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A la mañana siguiente, JinYoung se despertó con los besos de su novio, en todo su rostro. Era un gesto romántico y cursi, pero bastante reconfortante. Lo amaba mucho.

— hay que ir a laboral. — le comentó, aunque se notaba el cansancio en su voz. — todo era más fácil cuando era capitán.

— me gustaría que recuperes tu puesto de algún modo, aún si es renunciando. — respondió el menor.

— no. — impuso Im. — ese sujeto tiene algo en contra de nosotros, y no quiero darle en el gusto. Es solo que... no quiero seguir viendo cómo te mata lentamente. Esa gastritis, tu peso, tu cuerpo... estoy preocupado, perder peso repentinamente no está bien.

— tomaré una licencia. — le informó, abrazando sus rodillas. — YoungJae me lo indicó, y no quiero desobedecerle. Quiero recuperar mi peso, y de paso, estar más tiempo contigo. Cuando estás tú, todo es lindo, y me siento protegido, amado. Pero ese hombre me da náuseas cada vez que lo veo, así que no quiero volver hasta recuperar el peso que debería tener. Y si no está él, es lo mejor.

— más te vale volver a tu peso, o no te dejaré subir a mi ambulancia. — advirtió JaeBum, dándole un beso en su mejilla. — ¿nos vamos juntos? — JinYoung negó, escondiéndose en la sábanas.

— iré más tarde, me tomaré el día. — JaeBum volvió a dejarle un beso en su frente. — ¿ya te vas?

— sí. — respondió algo frustrado. — hubiera deseado comer un postre en el camino. — los dos soltaron una risita. —  cuando vayas a la estación, llámame.

— quiero darte una sorpresa.

— no quiero verte en la ducha del cuartel, no voy a compartirte. — JinYoung rió risueño, robándole un beso a su novio. — te amo. — le susurró con una sonrisita tonta.

— lo sé... — le respondió, con otra risita risueña. — te amo. Y me quedaré en tu cama un ratito más.

JaeBum ya tenía su uniforme, con su cabello largo ya atado. Tenía una cita pendiente con el peluquero. Estaba listo para irse.

— asegúrate de dejar tu perfume impregnado en mi cama. — le dijo JaeBum. — nos vemos.

— nos vemos. — contestó el menor, bostezando un poco.

— descansa.

JinYoung no era quien para desobedecer aquella orden, así que se abrazó de la almohada de su novio y se dedicó a dormir un par de horas más.

Hace bastante tiempo que no dormía hasta tarde.

Ahora, embarazado y algo discapacitado, quería darse el lujo de descansar antes de ir a escuchar insultos de un hombre al cual no le agradaba.

Pero lo que no sabía, es que su celular se había quedado en silencio mientras dormía hasta tarde.

Despertó cerca de las 2. Hacía demasiado tiempo que no dormía así, quizás desde hace 10 años. Sentía que había descansado bastante, y se sentía bien.

Tomó su celular, notando las llamadas perdidas. Unas 8. De su jefe, pero nada de su madre, así que si primero llamó a sus padres. Su papá le respondió. Ambos estaban bien, bastante bien, mirando películas y comiendo. Eso estaba bien.

Ahora, debía ir a entregar su licencia y dar la maravillosa noticia. Se puso su uniforme, por última vez. Quizás renunciaría, debido a que quería un mejor sueldo y un mejor trabajo. No es que el cuartel fuera malo, sino que necesitaba algo seguro. Ser paramédico le daría más beneficios, y los necesitaría. Dos niños. Tres niños. Yeji no se quedaría afuera. Era suya.

Si el capitán seguía hostigándolo, entonces renunciaría. No sacrificaría lo más valioso en su vida por un idiota. Ya había perdido bastante cuando JinYoung decidió estudiar paramedicina y cuidar a sus padres. Esta vez quería ser feliz.

Se dio una ducha, sobando su abdomen, que ya debería estar algo hinchado, pero no habría cuando un hombre lo hacía cargar cosas de más, perdiendo peso, y las náuseas del embarazo lo mantenían más delgado de lo usual. Por lo menos, si JinYoung renunciaba, podría llevar su embarazo tranquilo.

Se puso su uniforme, salió de la casa y se dirigió a la estación, llevando la carpeta de su licencia. Al llegar a la estación, entró con una enorme sonrisa, bastante emocionado, pero tan pronto su jefe se puso delante de él, todo rastro de alegría desapareció.

— ¿acaso se enrredó en las sábanas, Park? — le habló fuerte. El mencionado iba a responderle, pero no le dejó. — última vez que llega tarde o lo despido por insubordinación.

— pero yo...

— no trate de excusarse. Lo anotaré como falta. — le gritaba. No era esa voz autoritaria que usan los líderes, sino esa de alguien que trataba de intimidarlo. Por suerte, no sabría si buena o mala, sonó la sirena. — volviendo de esta emergencia, irá a mi oficina.

Realmente no se sentía con ánimos para caminar entre el fuego, y tampoco se sentía bien. Pero había alguien que dependía de sus conocimientos para salvar su vida. Además, JaeBum estaría cerca si algo salía mal.

Trataría de evitar trabajos pesados.

Era un enorme incendio en una bodega industrial abandonada, sin embargo era usada por drogadictos como laboratorio.

— oye, ¿sucedió algo...? — preguntó YuGyeom al ver deprimido a su amigo.

— nada, es solo que... que mamá necesitaba ayuda en algo. — mintió, dejando la carpeta en la mesa de herramientas. — es hora de irnos...

Sabía que debía tener extremo cuidado, y negarse a hacer ciertas cosas que sintiera que lo pusieran en peligro. Sus mejillas estaban rojas de los nervios. Se supone que tendría que dar una buena noticia, no hacer sentir lástima, no más de la que ya sentían por él.

— si quieres quedarte, debes ser responsable y disciplinado, llegar a tiempo y obedecer. — le regañó su jefe, aunque sabía que eso no era verdad. Tenía dos vidas en su interior, y debía cuidarlas. — tienes una amonestación.

Si tan solo le pudiera mostrar la carpeta a ese hombre y gritarle que estaba esperando dos bebés, entonces le cerraría la boca. Y si seguía así, entonces hablaría con JaeBum sobre su renuncia.

— capitán, JinYoung no se ha sentido bien últimamente, hablando en el ámbito de salud, no puede regañarlo por querer priorizar su salud. — dijo Hwasa en su defensa. — además, está siendo injusto con JaeBum y él.

— ellos están bajo estricta fase de prueba. Tengo que ser más duros con ellos.

Nadie más agregó nada. No podían llevarle la contraria  ese hombre. JinYoung lo entendía, más no lo justificaba. Lo odiaba.

YuGyeom se acercó a él, dándole un tierno abrazo de consuelo.

— yo te apoyo...

Firework {JJP}Where stories live. Discover now