier momento, sin importar el día o la hora quería acompañarla siempre.

- ¿Quisieras visitar Francia? - preguntó Edward.

- Oh, claro que sí. ¡La ciudad de amor! ¿Iremos? - dijo dejando un beso en su mejilla.

- Por supuesto - la abrazó por cintura.

- Creo que los dejaremos solos, nos reuniremos en la entrada. - grito Emmett.

- Vaya, si que se querían deshacer de nosotros. - el cobrizo observa a su alrededor notando que están solos.

- No los culpó. Perdón por preocuparlos, de verdad lo lamento. - el cobrizo niega y le regala una pequeña sonrisa.

- Esta bien, no tienes porque disculparte. Ahora dejaremos todo esto de lado y disfrutar de estas mini vacaciones.

- ¿Visitaremos a tu amigo? - preguntó con curiosidad.

- Sí, se lo prometí. Es probable que Catalina no quiera ir, es muy rencorosa. - una pequeña mueca apareció en su rostro.

- Toda la familia querrá ir, ya sabes para conocer a más vampiros.

Recorrieron todo el palacio o lo que quedaba de el, discutieron acerca de visitar el francés ganando una mala mirada de la francesa.
Llegaron a una residencia un tanto antigua pero que estaba en excelentes condiciones, tocaron el timbre y una mujer pelirroja abrió.

María | Edward CullenWhere stories live. Discover now