|| C A P I T U L O S I E T E ||

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Una cena en familia
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ARIA:

No había tregua. Sus labios se mantenían sobre los míos, como si fuesen imanes. Sus grandes manos se paseaban por mi cuerpo como era costumbre mientras su creciente erección se mantenía sobre mi abdomen ya que su cuerpo me tenía acorralada contra los estantes de la biblioteca.

No podía parar de besarlo, las palabras que había leído anteriormente me pasaban por la cabeza y eso me provocaba no quererlo soltar, si él realmente pensaba todo eso de mí es porque había encontrado a alguien que me amaba a pesar de todos mis defectos. Que eran muchos sin duda.

Estoy segura de que ahí mismo, teniendo a los libros como testigos, hubiésemos llegado mucho más lejos que unos simples besos de no haber sido porque alguien había entrado a la biblioteca como si fuese su habitación.

—Ustedes par de conejos —su semblante era divertido— ya está la cena, nos quieren a todos en la mesa como la familia feliz que somos —comentó con sarcasmo.

—¿Ahora todos pueden entrar a mi biblioteca como si fuese un baño público? —soltó Clinton con enfado sin dejar de presionar su miembro contra mi abdomen. Como si no quisiera que Angelov viera el estado en el que se encontraba.

Este se encogió de hombros.

—Estaba abierto, además Aria entra a cada instante que no estás, pensé que ya era pública.

—¡Cállate estúpido! —solté con impresión. Logrando que Clinton me mirara con diversión, como si no le molestara lo que Angelov acababa de decir.

—Ella puede entrar, tú no —respondió sin siquiera mirarlo. En cambio tenía su mirada clavada en mí.

—Como siempre; egoísta —torció los ojos— como sea, vamos ahora antes de que el viejo haga un escándalo.

En vez de esperar alguna respuesta, Angelov dejó el lugar para lo más probable dirigirse al comedor, no sin antes haberse devuelto con una sonrisa maliciosa y soltar en un grito;

—¡Linda erección, primito!

Y con eso salir corriendo como si fuese un niño.

No pude evitar soltarme a reír. La manera en cómo ambos se comportaban luego de mi regreso me había impactado mucho, no había tanta rivalidad, era como si las aguas se hubieran calmado, como si estuvieran en perfecto equilibrio.

—Lo voy a matar —se apartó de mí con una sonrisa. —Creo que ante tanta insistencia, lo mejor sería obedecer, es la primera vez que vamos a cenar toda la familia junta —comentó. Y no pude evitar percibir en cómo la palabra "familia" salía de su boca sin ganas, como si le incomodara eso.

(…)

Una extenso comedor de roble oscuro era en donde ya se encontraban casi toda la familia de Clinton, en donde ninguno se esforzó por evitar las miradas curiosas, en donde ninguno cruzaba palabras. Solo estaban en silencio. Esperando.

Justo en esa mesa habían invitados de los que no tenía idea de su existencia, por ende ni siquiera sabía quienes eran exactamente.

A la cabeza se encontraba el viejo amargado; Atz. A su lado derecho estaba su hijo Ken junto a su esposa Astrid que también estaba junto a Angelov y Dominique, por otro lado a su izquierda estaba Finley quien a su lado tenía a una mujer muy bella, una morena con cuerpo de modelo que aparentaba ser su novia, justo al lado de ella había una señora rubia ojos azules con un parecido muy inquietante a Burak, quién de hecho estaba al lado de ésta mientras mantenía a su izquierda a una peli negra de ojos negros como la noche; tampoco sabía quién era.

Secretaria de Clinton Baker ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora