Capítulo 6

666 78 14
                                    

Adam Jackson

Recibir una bala en la pierna deja secuelas, se me dificulta el caminar a veces, puedo disimularlo pero mis médicos dicen que quizás me tome más de un año volver completamente a la normalidad.

Renuncie a mi beca deportiva en Estados Unidos, pero aún así me uní al equipo de fútbol de aquí. Y aunque quizás no soy tan bueno como antes me estoy esforzando, realmente lo hago. Esto es lo único que me queda, el fútbol.

Odette se fue, la dejé ir. Amar a alguien sin ser correspondido por tantos años es doloroso, pero supongo que no habríamos funcionado como pareja.

Tengo a Isidora ahora pero no siento nada por ella mas que comodidad y calor físico. Es hermosa aunque no tanto como Odette, mierda. No debería comparar. Estoy trabajando en ser "mejor persona" y es una putamente agotador.

Me concentro en la lengua de Isidora en mi boca, ella es fácil, no en un mal sentido, ella me hace sentir cómodo, lo carnal es fácil, es fácil cogerme a Isidora, follarla y satisfacerla. Ella es bella, ella gime de manera correcta, quizás demasiado, a veces me pregunto si sus reacciones en el sexo son estudiadas.

Miro a Elle y me doy cuenta de que están ofreciéndole hierba, la conozco lo suficiente para saber que aceptará aunque no quiera hacerlo.

—¿Qué intentas, cabrón? —Le arrebato el porro de las manos a Zack y doy una fuerte calada para luego expulsar el humo en la boca de Isidora y exigir sus carnosos labios, también recordando lo bien que se sentían rodeando mi falo. Puta mierda, es todo lo que veo en ella, solo sexo. Es estresante.

¿No hay nada más en ti, Isi? Debe haber algo, ¿por qué no puedo verlo?

De pronto se le ocurre un juego que consiste en pasarse papelitos. Es aburrido, aburrido como ella.

Es en ese momento cuando Halsey llega, ella es como el espíritu diabólico de una casa embrujada que persigue al protagonista al final de la película. Es mi condena y mi maldición. Por alguna puta razón está obsesionada conmigo desde que fuimos novios cuando teníamos quince o dieciséis, ya ni lo recuerdo.

Supongo que la primera vez de una chica nunca se olvida, bueno dile eso a Odette, ella me olvidó enseguida cuando conoció a aquel idiota francés.

—¿Puedo jugar? —Agita sus pestañas y mueve su cabello rubio con mechones azules.

Halsey es mucho más que bonita, podría tenerla si quisiera, podría jugar con ella y follármela hasta acabarla, pero entonces le estaría dando justo lo que quiere. Y no quiero darle lo que quiere, quiero que ella sufra con mi indiferencia.

—No, no puedes —respondo.

—Déjala jugar, es guapa. —El bastardo de Aleksander se mete en la conversación.

Ella sonríe satisfecha y se las arregla para buscar un lugar y luego comerse la boca con alguien al azar, esta vez Aleksander. Él es mi amigo, en cuanto comencé a entrenar fue quien más me ayudó, supongo que se sentía culpable por lo que hizo su hermano. Estoy agradecido con Aleksander, pero desearía golpearlo justo ahora, hacer sangrar su nariz y romperle los huesos.

Me molesta que Halsey venga aquí a donde mis amigos y no me deje en paz. Tomo la mano de Isidora quien permanecía en su mundo sin captar nada, la arrastro entre la multitud hasta meterla en el primer baño que encuentro.

—¿Sucede algo? —ella pregunta, me teme. Lo hace y lo odio.

Odio todo, constantemente me pregunto si algún día dejare de hacerlo.

—No, quería estar aquí contigo, a solas.

—Sí eso es todo lo que hacemos. —responde cabizbaja.

Devilishly Sweet [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora