CAPÍTULO 08

80.5K 14.9K 47.8K
                                    

QUÍMICA


Chelsea

Un pequeño subidón de energía se siente por todo mi cuerpo. Tengo que salir de aquí. Su cumplido es lo más estúpido y falso que he escuchado en mucho tiempo. Desde aquí puedo sentir su ebriedad.

Bufo y camino hasta la puerta, pero antes de salir me detengo.

—¿Quién eres? —lo miro.

Se encoge de hombros.

—No sé. ¿Quién eres tú? ¿Quiénes realmente somos todos? —su voz sigue haciéndome sentir extraña, pero sus preguntas me generan frustración.

—Tú sabes quién soy. No seas idiota —le digo.

Niega con la cabeza. Sigue con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón y no se ha movido del lugar. La tenue luz dorada de los espejos define su rostro y sus ojos verdes se ven tan...

—Sabía que eras la cantante favorita de muchas niñas y adolescentes, pero ahora que vi lo que vi... —arruga su boca y vuelve a negar —. Realmente no sé quién eres.

Sus palabras me golpean y decido salir de una vez por todas de aquí. Una lágrima se me escapa y la aparto de inmediato.

Yo tampoco sé quién soy.

—¡Hey!, espera —escucho sus pasos venir detrás de mí y camino aún más rápido —. Oye... —me toma del brazo —, siento si te molestó que...

Me suelto y lo enfrento.

—¿Sabes cuál es el problema de un drogadicto? —hablo sin controlar lo que sale de mi boca —. Que al principio siempre se piensa que es posible tener todo bajo control, que somos más inteligentes que lo que consumimos, pero... —muevo mi cabeza de lado a lado —. Aquí estamos, tú ebrio hasta la mierda y yo drogada hasta la médula...

—No soy un drogadicto —se defiende.

Lo miro confundida y me río.

—Que porque el alcohol sea legal, no quiere decir que no sea una droga —me acerco más y analizo su gesto. Conozco a un adicto a simple vista y este maldito desconocido que siento conocer, lo es. O tal vez es la cocaína que me ha tostado todas las neuronas al fin —. Yo tampoco sé quién eres, pero si de algo estoy segura es que estás igual o más roto que yo. Así que aléjate, no quiero más gente loca en mi vida. Suficiente tengo conmigo misma —digo y vuelvo a darme media vuelta, pero me detengo cuando su risa llena todo el pasillo.

Lo miro confundida. Ríe como si le hubiera dicho el mejor chiste del mundo. Sus manos están apoyadas sobre sus rodillas. Exagerado. Ruedo mis ojos y trato de emprender nuevamente mi huida.

—Espera —sigue riendo —. ¿Quién te dijo a ti que yo quiero conocerte o acercarme a ti? Ahora puedo comprobar eso que dicen de las divas como tú—me señala.

—¿Divas como yo? Claro —tuerzo mi boca —. Seguramente lo leíste de una revista donde el horóscopo le dice a la gente que conseguirá pareja, trabajo estable en la semana y que encienda velas color amarillo para que el dinero le caiga del cielo, ¿correcto? —doy un paso hacia él y me cruzo de brazos —. No me conoces una mierda, pero solo te diré que soy peor a todo lo que has leído o escuchado. Además, si tú estás aquí es porque eres alguien conocido. ¿Quién eres, maldita sea?

Se incorpora y trata de retener su risa. Está demasiado ebrio para hablar de manera seria. Vuelvo a girar mis ojos.

—Pensé que las drogas hacían más felices a las personas, deberías cambiar de proveedor. Tu cara de amargura le da un pésimo feedback.

BACKSTAGE (BORRADOR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora