Capítulo 24.

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Yoshua.

Me sentía tan feliz ahora mismo.

Estaba muy sorprendido de la repentina actitud que adoptó Nadia porque pensaba que me costaría un mundo convencerla a subir conmigo a esa montaña rusa, pero al final terminamos subiéndonos varias veces sin parar de reír, hablar y pasarla bien.

Me gustaba mucho su compañía, pero no paraba de pensar en las expresiones que hizo cuando nos subimos por primera vez porque estaba muy asustada.

Se me hizo bastante tierna y ahora no dejaba de abrazarla o hacer cualquier cosa que me atrajera hacia ella.

Nadia tenía algo especial y yo estaba comenzando a engancharme con la química que había entre los dos.

Era una muy buena amiga, admito que la voy a extrañar cuando se vaya a Londres porque probablemente jamás la volveré a ver.

-Mi estómago ya no puede con más adrenalina.- comentó Nadia entre risas al salir por tercera vez de aquel juego y yo miré mi reloj con una media sonrisa.

Teníamos que irnos ya.

-No vamos a quedarnos toda la noche aquí, es hora de continuar con lo planeado.- dije tomándola de la mano de nuevo para salir del hotel Nueva York

Iban a dar las ocho y media de la noche, no era tarde, pero tenía pensando hacer algo más atrevido que esto.

No sabía cómo iba a reaccionar Nadia ante eso, y por eso no le dije nada mientras caminábamos de nuevo.

Era una estupidez y necesitaba mucho valor para hacer lo que tenía pensado, pero quería que fuera una noche memorable para los dos y era un plan perfecto para mí.

Así que esta vez, solo me dispuse a escuchar todo lo que tenía que decir con emoción acerca de su primera experiencia con montañas rusas mientras se reía con ganas porque habíamos visto de todo, hasta un niño se vomitó unos asientos adelante y a un chico se le salió el celular del bolsillo al girar en la rueda.

Fue genial.

Pero a mí me encantaba verla así de feliz y debía de admitir que era una de las mujeres más valientes que había conocido, me sentía muy orgulloso del progreso que estaba teniendo con mi ayuda.

-¿Y ahora a qué juego del demonio me vas a obligar a subir?-bromeó mientras dejábamos atrás el parque MGM y ahora nos aproximábamos a los hoteles Wardolf Astoria, Elara y Crystals.

-¿No tienes hambre después de dar tantas vueltas?-le pregunté todavía riéndome de sus gritos eufóricos que hacía cada que pasamos por ahí

Nadia sonrió y asintió sin estar preocupada.

-Un poco, ¿iremos a cenar hamburguesas o algo así?-me preguntó alzando una ceja y yo negué tragando saliva mientras observaba cómo íbamos vestidos ahora.

-Algo mucho mejor.- le respondí sin darle más detalles mientras ella obviamente me llenaba de preguntas llenas de curiosidad.

-Entre más preguntes, menos responderé.- le dije riéndome por su intriga hasta que después de unos minutos llegamos al Paris Miracle Mile

-¿Alguna vez has cenado en París?-le pregunté sacando mi celular de mi bolsillo para mandarle mensaje al hombre que supuestamente nos iba a atender.

Enserio esperaba que todo saliera bien porque hoy haría una de las más grandes estupideces de mi vida, pero valdría la pena si Nadia ponía de su parte.

Al menos eso esperaba.

Ahora Nadia me miró con sorpresa y después al espectacular hotel lleno de luces frente a nosotros.

Oh no, Yoshua.Where stories live. Discover now