-Agradezco la preocupación, pero no hay nada que arreglar. Nadia y yo estamos bien.- mentí con toda la seguridad del mundo, justo como ellos aseguraban tener las cosas bajo control cuando yo les preguntaba qué pasaba hace unos años y mentían hasta que no podían más. 

Estaba asustado, pero trataba de pensar que era lo correcto. 

Era lo correcto para ambos. 

Sí. 

-Y yo que creía que serías más listo.- me reprochó Alex al negar con la cabeza y André habló antes de que yo le contestara.

-Yoshua ya es mayor y sabe lo que hace. Él estuvo para nosotros cada vez que la cagamos mientras nos advertía que no era lo correcto, y si no aprendió nada de eso, entonces simplemente tenemos que acompañarlo y dejarlo cometer errores.- habló como si yo no estuviese ahí presente y eso me puso más nervioso que nada.

Kyle rió.

-Parece que tenemos una maldición y siempre tenemos que cagarla para poder encontrar el amor.- comentó de manera divertida, a lo que ellos soltaron una carcajada y yo me quedé callado.- Nos gusta sufrir cuando las cosas podrían ser más fáciles, eso sí. 

-Yo sólo estoy esperando a ver quién de los cuatro se va a llevar el premio de la peor cagada.-le respondió Alex mientras se reía y yo me alejaba para ya no escucharlos más- 

Al cabo de un rato, nos vimos obligados a subir hacia el cuarto que estaba destinado a nosotros cuatro para cambiarnos, teníamos dos horas e hicimos todo un desmadre al tener botellas de champagne en todas partes junto con una televisión enorme en la que pusimos música al azar sin dejar de bailar, cantar y divertirnos un rato. 

-Parecemos pingüinos.- se quejó Kyle mientras se acomodaba la corbata y Alex trataba desesperadamente de ponérsela, hasta que André se rió por sus fallidos intentos y se la colocaba con cuidado.

-Que no se te olvide que está comprometido.- le dije en broma al ver la escena y Alex me sacó el dedo de en medio mientras se reían. 

Yo había permanecido más callado de lo habitual mientras pensaba bien las cosas y en cómo se supone que voy a actuar hoy con la rubia en un vestido que probablemente me volverá loco.

Bueno, toda ella me vuelve loco. 

Pero insisto en que no podemos ser. 

Yo soy tan extrovertido, arriesgado, fiestero y libre de compromisos, pero ella es todo lo contrario a mí y es obvio que quiere el paquete completo en una relación.

Algo que sin duda yo no puedo darle. 

A lo mejor sí, pero me asustaba mucho salir de mi zona de confort otra vez en este tema tan peligroso como lo es el amor. 

Había aprendido a cuidar mi corazón y era la única cosa en la que decidía no arriesgar nada. 

Ya lo había hecho durante años y nunca era suficiente. 

-¿Estás bien?-me preguntó André al verme tan pensativo mientras arreglaba mi corbata junto con el saco hasta estar los cuatro vestidos adecuadamente. 

Era gracioso vernos así y tendríamos que acostumbrarnos porque se viene la boda de Alex. 

-No, pero lo estaré.- respondí después de un momento y el chico no alcanzó a responderme porque una de las organizadoras de la boda tocó la puerta para entrar y se quedó algo embobada en los cuatro al vernos vestidos así. 

Pero se aclaró la garganta para hablar. 

Nos veíamos encantadores, eso sí. 

Los trajes nos quedaban justo a la medida. 

Oh no, Yoshua.Where stories live. Discover now