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—¿Eso fue un disparo? —dije aún en los brazos de Ángel. Muerta del miedo.

—Eres una cobarde —se reía a todo pulmón, no dejó de abrazarme.

—¿Te parece gracioso que probablemente le dispararon a alguien? Ahora debe estar desangrándose por ahí. 

—Tranquila, no le hicieron daño a nadie, el disparo fue para avisar que va a comenzar la carrera —informó ya serio.

Di un paso rompiendo el contacto.

—¿Te tienes que ir? Verdad —le pregunté. 

—Si, pero prometo volver para hablar contigo solo si tú prometes esperarme junto a Mike sin meterte en ningún problema.

—Prométeme que no te va a pasar nada malo.

—Cristal no te preocupes —dijo— siempre volveré a ti lo prometo.

«Cuidado con las promesas que haces nunca sabes si podrás cumplirla»

Comenzó a caminar.

—Oye Gleimor —mordí mi labio nerviosa.

—¿Ahora que pasó Cristal? —dijo un poco irritado.

Le tomé del brazo para que se detuviera frente a mí, tomé el cuello de su chaqueta y sin pensarlo le di un beso en la boca. Ángel reaccionó abriéndose paso con su lengua, deslizó sus manos por mi espalda y un gemido involuntario escapó de mi garganta. 

—Ve con cuidado por favor —le dije sobre sus labios.

—Tranquila —me soltó, antes de darme un beso en la frente para luego irse.

Comencé a buscar a Bianca con la vista hasta que la encontré riéndose con Mike al parecer se entendían bastante bien, caminé hacia ellos.

—Y bien ¿qué tal te fue? —preguntó Mike tras mi llegada.

—No pudimos hablar, pero me dijo que le esperara al terminar la carrera.

—Si claro no pudieron hablar, al menos límpiate un poquito aquí —Bianca señaló la comisura de sus labios.

Por instinto lo hice y al instante recordé que ni siquiera me había maquillado hoy. 

—Serás mala —los tres nos comenzamos a reír. 

—Venga, chicas comienza la carrera —nos llamó Mike.

Otro disparo resonó proveniente de un hombre que se encontraba en el medio de la carretera y esa era la señal. Al menos unas 12 motos se sitúan en la línea de salida. Se escuchan los rumores de apuestas y luego el hombre que se encontraba en el medio levantó las manos y todo quedó en silencio, baja el brazo y las motos arrancan.

Ángel va intercambiando freno y acelerador, la moto parece que se acuesta sobre la carretera en cuanto dobla, y haces unas maniobras tanto peligrosas. Se pierden en la oscuridad y luego de unos minutos se escucha la llegada de las motos. 

Ángel fue de primero.

El murmullo y la protesta de los que perdieron las apuestas resonó por el sitio.

—Eso estuvo fantástico —comentó Mike en el momento que Ángel se acercaba a nosotros. A paso lento.

—Lo sé —su boca se formó una sonrisa malévola.

—Hay una fiesta cerca de aquí, vamos —habló Bianca, entusiasmada mientras verificaba en su teléfono.

—No creo que en una fiesta pueda hablar tranquila contigo —le dije un poco bajo a Gleimor.

—Mike, tú vete a la fiesta con Bianca, yo me voy a quedar con Cris —miró a Bianca—. ¿Te parece bien?

—Por mi perfecto, Cris abajo de la maceta de la entrada está la llave, no sé quién de las dos llegué primero, pero no podemos despertar a mis padres.

Luego que Bianca se fuera para la fiesta con Mike, me quedé sola con Ángel.

—¿Y ahora?

—¿Ya confías en mí para subirte?

—Sí que confío en ti —dije sentándome en la moto, rodeando su cuerpo con mis brazos. Tenía miedo.

—¿No has dejado a Peter verdad? —me preguntó y asentí— Pues no podemos arriesgarnos a qué Josh te vea llegar conmigo a la casa.

La moto arrancó y yo cerré los ojos por el miedo, no los volví abrir hasta que la moto estuvo quieta.

—¿Dónde estamos? —pregunté poniendo los pies en asfalto.

—Solía venir aquí con mis padres cuando pequeño.

Estábamos en un pequeño y tranquilo parque infantil, caminamos en silencio hasta sentarnos en un banco.

—Gleimor, quiero estar contigo —eso, directo al grano y sin rodeos. Sus ojos se abrieron como platos—. Aunque no tengo nada que ofrecerte porque no puedo dejar a Peter.

—Explícate —se pasó las manos por el cabello.

—Peter tiene ataques de ira y solo yo sé controlarle, su mamá está enferma y su papá les abandonó. En serio quisiera que las cosas fueran diferentes, pero lo único que puedo hacer ahora es prometerte que no va a pasar nada entre él y yo. Hasta que encuentre la manera de dejarle, sin hacer daño. 

—Yo me fijé en ti desde el día uno, por muy loco que sea voy a esperar por ti. Nuestro momento llegará solamente necesitamos tiempo. Tengo una duda.

Sonreí.

—¿Qué dudas tienes?

—¿Qué soy para ti, Cristal?

—No sé, lo único claro es que lo que siento por ti, nunca lo había sentido por nadie.

Me atreví a darle un corto beso.

—Creo que puedo mejorarlo —estampó sus labios contra los míos.

Su beso fue agresivo su lengua se abrió paso por mi boca uniéndose a la mía a la perfección. Pasé mis manos alrededor de su cuello y el continuo besándome con más intensidad. Y de pronto como arte de magia comenzó a llover.

—Deberíamos irnos ya —comenté interrumpiendo nuestro beso.

—Espera un momento.

—¿Para qué Gleimor?

—No has escuchado que si te besas con alguien bajo la lluvia, esa persona será para siempre el amor de tu vida. 

—Mira que eres todo un romántico a veces —disimulé, pero no puedo negar el efecto de sus palabras en mí me encontraba mojada y no era por la lluvia.

—Tengo mi lado romántico, ¿ahora el chico malo no puede tener corazón o qué? —se defendió.

—Me gusta.

—¿Qué?

—Todo de ti —dije dándole un tierno beso en los labios 

—Vamos enana te llevaré a casa de Bianca, antes que llueva con más fuerzas.

—Y así sin más Ángel Gleimor rompe el momento mágico.

—Me preocupo por ti enana, está lloviendo y tienes frío.

—Yo no he dicho que tengo frío.

—Tú no, pero tus pezones si —dijo señalando mi blusa y entonces recordé que no llevaba sostén y con la tela mojada se me notaba todo.

—Eres un pervertido Gleimor —le di con el puño en el brazo.

Gracias a Dios llegué sana a casa de Bi cogí las llaves dónde me indicó sin hacer ruido, entré a su habitación, como era costumbre aún no había llegado. Me metí en la ducha me di un baño rápido, me puse una bata de Bi y me acosté en la cama y al instante me quedé profundamente dormida.

Imperfect ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora