-Contigo molestándome y no dejándome dormir, no creo que sea posible -escupió-

-Justo por eso, déjame consentirte después de hacerte enojar, es lo menos que puedo hacer, ¿o no? -rió y mis besos bajaron por su mandíbula hasta su cuello. Empecé a sentir como se tensaba- que fácil..

-En verdad que eres enfadoso..

-Pero amas a este enfadoso -mis manos acariciaban sus muslos- ¿estoy en lo correcto?

-Si. -susurró y sentí como su respiración se aceleraba-

-Entonces no protestes más y disfruta -quité la cobija de nuestros rostros para posteriormente acomodarme sobre ella y besar sus labios. Ella me siguió el beso con la misma pasión con la que nos besamos por primera vez-

-¿Qué clase de brujería me hiciste? -se alejó del beso mientras intentábamos tranquilizar nuestra respiración. La mire ofendido y rió-

-Ninguna brujería, simplemente soy yo. Mírame linda, ¿quien no se enamoraría de mi? -le guiñe el ojo-

-Que afortunada soy..

-Somos -corregí y me acoste al lado- ahora menos charla y acomódate para mi.. -ordené y una sonrisa ladina salió de mi rostro mientras la observaba-

Colin y yo llevábamos 6 años juntos como una verdadera pareja. Si, casados.

Fue un momento inolvidable para ambos, fue el momento en el que más felicidad sentí. Durante toda mi adolescencia estaba seguro de una cosa; amaba a Colin. Pero jamás me miré casado con ella. De echo, por mi cabeza jamás pasó el tema del compromiso final. Supongo que pensé que seguiríamos siendo novios para toda la vida. Pero conforme vas creciendo te das cuenta que en realidad no puedes vivir solo cuando estás enamorado. Y lo único que quería en ese entonces, después de darme cuenta que a pesar de tantos errores que cometí, de tantas veces que le hice daño, era estar a su lado siempre. Era abrir los ojos y verla a mi lado, era consentirla, era darle todo lo que se merece o al menos lo que pueda darle. Era hacerla saber que estaba dispuesto a todo con tal de verla feliz, y si eso implicaba hacer una locura como lo era el compromiso, creo que ahora le había quedado más que claro que estaba dispuesto a eso y más aún.

La ceremonia fue organizada por nuestros padres y amigos, todos estaban muy emocionados, creo que incluso más que nosotros, y como no culparlos. Ellos vivieron casi las mismas emociones por nuestra culpa. Eran como nuestros psicólogos.

Ese día.. se veía tan hermosa, bueno, mucho más que de costumbre. Se veía increíble, su sonrisa combinaba con toda ella, en verdad estaba feliz. Sus ojos tenían un brillo inexplicable, y yo... no tenía palabras, era como si ese día, en ese momento, Justo ahí, nos estábamos jurando el amor incondicional, y pude sentir que eso era real y no lo desecharíamos por una idiotez.

Su vestido, no tan largo, su cabello no tan arreglado, ella no dejó de ser ella en ese momento y eso fue lo qué más me encantó.

James fue quien la entregó y posteriormente me fulminó con la mirada. Ni siquiera me dejó saludarla antes, fue él quien habló primero.

[ꜰʟᴀꜱʜʙᴀᴄᴋ]

-Gallagher tú no eras el indicado.

-Se que jamás me aceptaras, James. Pero no puedes evitar esto, esta pasando -dije nervioso-

-Escucha antes de hablar -hice una mueca de confusión- no lo eras, pero cambiaste, y aunque creas que no lo noté, lo hice. Eso me alegra, se que ella no puede vivir sin ti. Y se perfectamente que tú tampoco podrías vivir sin ella, por eso es que lo acepté. Me agradas, y me hace feliz verla feliz a ella. Gallagher, te estoy entregando lo más preciado que tengo.., cuídala bien. -extendió la mano y rápidamente la estreché. Sonreí y posteriormente Colin lo abrazó-

𝘓𝘢 𝘯𝘦𝘳𝘥 𝘦𝘴 𝘮í𝘢... | 𝘈𝘪𝘥𝘢𝘯 𝘎𝘢𝘭𝘭𝘢𝘨𝘩𝘦𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora