10

400 126 14
                                    

—¿Quien te está llamando? —me preguntó Bi al ver que mi teléfono sonaba por enésima vez.

Puse los ojos en blanco.

—Es Peter no hablo con él desde el viernes por la noche.

—¿En serio no piensas volver con él?

—Bi estoy con Gleimor, no puedo gritarlo al viento como quisiera, pero al menos estoy con el chico que me gusta.

—¿Peter ya lo sabe? —indagó.

—No, hablé con él y le dije que no podíamos seguir porque tenía dudas. Quedamos como amigos, pero aún así intenta controlarme todo el tiempo.

—Lo tuyo con Gleimor se va a descubrir tarde o temprano —puso su boca en línea fina.

—Si, pero para ese entonces espero tener una buena relación con Peter y que no se lo tome tan mal.

—Conociendolo lo veo muy difícil. Va a estallar en cuanto se entere.

—Mira, Bi, sea como sea tiene que entenderlo y si quiere que siga formando parte de su vida tiene que aceptar que es solo como amiga.

Como siempre debió ser.

—Bien, no se habla más del tema.

Asentí.

—¿Gleimor y tú qué? —cambió de conversación.

—Me va muy bien con él, ya te dije.

—Bien y ya, nada más que contar —levantó las cejas. 

—Eres tan mala cabeza.

—No me digas que aún no lo han...

—Shhh, habla bajo. Si ya lo hicimos.

—Bueno cuéntame cómo fue, ¿Duro y contra el muro?

—Te podrías callar y reservar esos comentarios. Por favor.

—Bueno si no me dices, yo no te diré a qué chico rubio me estoy follando.

—Mike Jones —dije sin sorprenderme.

—¿En serio soy tan obvia?

—No, pero te conozco y sé que desde que lo viste en las carreras le pusiste el ojo encima y a lo que tú querida le pones el ojo, siempre termina en tu cama.

—Está bien, me rindo —se burló— vamos que ya se acaba el descanso.

—¿Que clase tienes ahora?

—Literatura.

—Bueno nos vemos luego, yo tengo Biología.

Salí caminando en dirección contraria a Bi pero me detuve frente a la oficina del director.

—¿Que haces aquí Gleimor? deberías estar en clases.

—Tu también y no lo estás.

—Para allá voy.

—No, dudo mucho que llegues.

—¿A qué te refieres? —ya era tarde me había agarrado de las manos obligándome a entrar en la oficina del director— Estás loco, nos meteremos en un buen lío si nos cogen aquí.

—Shh, tranquila escuché que el director se iría a una reunión, tenemos tiempo.

—¿Qué quieres?

—De querer quiero muchas cosas... pero ahora mismo lo que quiero es tener sexo contigo. Justo aquí, ¿Qué quieres tú?

—Irme a clases la verdad.

—Cristal mírame a los ojos y dime que quieres irte, entonces te dejare ir.

—Gleimor yo...yo quiero sentirte adentro de mí —y eso fue lo suficiente como para que me agarrara y me sentará sobre el escritorio y se coloca entre mis piernas.

—Levántate un poco —me exige mientras desciende mi pantalón por mis muslos, agarra el dobladillo de mi camiseta y me la quita.

—¿Que problemas tienes con el sostén? —comentó burlón al ver que nuevamente no tenía.

—Me incómoda un poco —dije avergonzada.

Me encuentro sentada solamente con mis bragas puestas, observando como Ángel se desabrocha su pantalón, lo tira al suelo pero antes coge un condón de su bolsillo.

Me comienza a besar y con su mano acaricia mi intimidad, con sus dedos corre aún lado mi braga y con su pulgar me toca justo en el centro.

—¿Aún quieres irte a clases? —me pregunta sin dejar de mover sus expertos dedos en mi interior.

—No yo...ahhh —gimo— por favor fóllame Gleimor.

—Con mucho gusto Cristal.

Se separa un poco de mí, se baja su bóxer dejando libre su enorme erección y se coloca el condón. Me tira del cuello y comienza devorarme la boca de manera agresiva. Me agarra de la cintura y coloco mis piernas alrededor de sus caderas, permitiendo que entrara en mí, no lo dudo ni un segundo, me penetró de una estocada, se comienza a mover dentro y fuera, abandona mis labios y se desliza por mi cuello hasta mis pechos atacandolos con su mano libre y luego los chupa, haciendo que suerte gemidos de placer.

Unos minutos después siento que un orgasmo recorre mi cuerpo, arqueo mi espalda, aferro mis uñas en la espalda de Gleimor, mientras que este se corre. Esperamos un momento para recuperar la compostura.

Gleimor se aleja, sacando el condón y lo tira a la basura.

—Deberías pensar en tomarte la píldora —me comenta.

—Si tienes razón, me lo pensaré — dije levantándome del escritorio y acomodando mi ropa.

Gleimor camina hacia mí, coloca sus manos a cada lado del escritorio, dejándome inmóvil

—Está noche te paso a recoger.

—¿A dónde vamos? —pregunté muy cerca de su rostro.

—A las carreras de moto.

—Sabes que no me gustan.

—Te prometo que será solo hoy y no corro más.

—¿De verdad lo dejarías?

—Bueno si, si hoy gano terminaría de pagar la deuda de La...

—¿La deuda de quién? —quise saber.

—Mira Cris cuando empezé con Laura ella estaba metida en muchos problemas y debía dinero. Yo prometí ayudarla, pero te juro que está noche gano y ella sale de nuestras vidas para siempre.

—¿Que tipos de problemas?

—Lau, ....Laura era adicta a las drogas y debía mucho dinero, yo la ayude poco a poco a salir de su adicción y me comprometí ayudar a pagar su deuda —me dijo mirándome a los ojos— no puedo abandonarla.

—Habla muy bien de ti que la cuides, pero ¿estás seguro que ya no sientes nada por ella?

—Te quiero solo a ti, Laura es importante para mí, pero ya no siento nada por ella. Te lo aseguro —dijo dándome un casto beso en los labios— venga sal tu primero.

—Hasta luego Gleimor —dije saliendo de la oficina— te quiero —comenté cerrando la puerta.

Terminó el horario escolar, me dirigí a mi casa. Realice algunas labores que tenía pendiente, cene, me bañé y dormí un rato hasta que llegara la noche y Gleimor viniera a buscarme.
Me quedé profundamente dormida hasta que él tono de mi teléfono me despertó.

Hola.

—Baja, ya estoy aquí.

—Enseguida.

Imperfect ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora