Conociéndote - Luimelia

Capítulo 36

Unos pasos siguiéndola por detrás

Un coche que no conocía

Unas manos desconocidas tocando su cuerpo

Las suyas intentando zafarse de aquel agarre

Lágrimas recorriendo su rostro

Un sudor frío recorriendo su espalda

Un grito de desesperación trayéndola a la realidad una vez más

Sus grandes ojos se abrieron en mitad de la oscuridad, Luisita se sentó como un resorte sobre su cama, con la respiración agitada y el corazón latiendo con fuerza dentro de ella

Una pesadilla había vuelto a quitarle el sueño

O un recuerdo

Intentó calmarse, tomaba grandes bocanadas de aire pero no conseguía estabilizar su respiración

No quería hacerlo pero un auto reflejo hizo que tomara el móvil que se encontraba a su lado y marcara el número de la única persona que conseguía calmarla en aquellos momentos

- Si?

Una voz adormilada respondió del otro lado

- Lo siento no.. no quería despertarte

- Luisita?

Todos los sentidos de Amelia se pusieron en alerta al oír la voz de su novia del otro lado. Se incorporó mínimamente sobre la cama y despegó el móvil de su oreja para poder ver la hora

02:26 am

- Necesitaba oír tu voz..

- Cariño qué ha pasado?

- Nada..

- Has vuelto a soñar con él.., verdad?

La morena no obtuvo respuesta. Sólo oyó como Luisita intentaba ocultar su llanto del otro lado, ahogando un sollozo y provocando una puntada en su pecho

- Luisita.. oye, respira conmigo, vale?

- No puedo

- Sí que puedes cariño, venga..

Amelia empezó a hacer los ejercicios de respiración que había aprendiendo por su chica. No era la primera vez que la rubia sufría de un ataque de ansiedad ante aquel horrible recuerdo de su pasado. Y ella había aprendido que cosas la ayudaban a calmarse en aquellos momentos

Luisita poco a poco empezó a seguirla, intentando repetir aquellos ejercicios y fallando más de una vez. Cuando las imágenes volvían a aparecer en su mente, provocando que el nudo en su garganta volviese a aparecer, quebrando su voz

Estuvieron algunos minutos más así, la rubia intentando enfocarse sólo en la respiración que oía del otro lado mientras que Amelia le daba ánimos para que siguiese así

- Estas mejor?

La actriz preguntó luego de un tiempo

- Sí..

- Crees que podrías hacer algo por mi?

Luisita secó las ultimas lágrimas que habían quedado sobre sus mejillas, frunciendo mínimamente su ceño y respirando profundamente

- Claro..

- Puedes abrirme la puerta? Hace mucho frío aquí fuera

La rubia frunció aún más su ceño al oírla y sintió como sus latidos volvían a acelerarse aunque, esta vez, por una razón totalmente diferente a la anterior