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Ángel llevaba una semana entera evitándome, nunca coincidíamos en las clases, cambiaba la vista cuando nos cruzábamos en los pasillos y no se dignaba a dirigirme la palabra.

Vamos que no existía para él.

Por su parte Peter no me dejaba ni respirar, todo el tiempo quería estar conmigo, no se separan un minuto y era más cariñoso de lo habitual frente a todos. Como si supiera que no estábamos tan bien como quería aparentar. 

—Vaya mierda de día —se quejó Bianca mientras nos sentábamos en la cafetería que queda cerca de mi casa. 

—Ya extrañaba el olor y la tranquilidad de este lugar —solté acomodándome en la silla.

—¿De qué era lo que querías hablar conmigo?

—Quiero dejar a Peter —dije sin rodeos— pero no puedo. Es algo que se queda atrapado en mi interior.

—¿De veras que quieres eso?

—Es que siento que no estoy cómoda con él, y pues bueno...yo en realidad...yo —balbuceo.

—¿Tú qué, Cristal? ¿Qué sucede?

—Creo que...me gusta alguien más.

—¿Crees o estás segura?

—Mira Bianca me besé con Ángel Gleimor, si con él, con el que me dijiste que era un chico malo y todo eso, pero en fin pasó y me gusto y ahora no hago más que pensar en él, pero tú más que nadie sabe que pasaría si por mi culpa Peter recae. 

—Dame 5 minutos para procesar la información, que tú qué... ¡Espera se besaron! —dijo llevándose amabas manos a la cabeza— es que no me lo puedo creer. Cuéntamelo, todo ya.

Algunos minutos después ya le había puesto al día de todos los sucesos ocurridos entre nosotros.

—Y eso es todo —le di un sorbo a la malteada de fresa.

—¡Tienes que hablar con él ya! —bramó luego de su silencio, con los ojos bien abiertos sin dejar de mirarme.

—Es que no puedo ir y decirle a Peter que ya no quiero nada con él, mucho menos que le fui infiel.

—Mira que para tener perfectas notas, a veces eres muy tonta. Me refiero a Gleimor. Tienes que buscarlo.

—¿Para qué? Al final no puedo dejar a Peter.

—Mira Cristal las cosas como son, vas a buscar a Gleimor y le vas a contar todo, si él siente lo mismo va a entender y va a esperar el tiempo que sea, hasta que puedas arreglar todo con Peter. ¿Me entiendes o tengo que hacerte un dibujito?

Prefiero el dibujito.

—¿Estás segura de que eso sea lo correcto?

—Por primera vez en la vida necesito que seas egoísta y que pienses solo en ti y en lo que te hace sentir bien. Y si es el chico malo, pues ni modo. Resolveremos el problema con Peter después.

—No sé nada de él y no me quiere ni ver. ¿Cómo le hago?

—Que harías tú sin mí, venga vamos.

—Espera loca, a dónde crees que vas —salió de prisa y tuve que soltar el dinero y seguirla casi que corriendo.

—Hoy en el muelle hay un evento y sé por muy buena fuente que el va a estar ahí —levanta ambas cejas— Ya hice mis investigaciones.

—¿Quéclase de evento? —jalo su brazo— Mira como vamos vestidas.

—Shh estás perfecta para la ocasión —dijo cogiéndome la mano para empezar a caminar.

—A que evento se va en shorts cortos, tenis y camiseta —dije reparando nuestra ropa. 

—¿Si te digo me prometes que no harás más preguntas?

—Lo prometo —puse los ojos en blanco.

—¿Preparada para presenciar por primera vez carreras de motos clandestinas?

—Eso es ilegal.

—Claro por eso se le llaman clandestinas.

—¿Pero Gleimor va a correr?

—No lo sé Cris, solo sé que va a estar ahí, pero por los rumores que he oído —se lo pensó un momento antes de contestar— Creo que debe dinero y que por eso corre, pero tranquila dicen que es muy bueno nunca pierde.

Cerré la boca, y me tragué todas mis dudas. 

Media hora después nos encontrábamos en el muelle, rodeadas de pandilleros, motocicletas y chicas con muy poquita tela. 

—Hey, Bi —llamé para qué me prestara atención— ¿cómo supones que lo encontraremos?

—Tranquila aquí todos lo conocen, nada más debemos preguntar.

—Venga vamos a preguntarle a él —señaló a un rubio que se encontraba sentado en una moto revisando su teléfono.

—Hola mucho gusto soy Bianca y ella es mi amiga Crist...

—Cristal —el chico rubio interrumpió a Bianca— ¿qué hacen aquí esto no es lugar para ustedes?

—¿Me conoces? —le pregunté un poco confundida.

—Claro que te conozco. Gleimor no deja de hablar de ti.

Espera... Gleimor va hablando por ahí de mí.

—¿Y tú eres? —intervino Bianca un poco irritada.

—Mucho gusto, soy Mike Jones —dijo sonriendo— El mejor amigo de Gleimor y bien ¿qué hacen aquí?

—Estoy buscando a Gleimor necesito verlo ahora.

—Pues está justo por allá —dijo señalando a la derecha, pero debes apresúrate corre dentro de 20 minutos.

—Bi, espérame aquí.

—Tranquila ve con cuidado yo me quedo justo aquí con tu mejor amiga —dijo en un tono picarón— oye Cris te deseo suerte Gleimor está de muy pésimo humor.

Comencé a caminar entre las personas buscándole con la vista, pero nada. Sin darme cuenta choqué con un hombre de mediana estatura y de aspecto horrible, llevaba muchos piercing y olía a ron.

—Lo siento no te vi —dije un poco asustada, con la disposición de seguir caminando.

—Estás perdida pelirroja —dijo aquel asqueroso hombre sujetándome por el brazo. 

—Suéltame, ya te pedí disculpas —dije intentando salir de su agarre fue en vano.

—¿Interrumpo? —dijo una nueva voz a mi espalda la cual conocía muy bien.

—Lárgate —siseó el sujeto con los dientes apretados— esto es entre ella y yo.

—Si me voy a ir, pero con ella.

—¿Está contigo? —preguntó el hombre, confundido.

—Si lo está y será mejor que te pierdas si no quieres tener problema conmigo.

El hombre me dejó ir y se marchó corriendo por la oscuridad.

—¿Qué haces aquí Cristal? — preguntó Angel ya estando solos.

—Yo vine a buscarte porque necesito hablar contigo...

—¿Qué quieres hablar conmigo?

Abrí la boca para contestar y fui interrumpida por un sonoro disparo, el sonido se escuchó cerca y me sobresalté, sin darme cuenta ya estaba en los brazos de Ángel con el rostro escondido en su pecho.

Imperfect ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora